Otto Engelhardt fue cónsul alemán en Sevilla y el hombre que modernizó la ciudad con la luz y los tranvías. Se nacionalizó español, levantó un imperio farmacéutico y combatió con la palabra a Hitler antes de ser fusilado por Queipo de Llano.
Crónicas ambulantes. Cada día a las seis de la tarde suenan las campanas de la Iglesia Palmariana. 120 minutos de misa dicha en latín y símbolos que parecen venir de la Edad Media.
Desde hace 70 años sus familias explotan las tierras del militar en el municipio. Ahora su futuro está en manos de la Justicia tras una demanda de la entidad.
Crónicas ambulantes. Dejaron de lado su vida para predicar la Biblia. Así es el día a día en la congregación itinerante que recorre la provincia: casas con terraza, colegio e iglesia, todo portátil.
Aún de ser acusado de crímenes contra la humanidad, el salvaje militar golpista sigue presente, incluso con honores, en el ideario de esa misma ciudad en la que tanta sangre derramó.
Edificios públicos, otrora claves para el desarrollo de la ciudad, permanecen en bochornoso estado de ruina, abandonados por administraciones y a la espera de ganar nuevos usos que no llegan y que les brindarían resucitar su esplendor.
Durante todo este lunes 18 de julio, El Correo ha simulado cómo habríamos contado el papel (esencial) de Sevilla en el levantamiento militar de 1936, cuando se cumplen 80 años.
Gerda Taro persiguió la foto icónica de la Guerra Civil, una imagen que removiese la conciencia de una Europa que, con el tratado de ‘No beligerancia’ abandonaba a su suerte a la República española y con ello facilitaba el paso a las potencias fascistas europeas. Un desdichado accidente truncó su carrera y su vida