La hermandad del Buen Fin recuperó en su cortejo la procesión de una copia de esta reliquia, como hacía en el siglo XVII, al que pertenecen sus otros dos titulares.
La hermandad de Nervión sufrió en su largo recorrido hacia el centro por anchas avenidas todo el peso de la calor del Miércoles Santo previo a su cincuentenario.
La cantidad de penitentes y monaguillos hacen de la cofradía de Los Estudiantes una mezcla única de silencio y recogimiento, de alegría y un largo futuro por delante.
El Cerro acompañó a los titulares de su hermandad hasta la Catedral para recogerlos y acompañarlos de nuevo, entre vivas y pétalos, desde el Postigo hasta su casa.