A Darth Vader le hizo el traje su suegra

Y no solo eso, sino que además el villano más galáctico trabaja de dependiente en una tienda. Así son los aficionados locales de ‘Star Wars’ y así viven la perturbación en la Fuerza que está provocando el inminente estreno del Episodio VII

17 dic 2015 / 20:05 h - Actualizado: 17 dic 2015 / 20:29 h.
"Cine","Ciencia ficción","Star Wars"
  • Ricardo Álvarez, presidente de la asociación, en el centro de un fraternal grupo de jedis y siths en la exposición que estos días puede verse en Utrera. / Inma Flores
    Ricardo Álvarez, presidente de la asociación, en el centro de un fraternal grupo de jedis y siths en la exposición que estos días puede verse en Utrera. / Inma Flores
  • Darth Vader con un soldado de asalto haciendo de las suyas en una visita al hospital Virgen del Rocío. / El Correo
    Darth Vader con un soldado de asalto haciendo de las suyas en una visita al hospital Virgen del Rocío. / El Correo
  • Manuel Prieto estrenando su uniforme de piloto rebelde y Conchi Vidal de piloto imperial. / Inma Flores
    Manuel Prieto estrenando su uniforme de piloto rebelde y Conchi Vidal de piloto imperial. / Inma Flores
  • Juan Rebollo de mandaloriano. / Inma Flores
    Juan Rebollo de mandaloriano. / Inma Flores
  • Rebeldes y soldados imperiales, en armonía. / Inma Flores
    Rebeldes y soldados imperiales, en armonía. / Inma Flores
  • Un sith del lado oscuro pasea por la exposición. / Inma Flores
    Un sith del lado oscuro pasea por la exposición. / Inma Flores
  • Un pequeño Kylo Ren con la reina Amidala. / Inma Flores
    Un pequeño Kylo Ren con la reina Amidala. / Inma Flores
  • Retratos con C3PO. / Inma Flores
    Retratos con C3PO. / Inma Flores
  • Selfie con un destructor imperial de fondo. / Inma Flores
    Selfie con un destructor imperial de fondo. / Inma Flores
  • Cualquier colección relacionada con Star Wars está presente en la exposición de Utrera. / Inma Flores
    Cualquier colección relacionada con Star Wars está presente en la exposición de Utrera. / Inma Flores
  • El pequeño Darth Vader, al descubierto. / Inma Flores
    El pequeño Darth Vader, al descubierto. / Inma Flores

Perdona, ¿me puedes pasar el teléfono de Darth Vader?». La conversación tiene lugar vía Whatsapp y el contacto llega poco después, así que a llamar. Cogemos a Darth Vader, el malo más malo de los malos, el villano más icónico de la galaxia, en plena faena. No, no es que esté destruyendo algún planeta con una reconstruida Estrella de la Muerte, es que ahora tiene lío en la tienda de compra y venta de oro en la que trabaja como dependiente, así que hay que esperar a que tenga un descanso. Ya al teléfono, se nota que Darth Vader está inquieto, y es que siente una fuerte perturbación en la Fuerza provocada no por la presencia de un emergente y poderoso jedi, sino por algo que va a ocurrir el viernes 18.

Un momento, y a todo esto, ¿qué es un jedi? ¿Y la Fuerza? Mal empezamos si vamos por ese camino. La Fuerza (Wikipedia dixit) es «un campo de energía metafísico y omnipresente creado por las cosas que existen que impregna el universo y todo lo que hay en él manteniéndolo unido, y que da a los jedi y los sith su poder». ¿Y qué es un sith? Así desde luego no vamos a terminar nunca, hay que ir resumiendo: sí, esto es un reportaje sobre La guerra de las galaxias (aunque ya casi nadie la llama así, se ha acabado imponiendo lo de Star Wars) y sobre la alteración en la comunidad sevillana de aficionados que está provocando el inminente estreno de la séptima película de la saga, titulada El despertar de la Fuerza o, abreviando, Star Wars VII o, para los entendidos, el Episodio VII.

