Una fastuosa producción rebosante de virtuosismo

El Béjart Ballet Lausanne abrió la temporada de ballet del Teatro de la Maestranza con una fastuosa producción que terminó con un larga y sentida ovación del respetable.

Fotos Guillermo Mendo / Dolores Guerrero

Dolores Guerrero

Una fastuosa producción rebosante de virtuosismo y espectacularidad. Es lo que nos propone el Béjart Ballet Lausanne con ‘Ballet for life’, una de las creaciones más famosas de Maurice Béjart.

La obra se propone homenajear a dos figuras que murieron a causa del Sida con tan solo 45 años de edad: Freddie Mercury y Jorge Donn, bailarín estrella de la compañía. Por fortuna en nuestros días la tasa de mortalidad causada por esa maldita enfermedad ha bajado hasta dejar de ser significativa, pero en los noventa se llevó por delante a mucha gente en la flor de la vida. Tal vez por eso Béjart concibió esta obra como un canto a la esperanza y a la juventud. Y aunque su estreno data de 1996, no ha perdido nada de vigencia y nos devuelve la condición espectacular del ballet.

Y es que, en estos aciagos tiempos de post-pandemia, ya casi se nos había olvidado lo que supone ver en un escenario a más de treinta bailarines entregados a una danza con la que, fiel a su espíritu iconoclasta, Béjart se atreve a mezclar con deliciosa libertad y atrevimiento pasos y figuras del ballet clásico con una danza neoclásica impregnada de teatralidad que nos brinda algunos solos, tríos y números de pareja con un elevado grado de limpieza técnica y expresividad y unos números corales de encomiable sincronía.

La obra discurre como un sucesión de escenas sueltas que ponen imágenes a los sentimientos que se desprenden de las canciones más populares de Quin, como It’s a beautiful day, I want to break free, Radio Gaga o Bohemian Rhapsody, entre otras. Y entre canción y canción Béjart introduce también cuatro piezas musicales de Mozart que, curiosamente, encajan de maravilla en el discurso musical. Así, sin más hilo conductor que el de la enfermedad y la muerte que se cuela en algunos elementos como las camillas empujadas por enfermeras, los ángeles y las sábanas blancas que los bailarines se ponen encima a manera de sudarios, o un especie de cubículo que remite a la experiencia del cuarto oscuro, Maurice Béjart, apoyado por el excelente diseño de vestuario de Gianni Versace y la magnífica iluminación de Dominique Roman, construye un ballet desbordante de energía y positivismo que, por encima de todo, ensalza el amor y la libertad. Un obra que bajo la dirección artística de Gil Roman y los actuales integrantes de la compañía, nos brinda una hora y media de danza espectacular y virtuosa que alcanza su momento más emotivo al final, cuando a compás de I Want to Break Free, aparece en una pantalla situada al fondo la imagen de Jorge Donn bailando la coreografía que Béjart creó para él en 1971: ‘Nijinski clown de dieu’.

Obra: Ballet for life

Compañía: Béjart Ballet Lausanne

Lugar: Teatro de la Maestranza, 14 de octubre

Coreografía: Maurice Béjart

Música: Queen, Wolfgang Amadeus Mozart

Dirección artística: Gil Roman

Diseño de vestuario: Gianni Versace

Intérpretes: Julien Favreau, Solène Burel, Carme Andres, Fabrice Gallarrague, Mari Ohashi, Oscar Eduardo Chacón, Chiara Posca, Vito Pansini, Mattia Galiotto, Paolo Randon, Valerija Frank, Jasmine Cammarota, Antoine Le Moal, Dorian Browne, Denovane Victoire, Clara Boitet, Alessandro Cavallo, Cyprien Bouvier, Javier Casado Suárez, Angelo Perfido, Fabrice Gallarrague, Kwinten Guilliams, Masayoshi Onuki, Konosuke Takeoka, Andrea Luzi, Solène Burel, Federico Matetich, Oana Cojocaru, Floriane Bigeon, Clara Boitet, Daniel Aguado Ramsay, Liam Morris, Carme Andres, Solène Burel, Jiayong Sun, Hideo Kishimoto.

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Calificación: ****

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