- Gambones al piripiri.
Estoy convencido que, sólo mencionar la palabra «dourado», la parte gastronómica de nuestro cerebro cruza el Guadiana para adentrarse en Portugal con su típico bacalao. Las conservas en nuestro país vecino forman parte de su cultura sobre la mesa. La tradición marinera de la Península Ibérica es legendaria. No en vano, hubo un tiempo en el que se repartían el mundo entre españoles y portugueses.

Hamburguesa de bacalao.
El caso es que, para embarcar, había que cuidar muy mucho la conservación de los alimentos a bordo. Aunque se intentaba calcular el tiempo que estarían embarcados con todos los conocimientos que disponían, y que no eran pocos, la mar daba sorpresas y muchos viajes se dilataban en el tiempo más de lo deseado. Es por este motivo por el cual, tener abastecimiento para esos días imprevistos era vital. Los métodos de conservación de alimentos eran escasos y limitados. Grosso modo, se reducían a vinagres o salazones. El efecto de la salazón es la deshidratación parcial de los alimentos, el refuerzo del sabor y la inhibición de bacterias. Aunque existe la posibilidad de salar frutas y vegetales, lo más frecuente es aplicar este método en alimentos tales como carnes o pescados, y el bacalao es un magnífico ejemplo de ello.

Bacalao Dourado.
El bacalao dourado no es más que un revuelto que se hace con bacalao desmigado y desalado, patatas fritas tipo paja y huevos. Esa mezcla toma un tono dorado que es el que le da nombre al plato. Este plato, no sólo es uno de los más conocidos de esta cocina, sino que, además, podemos decir sin temor a equivocarnos que puede ser uno de los primeros platos de cocina fusión del mundo al unir el bacalao, pescado en las costas portuguesas, Europa, con la patata, originaria de América, y el huevo, procedente de Asia.

Pulpo plancha.
Dicho todo esto, me apasiona la cultura de Portugal y, cómo no, una de sus mayores expresiones es la comida y créanme si les digo que encontré un filón en Sevilla que les recomiendo encarecidamente. A ver, en Sevilla capital no, a quince minutos escasos, en Mairena del Aljarafe. En la Avenida de los Descubrimientos. Aquí encontrarán un bar restaurante que recibe el nombre de «Dourado» y donde la cocina portuguesa hace las delicias de quienes se atreven a cruzar sus puertas.
Repartido en tres espacios: una pequeña barra, un acogedor salón y una coqueta terraza, Dourado le hará viajar hasta Portugal a través de sus sabores más representativos con una cocina tradicional muy reconocible, pero buscando la fusión e innovación con el bacalao como claro protagonista, pero sin perder de vista los platos más clásicos, como la “Francesinha”, o las salsas típicas como la “piri-piri”. Pulpo, revueltos, pasteis, chamuças y un surtido de quesos que no se deben perder conforman parte de una carta completísima que adquiere su punto álgido al poder maridarlo con vinos de hasta ocho Denominaciones de Origen de Portugal.
He aquí un magnífico aliado para combatir las calurosas noches del verano sevillano, sentados en su terraza, disfrutando de las delicias que nos ofrece el país hermano y que nos ponen sobre la mesa los amigos de Dourado. Una apuesta segura. Ya verán.