Será, ya quedó dicho, el viernes 18, el día en el que se paralizará la galaxia porque habrá acabado una espera de 10 años, los que han transcurrido desde el estreno en 2005 de La venganza de los sith, la sexta y última cinta de la franquicia que en realidad era la tercera. Porque ese es otro lío, y agárrense que vienen curvas: toda esta aventura empezó en 1977 con La guerra de las galaxias, a la que siguieron El Imperio contraataca (1980) y El retorno del jedi (1983), pero el padre de todo este universo, George Lucas, se marcó un tirabuzón espaciotemporal y en 1999, 16 años después del último estreno, puso el contador a cero con La amenaza fantasma, la cuarta película aunque cronológicamente pasó a ser la primera de esta historia. Después vendrían El ataque de los clones (2002) y La venganza de los sith (2005), que conectaría así con la original, que a partir de ese momento pasó a ser el Episodio IV.

Si han sobrevivido al párrafo anterior, que en realidad se da en parvulito de Star Wars, podemos volver con nuestro Darth Vader, que en realidad se llama Miguel Ángel Parralo, tiene 48 años y vive en Huelva, aunque el día 18 estará en Sevilla con toda la tropa de la Asociación de Fans de La guerra de las galaxias, que es el nombre formalito de un grupo que empezó llamándose Holored Estelar. «Se fundó en 1999», con el barullo que formó entonces El ataque de los clones (ya saben, el Episodio II), rememora su actual presidente, Ricardo Álvarez, un informático de 45 años que a la hora de la verdad es un caballero jedi. Aquello empezó como una reunión de chavales, pero «como ya no tenemos edad de juveniles, cuando nos hicimos mayores creamos otra asociación nueva con un nombre más largo y formal», aunque, como suele ocurrir con estas cosas, la entidad sigue siendo más conocida como Holored.

LA FUERZA DE LA FUERZA

Registrada como asociación cultural sin ánimo de lucro, hablamos de la agrupación galáctica que tiene más socios de España, 93 ahora mismo y subiendo, todo un estirón desde los cinco con los que nació el asunto. «Estamos en un buen momento para Star Wars», admite Ricardo, y es que se nota el ambientillo generado desde que, en octubre de 2012, saltaba el bombazo: Disney compraba Lucasfilm por 3.125 millones de euros y con ello los derechos de la franquicia, anunciando de sopetón una nueva trilogía (la que ahora empieza con el Episodio VII) y un no parar de productos en paralelo: tres spin off, dos series, un merchandising (los muñequitos) elevado al infinito... «La verdad es que la Fuerza está calando con fuerza, je, je», apostilla el presidente de una asociación que renueva cargos todos los años (las elecciones son en enero) y que tiene muchos socios nuevos, «la mitad de menos de un año con el boom de la película nueva».

Este buen momento para las espadas láser lo ratifica Juan Rebollo, que ejerce de relaciones públicas de la agrupación y que, cuando el cuerpo se le pone galáctico, va de mandaloriano, «que son muy chulos porque van por libre y no sirven ni al Imperio ni a los rebeldes, voy al que mejor me pague». En el universo de Lucas estos personajes son cazarrecompensas (el más conocido es Boba Fett) «y tienen el único traje que te permite llevar el color que te dé la gana». En el mundo (real) hay 800 aficionados con su ropa de mandaloriano, lo que se sabe porque tienen una web oficial y ahí se van registrando y enseñando sus vestimentas y armamento. Y es que esa es otra característica de esta comunidad, que domina la galaxia de internet, lo que se comprueba poniendo algo tan simple como Star Wars en Google: 472 millones de resultados. Ahí queda eso.

En este club sevillano (hay algún otro pero sin el grado de organización de Holored) tenemos alrededor de cinco mandalorianos, un grupito nada desdeñable. «Es que el traje es barato y fácil de hacer, el mío me salió por 20 euros», incluyendo un casco que nació de un casco viejo de moto y un cubo de fregona y una armadura (el club imparte talleres para enseñar a los socios y a todo el que se anime a hacerse la suya) que tuvo una vida anterior como bidón grande de aceitunas, explica Juan Rebollo, cocinero de formación, empresario y artista audiovisual, al que con cuatro años llevó su hermano al estreno de El Imperio contraataca al cine Cervantes. «De chico las veía una y otra vez», abonando una afición a la que luego arrastró a su mujer y demás familia.

