Una galería de espejos instalada en la fundación Valentín de Madariaga

Agua y cielo. Poblado de Alfonso XIII. Fotografía de Aitor Lara / Teresa Lafita Gordillo

Teresa Lafita Gordillo

La fotografía siempre es un espejo porque lo que capta es justo lo que se tiene delante.

Ese espejo lo es al menos de una realidad que existió durante un tiempo. También la de ese otro en que se captó y el de ese otro en el que se fijó la imagen.

Imagen que puede ser un paisaje, un interior doméstico, un edificio monumental, un bodegón o un retrato, etc.

Hablamos de realidad, de tiempos y de espejos pues todos ellos nos dan idea del ambiente, la vestimenta, la decoración, el modo de posar, las costumbres de un momento concreto o una época determinada.

Todos sabemos que esas premisas son falsas. Primero porque lo que se refleja en el espejo no es la realidad sensible o matérica, sino su réplica inmaterial. Lo segundo porque todo: edificios, naturaleza, personajes y objetos, son susceptibles a interpretaciones que no siempre tienen que ver con una realidad igualitaria o identitaria –y partiendo de la base de que esta exista- porque ya veremos como tampoco.

Luego estarán los numerosos cambios que tienen que ver con el deterioro físico de la materia original, con el del soporte, o con cualquier intervención que se realice sobre una u otra –sobre todo en la “realidad revelada”- aunque precisamente por eso, siempre esa será o estará de alguna manera alterada.

Revelada con “v”, pues si la cambiamos por la “b” la cosa cambiaría notablemente alcanzando registros que se escapan de una posible racionalización en un asunto como este de naturaleza ya de por sí ambigua o ambivalente.

Una restauración no podrá ser idéntica a aquella pieza que surgió de un negativo o de un molde y en el caso de que se hicieran copias ad nauseam, simplemente estas serían otras realidades de esa irrealidad ya lo digo claro, que son la imagen y su o sus reproducciones.

Se barajan aquí - en el sentido, la forma, los mensajes, claves y significado de la fotografía- palabras y conceptos aparentemente fáciles y creíbles de entender, cuando para nada lo son, tales como realidad e identidad (original y copias, tiempos y realidades múltiples o si queremos para o metarrealidades. A todas ellas, que hemos añadido además los espejos atendiendo al título de la exposición.

Nos adentramos en el mundo de la percepción visual, pero también en el de la psicología, en el de la filosofía, en el de la cultura propia y de la civilización a la que pertenecemos (de momento) cualquiera de nosotros, y por ello mismo, nos movemos en el de las múltiples interpretaciones de una misma imagen.

Nos sumergimos en un mundo de realidad duplicada, luego en sí mismo y por esto mismo, lo es y no lo es o simplemente ya no lo es.

El espejo, la imagen “real” y su doble ficticio. La realidad –o arrealidad- duplicada y a veces invertida, ¿o acaso no es esto también al revés, siendo la reproducción la verdadera y el original una/otra ficción?

En cualquier caso el juego de lentes que utilicemos, los del propio ojo y los del intelecto en el momento de procesarlas en nuestro cerebro y retina, van a ser otros factores a considerar hablando en términos de una persona –visora- sana y no con cualquier tipo de defecto físico ni mental, ni aún en los casos que las imágenes se alteraran voluntariamente antes o después de su revelado.

No entremos tampoco en el submundo de lo que nos dicta la imaginación, el subconsciente, lo surreal, porque entonces,...

Por otra parte, el hecho de que la imagen sea un espejo, no quiere decir que lo sea de la realidad, ni mucho menos la realidad misma, porque esta y en esto estaremos todos de acuerdo, siempre será subjetiva, interpretada según nuestros conocimientos previos, nuestra educación no sólo visual.

Tampoco lo será, porque en el enfoque se ha seleccionado un fragmento de la realidad, una angulación, unos detalles o primeros planos difuminando otros o no incluyéndolos, algo que se ha querido destacar dentro de todo el conjunto que vemos, entre otras cosas porque nuestra visión es mucho más amplia que el obturador.

Como muchas artes plásticas, la fotografía pertenece a las visuales. Luego es un privilegio de la vista, de los “videntes” no en el sentido esotérico –que también- y aunque las haya en tres dimensiones, es el tacto el que las haría o intentaría traducirlas.

El espejo plano, cóncavo o convexo, un cristal que no tiene porqué ser el que nos devuelva una imagen deformada como en las anamorfosis, es el objeto que provoca tantas reflexiones, porque no sólo nos devuelve esa magia de la fotografía, sino porque lo reflejado no es otra cosa que nosotros. Nosotros mismos somos los espejos, o tal vez, otra realidad inventada.

Y bien, después de todo esto, sólo invitaros a que seáis vosotros mismos los que consideréis hasta qué punto son verdaderas, fantasiosas, fantasmagóricas y todas las (hiper)realidades posibles, en las “21 Miradas andaluzas”, que componen la “Galería de Espejos” comisariada por Juan Manuel Bonet; producida por la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, organizada por el Centro Andaluz de la Fotografía y la Fundación Valentín de Madariaga, donde se celebra hasta el 15 de Noviembre de este año, en Sevilla.

La Exposición -que se acompaña de un Catálogo editado por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía a cuyo frente está su titular Patricia del Pozo- fue inaugurada por la Secretaria General de Innovación y Museos de la Junta de Andalucía Mar Sánchez Estrella, contando con la presencia de la Gerente de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales Almudena Bocanegra y el Presidente de la Fundación Valentín de Madariaga y Oña, Valentín de Madariaga Parias.

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Muchas vidas, historias, experiencias,...nos transmiten estas extraordinarias imágenes que vemos a través del espejo, de los espejos y del espejismo que nos sugieren, evocan, y que se mueven para esta redactora, entre la realidad y la ficción. La vida de la naturaleza, las que nos dejan las ausencias, los vestigios del arte, las huellas de la geografía, las síntesis de películas, poesías y novelas.

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