El flamenco más vivo que nunca

Desde los tiempos de Manuel Machado Álvarez, alias Demófilo, padre de los hermanos Machado y primer folclorista español, el flamenco ha tenido siempre sobre sus espaldas el vaticinio de su extinción. Pero no sólo no se ha muerto, sino que está más vivo que nunca y este espectáculo, protagonizado por tres jóvenes promesas del toque, cante y baile lo confirma.

La obra comienza con una curiosa versión aflamencada de uno de los poemas de ‘Los proverbios y cantares’ de Antonio Machado, y tras un solo de guitarra con el que Juan Anguita hizo los honores a la guitarra flamenca de concierto y Elena de Morón al cante y Araceli Muñoz al baile abordaron unos tarantos de rigurosa medida en la voz y desbordante fuerza y temperamento en el baile. Tal vez demasiado porque, a fuerza de querer subrayar todo el potencial trágico que encierra este palo, Araceli abusó un tanto de los golpes de tacón y los remates efectistas.

Por fortuna, tras el cante por seguiriya con el que Elena de Morón nos demostró que el flamenco sigue teniendo un alto poder de conmoción, la bailaora cordobesa nos regaló un baile por alegrías con mantón y bata de cola de impecable técnica, tan elegante como vistoso que hizo las delicias del público.

Cabe destacar cómo en las manos de Araceli Muñoz el mantón parecía tener vida propia. Y es que, era tal la limpieza técnica con la que lo manejaba que

parecía que se movía solo. Al igual que la bata de cola, que se mecía por escenario como un apéndice más de su cuerpo.

De la misma manera, Juan Anguita nos brindó un toque tan limpio como cálido y generoso, siempre al servicio de la velocidad que la bailaora marcaba con sus subidas y remates. Aunque donde de verdad se lució, además de su solo, fue en la seguiriya con la que acompañó a Elena de Morón, cuyo cante se ciñió a los cánones clásicos, aunque ajustado a su timbre y su expresión, porque como cualquier cantaor o cantaora que se precie, ella hizo suyo el cante.

Así, aunque el espectáculo discurre por la senda del flamenco tradicional, podría decirse que es también plenamente actual, ya cada uno de los artistas lo lleva a su terreno, que está plagado de referencias por los que se cuela la estela de artistas tan grandes como Enrique Morente, Carmen Amaya o Paco de Lucía, entre otros. Aunque más que intentar imitarlos, estos tres jóvenes artistas llevan a cabo una forma particular de desarrollar todo ese legado que, aunque todavía en ciernes, acabará por definir un estilo propio de cantar, bailaor o tocar la guitarra. Lástima que el diseño de iluminación los mantuviera a oscuras más tiempo del deseado.

Obra: Senderos del alma

Lugar: Teatro de la Maestranza. Sala Manuel García, 19 de abril

Cante: Elena de Morón

Baile: Araceli Muñoz

Toque: Juan Anguita

Calificación: 3 estrellas