Una gran producción del Ballet Nacional

Una gran producción del Ballet Nacional de España siempre es un acontecimiento que despierta grandes expectativas, sobre todo si, como es el caso, se trata de un estreno absoluto. De ahí que el patio de butacas estuviera lleno de aficionados y figuras del universo del baile flamenco, como Cristina Hoyos, Merche Esmeralda, Jose Antonio, Javier Barón o Ana Morales entre otros.

Lo primero que llama la atención de esta obra es que, a pesar de que el Ballet Nacional adquirió en su día el compromiso de mantener viva la llama del flamenco y la danza española, ha encargado el proyecto y la dirección artística a un creador de danza contemporánea, Marcos Morau, que firma también la coreografía junto a los integrantes de su compañía, La Veronal,

Se trata, por tanto de una apuesta diferente de Ruben Olmo que asume el riesgo de levantar la polémica, aunque teniendo en cuenta la trayectoria de Morau al frente de La Veronal, que sin duda es una de las compañías de danza contemporánea española de mayor éxito y proyección internacional, en cierta medida podría decirse que apuesta por el caballo ganador.

Pudimos comprobarlo a medida que se sucedían las escenas de este espectáculo, que comienza con una pieza sumamente sugerente, con los bailarines vestidos de blanco y negro en un espacio escénico que recrea un plató de fotografía. Una escena que acaba con un magnífico primer plano de los pies taconeando a compás, bajo un fondo de música electrónica que estuvo presente en casi todas las escenas, creando un manto envolvente que ensalzaba la espectacularidad de la danza, aunque debido a su corte repetitivo y machacón acabó por saturarnos.

En ese sentido, echamos de menos una presencia mayor del cante flamenco, que agradecimos sobremanera en la nana que cantó María Arnal, y antes de ella en el cante en directo de Gabriel de la Tomasa, quien junto a la guitarra de Bermúdez, nos remite a las labores del campo en una escena que, junto a la estampa de una bailaora de cuerpo y lazo inmenso, remite a la foto de Matilde Coral que Afanador tomó para su exposición urbana: ‘Mil besos' que fue promovida por el Centro Andaluz de la Fotografía (CAF), y se estrenó en la XV Bienal de Flamenco en Sevilla, en 2008, para la que el célebre fotógrafo colombiano diseñó también el cartel.

Para esa exposición Afanador fotografió en blanco y negro a figuras del baile flamenco del momento. Además del gran lazo negro con el que posó Matilde Coral, aquí se recoge también el traje de mangas de acordeón, que le sirve a Fran Velasco para ofrecernos uno de los números más flamencos y deliciosos de la noche, junto a esa gran melena negra de la mujer que permanece de espaldas en el balcón. Se trata de una pieza donde Morau da rienda suelta al universo entre surrealista y realismo mágico de Afanador, con un sinfín de dibujos que se proyectan e interactúan con la imagen de la gran melena con la que posó Esperanza Fernández.

En cuanto a la coreografía, prima el corte contemporáneo de la danza, aun cuando el flamenco está siempre presente, sobre todo en el taconeo, que aquí asume el papel de instrumento de percusión en muchos momentos. Los números corales se decantan por un frenesí vertiginoso, aunque se paran de vez en cuando para delimitar imágenes estáticas que recuerdan a los posados fotográficos.

Cabe destacar el ejercicio complejo de deconstrucción del flamenco de algunos números, como el de la bata de cola, y el alto grado de compenetración de los bailarines y bailarinas en los números corales, que son los dominantes.

Se trata, sin duda de una gran producción que tiene todos los ingredientes para alcanzar un éxito notable, aunque el flamenco se diluye en el lenguaje contemporáneo de Morau y el universo onírico de Afador.

Obra: Afanador

Lugar: Teatro de la Maestranza, 1 de diciembre

Compañía: Ballet Nacional de España

Dirección: Rubén Olmo

Idea dirección artística: Marcos Morau

Coreografía: Marcos Morau & La Veronal / Lorena Nogal, Shay Partush, Jon López yMiguel Ángel Corbacho

Dramaturgia: Roberto Fratini

Composición musical: Juan Cristóbal Saavedra

Diseño de escenografía: Max Glaenzel

Diseño de vestuario: Silvia Delagneau

Diseño de iluminación: Bernat Jansà

Colaboración especial (cante): María Arnal

Fotografía: Ruven Afanador

Elenco: Rubén Olmo (colaboración especial), Inmaculada Salomón, Estela Alonso, Débora Martínez, Irene Tena, Cristina Aguilera, Ana Almagro, Sara Arévalo, Pilar Arteseros, Marina Bravo, Irene Correa, Yu-Hsien Hsueh, María Martín, Sara Nieto, Noelia Ruiz, Laura Vargas, Sou Jung Youn, Francisco Velasco, José Manuel Benítez, Eduardo Martinez, Albert Hernández, Matías López, Carlos Sanchez, Diego Aguilar, Juan Berlanga, Manuel Del Río, Axel Galán, Álvaro Gordillo, Antonio Jesús Jiménez, Víctor Martín, Alfredo Mérida, Javier Polonio, Pedro Ramírez, Sergio Valverde

Calificación: ****