Cuenta una leyenda que Lebrija fue fundada por el Dios Baco cerca de la ribera del océano Atlántico. Sí, Lebrija tenía playa. Bueno, playa o algo parecido. El Lacus Ligustinus es como llamaban a la antigua ensenada marítima, formada por las aguas del Guadalquivir en el último tramo de su recorrido al desembocar en el Océano Atlántico, que se habría colmatado dando lugar a las actuales marismas del Guadalquivir. La fundación de la ciudad según distintos autores se atribuye a los fenicios que, como era natural, llegaron hasta aquí en sus barcos. De ellos se han encontrado en la localidad seis timiaterios de oro llamados Candeleros o Candelabros de Lebrija, fechados en el siglo VII AC. y actualmente conservados en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
Pues, casualidades de la vida, en esta ocasión se cruza en mi camino Lebrija con dos vinos, de similar elaboración, pero con uvas diferentes. Uno, el Nebris Palomino bajo velo de flor y el otro, este del que les quiero hablar hoy, Nebris Sauvignon Blanc. Ambos elaborados por Bodegas González Palacios. El primero, con la uva más clásica del Marco, y el segundo con una uva que, aunque se da en Denominaciones de Origen españolas como Rueda o Penedés, es masiva sobre todo en Francia, Chile y en Estados Unidos, concretamente en la zona productora de California.

Nebris Sauvignon Blanc bajo velo, es el vino anterior al Jerez, también denominado vino de pasto. Este es un vino elaborado bajo velo de flor, como su propio nombre indica, educado en barricas jerezanas de quinientos litros, de añada y sin encabezar, que nace de la colaboración de Bodegas González Palacios con la Bodega Badman Wines, de Ronda. Más elaboraciones conjuntas entre bodegas del sur, por favor, porque ha sido un acierto elaborar Sauvignon Blanc bajo velo de esta manera tradicional y Félix González Vélez, actual propietario de la bodega, que realiza una labor admirable e incansable, lo sabe.
Gastronómicamente, marida a la perfección con pescados y mariscos, pero no le asustan las chacinas ibéricas, los quesos de todo tipo o las legumbres. De color amarillo con ribetes pajizos, tiene una nariz fresca donde destacan las frutas tropicales dando también notas de levadura. En boca es salino y vuelven a aparecer los recuerdos de panadería y levaduras. Un blanco redondo para disfrutar en cualquier época del año, pero en especial en estos días de verano en Andalucía. Uno de esos imprescindibles en su bodega en cuanto lo pruebe.
González Palacios es una bodega familiar fundada en 1960 por D. Francisco González Palacios, que como buen amante y conocedor de los vinos de la tierra empezó su labor bodeguera como un hobby. Su situación privilegiada, a orillas del Guadalquivir y a tan solo unos kilómetros del mar, la hacen idónea para la producción y elaboración de estos vinos pues se da el microclima perfecto para la crianza de los mismos. Esta Bodega está al amparo de la D.O.P. Lebrija, siendo en la actualidad la única Denominación de Origen de vinos de Sevilla formada por una sola bodega. Actualmente, gracias a sus vinos generosos, pertenece también a la D.O. Jerez-Xerez-Sherry. No es de extrañar que, visto lo visto, si el Dios Baco volviera a darse una vuelta por la Tierra para fundar ciudades, eligiera de nuevo Lebrija para quedarse a vivir. Con bodegas como esta, yo lo haría.