Andalucía vive a partir de este Domingo de Ramos una Semana Santa atípica debido a la pandemia de coronavirus, sin procesiones por las calles, con iglesias cerradas y sacerdotes y obispos celebrando en solitario los ritos, algunos de ellos suprimidos como el Lavatorio de los pies del Jueves Santo, y seguidos por los fieles a través de la televisión o por internet.
Una Semana Santa en la que la suspensión de las procesiones ha supuesto un varapalo económico para las cofradías y las ciudades, que en el caso de Sevilla mueve en torno a unos 400 millones de euros.
Comienza una Semana Santa "extraña" como la califican los miles de cofrades que se preparaban para salir de nazarenos con sus hermandades, quienes dentro de la tristeza por no poder procesionar celebrarán esta Semana Mayor en sus casas, de manera íntima, de puertas hacia adentro y participarán en los ritos religiosos de manera telemática.
Y es que aunque no haya procesiones, los católicos sí celebrarán la Semana Santa, ya que como recuerda la Iglesia Católica la fecha de la Pascua no puede ser trasladada.
Siguiendo las medidas de confinamiento para luchar contra la pandemia, los ritos de esta semana seguirán la misma línea que en estas tres semanas de restricciones: los sacerdotes oficiarán en solitario en sus templos y se retransmitirán por "streaming", redes sociales, plataformas de internet y canales de televisión local.
En Sevilla, su arzobispo, Juan José Asenjo, oficiará en solitario la Misa del Domingo de Ramos, los Oficios del Jueves y Viernes Santo desde la capilla del arzobispado y sólo la Vigilia Pascual la oficiará en la Capilla Real de la catedral.
En esa misma línea, todos los prelados andaluces oficiarán la entrada de Jesús en Jerusalén, la Pasión, Muerte y Resurrección sin presencia de fieles, con la única compañía de algunos sacerdotes en representación de todo el clero y con algunos miembros de los coros, ya que también se quiere resaltar la importancia del rito.
"Vivimos una situación de excepcionalidad que lo marca todo", subrayaron a EFE fuentes del arzobispado de Sevilla.
En Sevilla además se da el hecho de que será la primera vez desde 1933 que no habrá desfiles procesionales, cuando la capital hispalense tuvo que suspender totalmente su Semana Mayor por el enrarecido ambiente que provocó el enfrentamiento político y social en los años de la Segunda República.
El Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla ha puesto en marcha varias acciones para que los sevillanos puedan vivir con la intensidad de siempre su Semana Grande y adaptarla a este tiempo de confinamiento, entre ellas una estación de penitencia virtual diaria.
En Málaga, las cofradías han recurrido también a las tecnologías ante el confinamiento, caso de la de Mena que emitirá el Jueves Santo en su web y redes sociales imágenes en directo de la capilla donde se encuentra el Cristo de la Buena Muerte, que tradicionalmente trasladan a hombros los legionarios.
El Paso de Riogordo, la veterana representación de la Pasión de Jesucristo donde participan cada año medio millar de vecinos de esta localidad malagueña, ha sido suspendida.
Almería se prepara para vivir estos días de forma íntima y virtual y las autoridades religiosas de la provincia invitan a los almerienses que piensen que va a ocurrir "lo mismo que si lloviese todos los días", indicó a EFE el delegado episcopal de Hermandades y Cofradías, José María Sánchez García.
La cancelación de las procesiones ha supuesto un varapalo económico para las cofradías y las ciudades, que en el caso de Sevilla mueve en torno a unos 400 millones de euros en sectores que van desde las flores, bandas de música, atuendos de nazarenos, así como el sector de la restauración y hoteleros al ser una temporada alta para el turismo en la ciudad.
Aunque no hay datos generales, el coste que supone para una hermandad de las grandes por número de hermanos de Sevilla sacar una procesión a la calle supera los 45.000 euros.
De esos, más de 15.000 se destinan a cera, más de 6.000 euros a flores, y más de 8.000 euros a bandas de música, además de gastos de limpieza y otros preparativos, aseguraron a EFE fuentes de las mismas.
La cera encargada antes de la Semana Santa no se pierde ya que se puede usar para el próximo año, mientras que el gasto en flores no se ha llevado a cabo y con las bandas de música lo normal es negociar los contratos, pero tendrá algún coste para las hermandades.
Los ingresos de las hermandades los obtienen fundamentalmente por la cuota anual que pagan los hermanos y por la papeleta de sitio que tienen que abonar para salir de nazareno o penitente en la procesión y el precio varía según las cofradías, aunque suele rondar los treinta euros para los adultos y la mitad para los niños, si bien algunas lo incluyen en la cuota anual.
Algunas hermandades de Sevilla empezaron a repartir las papeletas de sitio antes de la suspensión de la Semana Santa, pero otras iniciaron el reparto y a la mitad lo tuvieron que suspender, por lo que ahora serán las juntas de gobierno las que decidan si devuelven ese importe.
Las cofradías de Málaga podrían tener también problemas económicos si finalmente se devolviera el dinero por el alquiler de sillas.
Según datos recabados por EFE en cofradías malagueñas, una con dos "tronos" puede gastar entre 6.000 y 10.000 euros en bandas de música; entre 2.000 y 5.000 más en flores y entre 2.500 y 3.000 euros en velas; a lo que suman partidas variables de mantenimiento de túnicas, reformas de tronos o incorporación de otros ornamentos.
En Granada, la Federación de Hermandades y Cofradías estima entre 300.000 y 350.000 euros el coste que ha podido suponer a las 32 cofradías de la ciudad los preparativos para la Semana Santa, ha indicado a Efe su presidente, Jesús Muros.
En esa línea, el presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería, Isaac Vilches, ha mostrado su preocupación a EFE por los "muchísimos problemas para subsistir" a los que se van a enfrentar estas entidades tras la suspensión por el Covid-19 de las procesiones.
Vilches ha señalado que sacar una hermandad a la calle cuesta unos 35.000 euros, cifra que desciende, de media, a 20.000 euros en Huelva.