Y si las cosas se viven con tanta pasión, ¿qué se prepara para el día del estreno? Pues básicamente, un maratón. Ricardo, por ejemplo, ya estará sentado en la primera de las proyecciones, a las 00.05 del día 18, y después volverá a verla a mediodía y por último a las 20 horas, que será algo así como la sesión oficial de la asociación, con un montón de socios vestidos como no puede ser menos para la ocasión. El escenario será el centro comercial Zona Este, que es donde tienen su local y donde pasarán el día vestidos para darle ambientillo a la jornada y hacerse fotos con quien sea menester, que suelen ser muchos.

Y es que al personal le va eso de inmortalizarse con criaturas de esta galaxia. De ello da fe nuestro Darth Vader, Miguel Ángel Parralo, que cuenta que «la gente se porta bien» pero que en cuanto asoma el tipo de la capa negra se vuelve loca. «La verdad es que algunas veces me he sentido un poco agobiado», algo impropio de un villano, es verdad, pero es que este es el peaje que hay que pagar por ser el icono del Lado Oscuro. Para intentar controlar a las masas algunas veces incluso ha improvisado un cordón de seguridad haciéndose rodear de troopers, los soldados de asalto esos de la armadura blanca que en las películas son tan fáciles de matar, porque las criaturas caen como chinches.

Contaba Juan Rebollo que su traje le salió por 20 euros, que no es precisamente el caso de este Darth Vader onubense, porque la broma en total le salió por unos 3.000 euros. Nada más que el casco le costó 1.000, y es que está hecho con fibra de carbono y es una de las pocas copias que existen en el mundo (al parecer hay una veintena) hechas con un molde luego perdido de la máscara original, «se nota porque tiene la peculiaridad de que no es totalmente simétrico, tiene el cachete izquierdo más hundido». El coste se dispara porque hay muchas piezas de cuero, y eso que el traje no lo compró sino que se lo hizo él, «bueno, en realidad me lo hizo mi suegra, que cuando terminó me dijo que no repetía, que nunca más».

A la suegra de Darth Vader le llevó dos años y el resultado fue una vestimenta de 10 kilos que nuestro protagonista tarda 20 minutos en colocarse y con la que pierde entre dos y tres kilos cada vez que se viste. «La verdad es que es una buena sauna, porque además me pongo una malla para proteger el traje», con un casco con el que además no ve tres en un burro («tengo que mirar por la rejilla de la boca») y al que no le falta un detalle, porque incluye un respirador con la secuencia de sonido original, esa de la respiración automática tan característica del personaje, y un micrófono con el que le sale la voz grave. No es que sea la de Constantino Romero (que dobló al personaje en la versión española) pero, asegura, el efecto es bastante resultón y unido a su percha («mido 1,80, pero con las calzas paso de los dos metros») nos queda todo muy aparente.

YO SOY TU PADRE

Tanto que los que se acercan a hacerse la foto quieren algo más y le hacen decir sobre todo aquello de «yo soy tu padre», «me ha fallado por última vez, almirante» o esa otra tan elegante de «su carencia de fe resulta molesta», con la que Darth Vader asfixia a distancia a uno de los oficiales imperiales. Esa pose precisamente es la que muchos quieren en la foto, retratarse mientras el malo de la capa negra le coge por el cuello o alarga la mano para hacer como que le ahoga utilizando la Fuerza para hacer el mal, porque para los no iniciados hay que aclarar que Lord Vader empezó como Anakin, un jedi más bien revoltoso, que se dejó seducir por el Lado Oscuro (eso se ve en el Episodio III) a la vez que nacían sus hijos, Leia y Luke Skywalker. Ellos son los protagonistas de las tres películas originales, y no se enteran de que son hermanos hasta el Episodio VI.

Con semejante berenjenal con las películas clásicas y las más recientes es normal que los que se embarcan por primera vez en esta aventura galáctica se hagan la misma pregunta: ¿en qué orden las veo, cronológico o por fecha de producción? Concepción Vidal lo tiene claro, «mejor empezar por el Episodio I», que es lo que hace ella cuando se mete entre pecho y espalda un maratón con las seis películas. Conchi, limpiadora de 50 años, se enganchó en 1977, con la primera de las cintas. «Luego me hice socia de Holored y ya salió mi lado friki totalmente», al que da forma vestida como Jocasta Nu, «un personaje que sale un momento en las películas y también en un videojuego en el que la matan a los dos minutos». Como bibliotecaria de la gran Biblioteca Jedi, fue a su vez una jedi y de ahí que lleve su espada láser, aunque como el personaje es tan poco conocido «siempre me dicen que voy de jedi china o japonesa».

