India Martínez se puso por montera a la Maestranza

India Martínez comenzó su carrera artística como cantaora flamenca, y aunque más tarde se decantara por el pop, su alma es flamenca y ayer la dejó volar en la plaza de toros de Sevilla donde, dentro del ciclo Noches de la Maestranza, nos ofreció un concierto, tan brillante como valiente, que forma parte de la gira con la que está presentando su último disco: ‘Nuestro Mundo’.

India comenzó el recital hablando en off con un tono intimista que se tornó desafiante al final, cuando nos confesó: “cada día me siento más libre y más perra”. Y curiosamente el público la escuchó en riguroso silencio y no rompió a aplaudir hasta pasados unos minutos, cuando ya la artista había aparecido en escena, vestida con un body negro, una suerte de peto rojo de estética futurista y unas botas altas negras. Nada más empezar a entonar los primeros versos de la canción que da título al disco y a la gira: ‘Nuestro Mundo’, India Martínez se puso a la Maestranza por montera colmando de quiebros, melismas y quejiós flamencos a sus canciones, que no por ello dejan de ser fieles al universo del pop.

De esta manera, se convierte India Martínez en una cantante única, gracias a una voz privilegiada, un oído exquisito y un dominio del lenguaje y del potencial emocional del flamenco que le permiten dar al género pop un aire diferente.

También se cuelan en sus canciones los sonidos urbanos que cultivan cantantes como el colombiano Andy Rivera, con quien India ha grabado ‘5 sentíos’ y estuvo anoche presente en modo virtual, al igual que Melendi, cuando interpretó ‘Si ella supiera’, que comenzó cantando al alimón con dos niñas pequeñas, Tania y María, dos singulares “espontáneos”. Aunque eso fue ya en el tramo final del concierto. Antes India Martínez nos ofreció un largo repertorio que incluía otras canciones de su último disco: ‘Las burbujas del Jacuzzi’, ‘Será por eso’ o ‘A ti mujer’ -que reivindica la valía de las mujeres y su lucha por la igualdad- y también otras composiciones con las que ella se retrata como una mujer valiente de nuestro tiempo, como ‘Conmigo’ o ‘Si no te vas’, que despertó toda una gama de olés y frases de aliento del público. “India te quiero” le dijo una espectadora y ella contestó: “Yo también”, con auténtica frescura.

Y es que, además de la soberbia interpretación de las canciones, la cantante cordobesa supo interactuar con el público con auténtica soltura, hasta lograr hacerlo bailar y participar tanto con sus coros como con sus palmas. Aunque para palmas y coros los de Manuela Fernándezy Gema Carpio, que mantuvieron el ritmo en alto durante en todo momento y se erigieron en protagonistas con ‘Azulejos de lunares en mi balcón’ y ‘Vengo del Moro’, unos tangos que India terminó de cantar con auténtica hondura flamenca, como no podía ser de otra manera tratándose de un tema que popularizó uno de sus referentes del cante flamenco, el también cordobés ‘El Pele’.

Antes de eso India Martínez ya había enardecido al público con su interpretación de ‘Convénceme’ -que ella grabó con Marc Antthony y anoche comenzó tumbada en la cama-, ‘Loco’ y ‘La gitana’ que previamente dedicó a la figura de los ‘acompañantes’. Comenzó junto a la guitarra flamenca de Freire tocando ella misma el cajón flamenco, aunque no tardó en levantarse para animar al público a cantar y bailar con ella.

Y el concierto todavía guardaba algunas números impactantes como ‘Olvidé respirar’, que a instancias de la artista el público acompañó de pie con las linternas de sus móviles encendidas y el alma encogida, y ‘Hoy’, la popular melodía de Gloria Estefan que anoche cantó situándose en segundo plano, dejando el primero a tres parejas de bailarines que nos llevaron de viaje al Caribe con su baile, tan espectacular como sensual. Una sensualidad que derramó también la propia India Martínez al término del tema, completando así la figura estelar que había estado perfilando durante todo el recital, a caballo entre la niña vulnerable, la mujer sensible y la artista poderosa.

Y qué decir del número del bailaor Sergio López, a quien la cantante comenzó acompañando con una canción que reconoció que hacía mucho que no cantaba: ‘El Aire y el baile’ y acabó cantándole por bulerías.

Tras ese número India quiso brindar su particular tributo a María Jiménez con ‘Se acabó’, la famosa rumba de la cantante trianera cuya interpretación nos pellizcó hasta dejarnos borrosa la mirada.

El concierto rozaba ya el final, pero antes de terminar la cordobesa quiso acercarse aun más al respetable leyendo las pancartas que se alzaban en las primeras filas, mientras aprovechaba para presentar a sus músicos: Rubén Vargas (percusión), Fran Hurtado (batería), Rafa Díaz (bajo), Freire (guitarra) y Antonio Bejarano (piano). Sus nombres pasaron un tanto desapercibidos entre pancarta y pancarta, aunque brillaron durante todo el concierto con la ejecución de la música y la complicidad con la cantante.

Y llegamos al Bis, que se hizo esperar. El público permaneció sentando y animando a la artista con palmas por sevillanas, gritando su nombre y repitiendo una y otra vez : “otra, otra...” Y cuando ya empezaba a desesperar, salió a escena Antonio Bejarano y, tras un genial preludio al piano India Martínez apareció de nuevo y llamó al escenario al cantaor onubense Arcángel y al cantante sevillano Antonio Romero, con quienes se dispuso a homenajear a Sevilla, una ciudad muy querida para ella, según nos dijo en un momento del concierto, porque es donde “puedo descansar, comer bien y estar en paz”. El tributo comenzó con las sevillanas de Pareja Obregón ‘Que también es de Sevilla’, y culminó con ‘A ti Sevilla’, un tema mítico que popularizó Rocío Jurado con el que India se echó un espectacular pulso con sus acompañantes, alcanzando tonos imposibles sin salirse un ápice de la afinación.

Parecía difícil continuar con el recital arriba tras ese número, pero la cantante se guardaba un as en la manga: ‘90 minutos’, una de sus canciones más populares que el público no paró de pedir durante toda la noche Y tras ‘Si ella supiera’, India Martínez se bajó del escenario para hacer un triunfal paseillo por el ruedo cantando ‘Vencer el amor’, que volvió loco al público, hasta el punto de agolparse de una forma un tanto peligrosa a su alrededor. Pero la cantante llegó ilesa de nuevo al escenario y, visiblemente emocionada, se despidió por todo lo alto con ‘Aguasanta’.