TOROS
La épica de Escribano alumbra el comienzo de la Feria de Sevilla
Escribano firma la tarde de un héroe tras una grave cogida en el primer victorino de la tarde
Borja Jiménez consigue los mejores momentos en la Maestranza con el gran toro Baratero
El diestro Manuel Escribano con los trofeos conseguidos al último toro de la corrida celebrada hoy sábado en la plaza de toros La Maestranza de Sevilla. EFE / José Manuel Vidal / Jose Manuel Vidal / Efe
La corrida de este sábado, en el que arranca la Feria de Sevilla, comenzó y terminó con un alto voltaje. La épica se ha escrito a lo largo de la tarde. Una intensidad no apta para cardíacos.
Escribano, con veinte años de alternativa, parecía un chaval que empezaba esta tarde. Arrojo, ganas y pundonor. Pusó el honor y la gloria en el coso maestrante. Enseñó a los asistentes lo que es el toreo. Jugarte la vida cada tarde, sin trucos ni artificios. Ejemplo para los niños que sueñan con ser toreros.
Ficha del Festejo
Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Séptima de abono y quinto festejo de la Feria de Abril. Lleno de No hay billetes. Toros de Victorino Martín
MANUEL ESCRIBANO, cogido y dos orejas en el sexto tras salir de la enfermería.
BORJA JIMÉNEZ, ovación en el que se hizo cargo tras la cogida de Manuel Escribano, oreja y ovación.
ROCA REY, palmas y ovación.
Manuel Escribano resultó cogido con el capote en el primer toro de la tarde.
Mientras seguía entrando la gente, el de Gerena se fue caminando muy despacio para recibir a portagayola al primero de la tarde. De rodillas se puso. Muy largo esperando al toro con el silencio expectante de la Maestranza. El toro Disparate salió cruzado hacia el burladero y embistió al torero. Se puso de pie y siguió toreando a la verónica hasta que le echó mano y lo zarandeó en varias ocasiones. Cornada muy fea. La plaza se quedó fría.
Fue intervenido en la plaza sin anestesia general. Pasaron unas horas hasta que salió de nuevo al ruedo. Atronadora ovación al grito de “Torero, torero”. El público en pie. Del “calentón” del ambiente, permítanme la expresión, se volvió a ir a portagayola.
Horas antes casi pierde la vida y regresaba al mismo sitio para poner su vida en el disparadero. Salió ataviado con unos vaqueros y camisa de su amigo Chimy Ávila, y con su chalequillo oro.
La portagayola fue de las más emotivas que se recuerdan, con sones de Nerva del Maestro Tejera. Formó un auténtico alboroto. El arrojo del diestro seguía por la nubes. Colocó las banderillas con una cornada en el muslo. ¡Qué mérito!
El diestro Manuel Escribano en su faena al último toro de la corrida celebrada hoy sábado en la plaza de toros La Maestranza de Sevilla. EFE / José Manuel Vidal / Jose Manuel Vidal
La faena de muleta fue de menos a más. El toro tenía mucho peligro. No era fácil. Se quedaba a mitad de camino. Con la mano diestra tiró de él en los medios. Muy tapado, siempre cruzado y dando el pecho. Muletazos con mucha profundidad. La plaza seguía rugiendo en cada pase. La emoción era palpable en los tendidos. Se fue a por la espada y mató en todo lo alto. El público pidió con mucha fuerza las dos orejas.
El toreo caro de Borja Jiménez
Borja Jimenez demostró el buen momento que atraviesa. Con su segundo toro Baratero consiguió poner a todo la plaza en pie. Una faena de muleta llena de verdad, compromiso, estética y profundidad. Los bieeeen de Sevilla se cambiaron por los olés de la Maestranza. Ese olé tan característico que ruge en cada muletazo.
