Gruwez y Chevallier, un diálogo sin fisuras

Lisbeth Gruwez & Claire Chevallier estrenan en España en el Teatro Central su última obra, un singular diálogo entre la danza contemporánea y la música clásica de Debussy (***)

Gruwez y Chevallier, un diálogo sin fisuras / Dolores Guerrero

Dolores Guerrero

Intimista ysugerente. Así es esta última obra de la coreógrafa y bailarina belga Lisbeth Gruwez, un diálogo entre la danza contemporánea y la música impresionista de Debussyque, más que expresar emociones concretas, se propone sugerir y avivar la imaginación del espectador.

Un objetivo ambicioso sin duda. De ahí que Lisbeth Gruwez cuente con la complicidad de la pianista Claire Chevallier, una intérprete excepcional que conforma con la coreógrafaun discurso dancístico y musical sin fisuras, un camino de abstracción que transita por las emociones que sugiere la música sin detenerse, con delicadeza y fluidez.

Con una sencilla producción, la puesta en escena apuesta por un espacio minimalista que sitúa en primer plano a Chevallier y su piano. Lisbeth Gruwez entabla una suerte de alejamiento y acercamiento que imprime un cierto aire de juego, sobre todo en la primera parte, cuando la bailarina se pasea por el escenario con un baile de corte vertical repleto de vueltas, y unos movimientos de brazos y manos, calculados y libres a un tiempo, que beben de la fuente de lo clásico y lo popular. Curiosamente, todo ello desaparece hacia la mitad de la obra, cuando Gruwez se tira al suelo y se arropa con él.

Aunque quizás donde la danza alcanza un mayor protagonismo es en la última parte. Tras un breve solo de piano con el que Chevallier hace gala de su virtuosismo, la bailarina aparece en escena con unas calzonas doradas brillantes, una chaqueta y un top negro que remiten a la estética del hip hop. En ese momento entabla un refrescante juego de entradas y salidas de los arcos que presiden el fondo del escenario y su baile, mucho más contemporáneo, se impregna del lenguaje de las danzas urbanas. Es entonces cuando más brillan las notas musicales. En ese sentido cabe destacar la soberbia interpretación de Claire Chevallier así como el dominio, la limpieza técnica y la gracilidad y expresividad de Gruwez. Lástima que, en su afán de sugerir más que subrayar las emociones, describa una atmósfera un tanto fría.

La ficha

Obra: Piano Works Debussy

Lugar: Teatro Central, 13 de febrero

Compañía: Voetvolk

Coreografía: Lisbeth Gruwez

Música: Claude Debussy.

Dramaturgia: Bart Meuleman

Interpretación: Lisbeth Gruwez y Claire Chevallier

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Calificación: 3 estrellas

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