El bibliotecario de La Rinconada presenta el primer estudio sobre la parroquia de la localidad

 Lleva en pie desde el siglo XV –aunque haya fuentes erradas que la hayan derribado–, y aún no contaba con un estudio que la diese a conocer. Pero un rinconero, filólogo, bibliotecario e investigador para más señas, ha conseguido sacar a la parroquia de La Rinconada de su desconocimiento. Y con Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves de La Rinconada (Sevilla). Estudio histórico-artístico, Antonio Fernández Navarro ha hecho una parada literaria en la Estación de las Letras conjugando la historia con el humor, el homenaje y la gratitud.

La obra recoge la investigación realizada por Fernández desde donde los documentos han permitido remontarse hasta la actualidad. Un libro que se acerca al edificio desde sus orígenes hasta nuestros días, nutriéndose de fuentes principalmente localizadas en los archivos del Arzobispado y el Histórico Provincial de Sevilla, así como el parroquial y el municipal de La Rinconada. Un trabajo iniciado en 2010 y que ha visto la luz ahora, tras ser editado por la Diputación de Sevilla.

Reconocimiento al autor por su dedicación a la cultura

El autor no es ajeno a las letras. Es doctor en Filología por la Universidad de Sevilla y bibliotecario municipal de La Rinconada. La literatura es su herramienta de trabajo y la de viajes su especialidad, siendo esta la temática de su tesis doctoral, calificada con sobresaliente cum laude. Titulada Sevilla teatro de los sueños. Reflejo de la ciudad en los textos de viajeros franceses del siglo XIX, fue también galardonada con el premio Fundación Focus-Abengoa 2009 a la mejor tesis de temática sevillana. Es coautor de varios libros sobre viajeros francófonos del XIX y la reorganización de la hermandad de los Dolores de la localidad, así como de numerosos artículos de investigación sobre el patrimonio histórico y artístico de La Rinconada, de crónica y relato de hechos y personajes del pueblo.

Pero Antonio Fernández es también –en palabras de la delegada municipal de Cultura, Raquel Vega– “historia viva de nuestra biblioteca pública” y referente en la cultura local. “Un hombre preocupado y ocupado en el conocimiento, en la investigación y en la identidad”. Si bien “se escapó” como pregonero de esta edición de Estación de las Letras no ha podido hacerlo de recibir “justamente el reconocimiento que mereces por toda una vida dedicada a las bibliotecas públicas”. Así, la delegada de Cultura le hizo entrega de la estatuilla que representa a la Factoría Creativa de las Letras por su vida dedicada a los libros.

Antes de dar paso a la tertulia, en la que el también bibliotecario de la localidad José Miguel Tapia departió con Fernández, la delegada de Cultura ratificó el compromiso adquirido por el alcalde, Javier Fernández, para colaborar económicamente en la restauración del retablo mayor de la parroquia, actualmente en ejecución, y que se aprobará en el próximo pleno.

Decidió escribir sobre la parroquia porque es “una desconocida” para el pueblo

Haciendo analogía con unos grandes almacenes, el autor declaró que “yo vendo lectura y cultura”. Y gracias a su trabajo comenzó a ahondar en tres frentes: la animación a la lectura, los viajeros francófonos y, finalmente, la historia de La Rinconada. Fue ahí donde empezó a intentar esclarecer la llegada de la imagen de la Patrona, la Virgen de los Dolores, a la localidad. Y aunque “no aparecía nada de la Virgen, fui anotando todo lo que salía del pueblo”, especialmente de la parroquia.

Al comprobar que hasta el momento había poco estudiado, decidió dedicarse de lleno a su investigación porque la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves (en origen de Santa María la Blanca) “es una desconocida. La tenemos ahí, todos los días pasamos, entramos, pero no conocemos nada”. Señaló que además lo poco publicado está lleno de errores, por lo que, “como el Quijote, quería desfacer esos entuertos”, como que se derrumbó en el terremoto de Lisboa. Y de ahí nació el primer estudio serio, riguroso y en profundidad sobre la parroquia.

Así, desde que se decide construir la iglesia en el último tercio del siglo XV, ha documentado las sucesivas intervenciones, como la de reparación tras el referido terremoto; la de 1816, que le da el aspecto actual, o la de los años 2012 y 2013, obras “un poco polémicas” por las que el templo “perdió un poco de su idiosincrasia”. Repasa también los retablos e imágenes, los que se conservan y los perdidos por deterioro, por cambio en las modas o por desaparición sin saberse muy bien por qué.

Compartir conocimiento para que los vecinos se impliquen en su conservación

El trabajo investigador ha dado un fruto inmenso. En el primer borrador resultó una obra extensa, de la que los editores de la Diputación le recomendaron desechar aquellas partes que se desviasen de la línea general de la obra. “De 597 páginas tenía que pasar a 300. ¿Cómo matas a un hijo tuyo?”, se preguntaba con un humor. De ahí que haya dejado fuera muchos datos, anécdotas y situaciones ocurridas – y documentadas – en la parroquia y con la feligresía que, en vista de la cantidad, “darían para otro libro”. Aún así recoge los avatares históricos a lo largo de cinco siglos, el patrimonio, los sacerdotes que la han gobernado y regido, los benefactores y patronos que a lo largo de la historia la han dotado, enriquecido y remozado.

El libro “no está escrito para catedráticos”, aseguró. “He querido acercar la iglesia al pueblo llano, escribirlo para el lector de a pie”, como así hizo también la presentación, de forma didáctica y sencilla, trufada de anécdotas y hechos históricos narrados con cierta dosis de humor. Pero, sobre todo, de una forma muy asequible, escribiéndolo de la forma más amena posible para “luchar contra la fuerza de la costumbre”, para que sus vecinos además de pasar por la iglesia se interesen por conocerla y, especialmente, por conservar su parroquia.