Bordó el toreo. Le cogió el aire desde primera hora al gran toro Baratero. Sin probaturas se pusó al natural. Consiguió llevarlo muy templado, sin apenas toque, solo con su prodigiosa muñeca. La banda de música empezó a amenizar la obra de arte vivida esta tarde.
Con la derecha se gustó el torero de Espartinas. Ya no había técnica, estaba toreando con el alma, a placer, para realizar su mejor faena en la Maestranza. Dos tandas con la mano diestra, con el compás abierto, acabaron con la plaza en pie y alborotada. Siguió toreando al natural, con la figura vertical, sin trucos. Enganchando al toro delante y llevándolo detrás de la cadera. Lo único negativo fue la estocada. Tendida y casi entera. Perdió las dos orejas del gran toro de Victorino Martín que se fue con una sonora ovación en el arrastre.
El diestro Borja Jiménez en la faena a uno de sus toros durante la corrida celebrada hoy sábado en la plaza de toros La Maestranza de Sevilla. EFE / José Manuel Vidal / Jose Manuel Vidal / Efe
Antes, Borja Jiménez se estrenó en la tarde con el toro de Escribano. El torero de Espartinas, que abrió la puerta grande de Las Ventas, estuvo a una gran altura.
Fue muy peligroso en todo momento y no se lo puso fácil. Los banderilleros pasaron complicaciones para poner los palos. El toro sabía lo que se dejaba atrás. Borja, en un bonito detalle, brindó a la enfermería en honor a su compañero herido. Con la muleta demostró mucha firmeza y mérito para tirar de las embestidas tan encastadas de Escaparate. Al natural le sacó muletazos con mucho mérito. Tuvo algún que otro susto con la franela. El peligro del toro llegó al tendido. Faena para aficionados que supieron reconocer la labor. Saludó la primera ovación.
Se fue en el quinto toro a portagayola en un acto de gallardía. Rememoró a la gesta del pasado otoño en Las Ventas. El animal Cobardón no dio pie al lucimiento con el capote. Tito Sandoval lo picó correctamente para atemperar el genio del animal. Se fue ovacionado por el callejón. Aún así, el toro desarrolló muchas complicaciones. Sabía dónde tenía que cazar. Borja se cruzó al pitón contrario y dando el pecho en cada muletazo. Lo intentó por ambos pitones, pero no llegó a coger vuelo. Gran tarde del torero.
La exigencia de Roca Rey
Había mucha expectación por ver esta tarde Roca Rey. Era la primera vez que se anunciaba con los toros de la A Coronada. Una gran gesta que podía salir mal o bien. En su primero no llegó a confiarse. El animal Minueto tenía que ir muy enganchado en los trastos. Se quedaba a medio camino. El peruano se acopló a final de faena. Hubo alguna división de opiniones en el tendido.
El diestro peruano Roca Rey en su faena al segundo de su lote durante la corrida celebrada hoy sábado en la plaza de toros La Maestranza de Sevilla. EFE / José Manuel Vidal / Jose Manuel Vidal / Efe
En el cuarto toro se le vió más entonado. El quite de Borja Jimenez por chicuelinas no le sentó bien al peruano. Ni al toro tampoco. Brindó la faena al maestro Jose Antonio Campuzano, el que fuera su apoderado y mentor desde muy joven.
El animal Plantaviñas embestía con mucha humillación en el comienzo pero terminaba con la cara por las nubes. Por esta condición del animal deslucía el muletazo del diestro. Estuvo muy firme Roca Rey con este toro. Incomprensiblemente se escucharon algunos pitos de los aficionados. Será eso que hoy había mucho público de Madrid recriminando la colocación del diestro. Andrés siguió a lo suyo. Se acopló al final y sacó buenas tandas con la mano diestra atacando al animal para que no pensara. Tres horas y cuarto de festejo y la gente seguía en la plaza con ganas de más. ¿Lo mejor de hoy? Nadie se movió de su asiento. Tarde para la historia de las que crean afición
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