El viaje imaginario de Alqhai y Tabassian

Anclado en la fusión y el mestizaje musical, Fahmi Alqhai y su Accademia del Piacere contaron esta vez con el conjunto étnico liderado por Kiya Tabassian

Accademia del Piacere y Constantinople. / Aníbal González (Femás) / Juan José Roldán

Juan José Roldán

Cada Femás, desde hace más de veinte ediciones, cuenta con un estreno de la mano de su director Fahm Alqhai, en los últimos años centrado en la fusión y el mestizaje musical, con propuestas que van del rock al flamenco con aires barrocos apoyados habitualmente en esa viola da gamba que domina a la perfección. Esta vez contó con la inestimable colaboración del grupo canadiense que lidera el músico iraní afincado en Canadá Kiya Tabassian, Constantinople, un conjunto de marcado acento étnico que maneja los instrumentos autóctonos con la misma perfección y destreza con que lo hacen los tres violagambistas a los que en esta ocasión quedó reducida la Accademia del Piacere, formación que lidera el sevillano de origen sirio que más ha exportado la música seria hecha aquí al resto del mundo.

Siguiendo las notas al programa de Juan Ramón Lara, se prometía uno de esos viajes de ida y vuelta que tanto ilustran nuestra historia y los lazos que nos unen a ese mundo tan aparentemente lejano que representa el Medio Oriente. Se trata de los viajes que el embajador de Enrique III de Castilla, Ruy González de Clavijo, documentó en su libro Vida y hazañas del Gran Tamorlán, cuando zarpó hacia la corte del sultán Temür para crear una alianza con la que enfrentarse a los turcos otomanos. Unos viajes que le llevaron a él y su séquito de Persia a la misma Constantinopla, y que Argote de Molina divulgó en los tomos que él mismo editó y prologó. También comenta Lara que de la misma forma, años después fue el príncipe conocido como Juan de Persia quien realizó un viaje de vuelta, de Isfahán, en el corazón de Irán, a las cortes europeas hasta instalarse en Castilla. Y de todo eso tenía que surgir este programa musical, pero fue imposible seguir estos apasionantes viajes así ilustrados con música de la época, ante la oscuridad reinante en la sala, que hacía imposible seguir sus escalas, y la falta total y absoluta de ningún tipo de explicación, ni hablada ni escrita sobre el fondo del escenario en el que el Espacio Turina suele proyectar tan oportunamente los textos cantados en recitales de toda índole, y que este Femás ha obviado por completo.

Así las cosas, y con un setar (pequeño instrumento persa de cuerda pulsada) y la voz de Tabassian sometidos a una amplificación que afectó a todo el conjunto y provocó un sonido seguramente brillante y hermoso pero tan uniforme que resultó difícil apreciar texturas y planos, lo que quedó fue un bonito y fluido concierto de música mestiza, con momentos aislados de inconfundible belleza, especialmente cuando se podía apreciar el trabajo más armonioso que contrapuntístico de las violas, todo ello tamizado con un trabajo de percusión mimado pero a menudo rutinario. En el camino ya daba igual si las piezas eran de Narváez, Mudarra o Guerrero, o si se trataba de un fandango, una fantasía o unas diferencias... todo estuvo tratado igual, bajo una misma discutible estética. No cabe duda de que el trabajo de los y las músicos fue impecable técnicamente, y que primó la belleza tímbrica por encima de cualquier otra consideración, pero el resultado a algunos nos pareció demasiado homogéneo y poco o nada ilustrativo de todo aquello que pretendía reflejar. Aun así suscitó el entusiasmo generalizado del público, si bien percibimos cierto desconocimiento y desconcierto entre los comentarios vertidos de mucha gente que ni siquiera era consciente de la colaboración concertada, y todo lo achacaba al popular conjunto del violagambista sevillano. Hubo también entre los especialistas en el género, quien aclaró que el programa era muy exigente técnicamente, lo que de ser así ciertamente contó con el buen hacer de los siete participantes, incluida la muy idiomática y exótica labor de la intérprete turca Didem Basar al kanun, una especie de salterio cuyo nombre traducido significa ley.

ACCADEMIA DEL PIACERE + CONSTANTINOPLE **

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39 Femás. De Sevilla a Isfahán. Accademia del Piacere: Fahmi Alqhai, Rami Alqhai y Johanna Rose, violas da gamba. Constantinople: Kiya Tabassian, setar y voz; Didem Basar, kanun; Patrick Graham y Hamin Honar, percusión. Programa: Piezas de Francisco Guerrero, Luis de Narváez, Aga Mu’men, Alonso de Mudarra, Dimitri Cantemir, Miguel de Fuenllana, Fahmi Alqhai, Kiya Tabassian y anónimos. Espacio Turina, sábado 26 de marzo de 2022

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