Admite Conchi que a los eventos suelen ir pocas mujeres, aunque cada vez son más, y de hecho en la asociación tenemos varias sith y jedi, alguna Amidala... Ahora se está haciendo otro traje, el de piloto rebelde, por tres razones: «ya tenemos muchos jedi, el Ala X es mi nave favorita y así además voy de naranja, para que se me vea venir». Y es que esto de recrear un personaje le gusta, «no me da ninguna vergüenza vestirme, cojo mi sable láser y allá que voy, me meto totalmente en el papel porque yo no me disfrazo, voy caracterizada». Ricardo Álvarez, el jedi presidente, secunda esto último subrayando que «me gusta la interpretación», así que cada vez que van a algún acto no solo se hacen fotos con quien sea menester sino que también se meten en los personajes recreando poses y movimientos. Los que más gustan son Darth Vader, el peludo Chewbacca (tienen uno, pero el traje «en verano es la muerte a pellizcos») y los troopers, que les pasa como a su jefe: son tan rígidos que tienen problemas para sentarse, «incluso una escalera es una putada para ellos».

«En mi casa somos muy frikis», apostilla Conchi a lo que Ricardo contrapone que «somos personas normales con nuestros trabajos y nuestras cosas, en el trabajo no tengo ni una taza de Star Wars ni lo llevo de música en el móvil», una música que vuelve a firmar John Williams en este Episodio VII que tanta perturbación está generando en la Fuerza. Aunque para fuerza, con la que les latirá el pulso cuando, con la sala ya a oscuras, suene la fanfarria y, de abajo arriba, empiecen a salir letras como aquellas que, hace 38 años, iniciaron toda esta locura diciendo aquello de «hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana». Por cierto, metan esta frase en Google y verán cómo les presenta la búsqueda el navegador, que se apunta a esta fiebre galáctica para confirmar que la Fuerza está en todas partes, y a ustedes que les acompañe.

LA FUERZA MÁS SOLIDARIA

El pasado día 5 se inauguraba en el mercado de abastos de Utrera la muestra sobre el universo Star Wars que organiza la asociación con su propio material (maquetas, trajes, dioramas...) y que puede visitarse hasta el próximo 5 de enero. Son 1.000 metros cuadrados de exposición a un euro la entrada, un dinero que se entregará a la asociación de padres de niños con discapacidad Acéptalos. Y es que esa es una de sus señas de identidad: van a todos los saraos a los que les invitan (se pasaron por el reciente Evento Blog, sin ir más lejos) pero si es por una causa solidaria, mejor que mejor. El jueves 17, víspera del gran estreno, lo pasarán por ejemplo invadiendo el hospital Virgen del Rocío para visitar a los niños allí ingresados.

UNA NUEVA ESPERANZA LLAMADA J.J. ABRAMS

Así, Una nueva esperanza, se subtitulaba la película original, la de 1977, y así, llena de esperanza, está la comunidad galáctica local con el estreno de este Episodio VII y con el hecho, además, de que lleve la firma del director J.J. Abrams, el padre de la celebérrima serie Perdidos. Y es que, para qué lo vamos a negar, las tres precuelas que presentó George Lucas a partir de 1999 no estuvieron a la altura, sobre todo la primera, La amenaza fantasma. «Uf, después de tantos años esperando aquello fue un poco decepcionante», reconoce Ricardo Álvarez, que va descontando los minutos para el estreno como hace la cuenta atrás que tienen en la página web con los próximos eventos de la franquicia, de hecho para el Episodio VIII faltan hoy 17 meses y dos semanas. Ya queda menos.

Más duro que Ricardo es Juan Rebollo, para quien el error estuvo en que Lucas se pasó dos décadas «preparando una película digital, al final se centró demasiado en los efectos especiales para atraer a los niños y se olvidó de los fans que llevábamos 20 años esperando». A esto le une que el Episodio I «tiene demasiados secundarios cómicos», y no sólo el lamentable error que fue el personaje de Jar Jar Binks, sino que además «los droides son tontos». De ahí la esperanza en J.J. Abrams, que por cierto fue el que revitalizó con dos nuevas películas la franquicia Star Trek, la gran rival de Star Wars. Esto es como si el Sevilla fichase al entrenador del Betis o viceversa, las cosas de esta galaxia tan, tan lejana.