Ciencia y Misterio conviven en nuestro mundo y, parece, jamás van a mezclarse. Conviven como en agua y el aceite, cada una por separado, con sus detractores y sus partidarios, con tantos argumentos a favor como en contra y siempre torciendo hacia el lado que defienden.
En el mundo el Respeto es palabra clave para una buena coexistencia, si éste se rompe se rompe cualquier norma básica de civismo. Por ello, como decía Jefferson "toda opinión es tolerada allá donde la razón el libre de combatirla".
La historia que hoy les escribo tiene lugar hace escasos días, en el transcurso de una reunión de amigos cuento el terrible caso de una señora que, aquejada de una enfermedad mental-nerviosa, tenía instintos suicidas. Intenta acabar con su vida en varias ocasiones hasta que al final logra su propósito.
Entre los asistentes una persona sonreía a cada una de mis explicaciones, no creía aquello que se le contaba; su mente racional y científica le decía que no era posible, y aunque educadamente el NO surgía a cada una de mis explicaciones.
Una grabación imposible
Para ilustrar mejor todo lo que decía comencé a hablar de una psicofonía grabada en el sistema de vigilancia del edificio y lo que decía para mejor comprensión de todos. Pulsé el "play" y surgió aquella voz femenina rota.
La cara de aquel hombre cambió por completo, los pelos se le pusieron de punta y comenzó a sentirse mal. Me detuve. Noté que algo no marchaba bien, pero aquel hombre pasó a un segundo plano y lo perdí de vista. Al acabar un familiar se me acercó y me dijo: "ven, tengo que hablar contigo".
Me acerqué y aquel hombre me dijo, mira él es mi hermano y se ha puesto muy malo. Yo pregunté la razón de ello y me dijo:
"Él sabía este caso pero no creía en estas cosas. La cosa es que todo lo que has narrado es cierto sobre la vida de esa mujer y como acabó muriendo. Ya el terreno paranormal no lo cree tanto, pero cuando has puesto la psicofonía algo le ha pasado... Mira, él era el psiquiatra de esa mujer y al escuchar la psicofonía ha reconocido inconfundiblemente su voz... Le ha impresionado mucho. Ahora cree".
Y de esa forma, tan casual como hilada por el azar, la mente más racionalista abraza el misterio sabiendo que también hay Ciencia en una investigación y muchas horas de paciente trabajo que casi nunca es reconocida.