Circo contemporáneo

De los campos de aceituna y del laboratorio de química: dos caminos distintos que desembocan en Circada

Miguel Barreto y Luichi Leal dejaron sus profesiones convencionales para dedicarse al mundo del circo

Ambos artistas forman parte de la programación de la 17ª edición de Circada, que hasta el 23 de junio ofrece una treintena de espectáculos

Luichi Leal durante espectáculo con el diábolo / Circada

Salir de las carpas y ocupar nuevos espacios. El circo contemporáneo rompe los esquemas tradicionales y toma cada vez mayor fuerza como propuesta artística, como demuestra la nueva edición de Circada, el festival que hasta el 23 de junio propone una treintena de funciones en Sevilla. Participan un total de 41 compañías y artistas: Luichi Leal y Miguel Barreto son dos de los nombres del cartel. Ambos artistas, aunque con perfiles diferentes, comparten un mismo pensamiento: “El circo transforma”. Estos profesionales abanderan este arte con espectáculos innovadores y creativos

El circo está vivo y tiene futuro. Al igual que otras artes, ofrece la posibilidad de desarrollar una carrera consolidada. “Todos los comienzos son duros al principio, pero con dedicación es posible lograr un hueco laboral estable”, aclara Barreto. El circo puede ejercerse de diversas formas. “Me preparé como monitor porque una de mis ideas era enseñar circo”, rememora Luichi Leal, que en esta edición ha presentado el espectáculo Re.cuerda. Miguel Barreto presenta este viernes y sábado su espectáculo Disculpa si te presento como si no te conozco en Las Setas, uno de los espacios en los que Circada desarrolla su programación. 

De químico a artista de circo

Vocación, esfuerzo y constancia. Leal, de Córdoba, y Barreto, colombiano afincado en Valencia, llegaron al circo desde caminos diferentes. “Estudiaba química en la Universidad, pero sentí gran conexión con el circo. Mi profesión es puramente vocacional”, expresa Miguel Barreto. Por su parte, desde pequeño, Luichi Leal siempre sintió gran pasión por los juegos de habilidades. “Mi abuela me enseñó a jugar a lo que ahora es mi especialidad: el diábolo”, recuerda. 

El circo requiere de trabajo constante. “Dejé el bachillerato para poder dedicar más horas a mi verdadera pasión”, comenta Luichi Leal. “Siempre lo tuve claro, quería trabajar para el circo y eso suponía ser disciplinado”, subraya. Mantener la mente abierta a nuevas fórmulas y conocer las iniciativas de otros artistas es un ejercicio de aprendizaje e inspiración. Este contacto continuo se refleja en el desarrollo cultural y social experimentado por esta disciplina en los últimos años. 

Tirando de las cuerdas

Malabares, acrobacias, espectáculos con luces, interpretación, máscaras… Hay muchas formas de hacer circo. La lista de posibilidades es infinita. “El circo combina múltiples disciplinas que al fusionarse generan sensaciones, emociones e impresiones”, apunta Barreto. El nuevo circo ha evolucionado y se ha desplazado a otras localizaciones como las calles y los teatros

Miguel Barreto siente gran interés por la intepretación a través del movimiento / Circada

Contar historias e incitar a la reflexión es posible. Aunque no siempre tiene que ser así. “El circo contemporáneo no siempre salvaguarda un mensaje”, recalca el malabarista cordobés.  En Re.cuerda, Leal quería "hacer algo que llegase a conectar con el público”, admite. Un juego de palabras que combina su pasión por las cuerdas y los recuerdos. “Con esta obra trato de hacer un recorrido por el proceso de gestión de recuerdos. Es una idea abstracta que cada espectador puede interpretar de una forma distinta”. 

No hay una única forma de entender el arte. Miguel Barreto cuestiona en una de sus obras la propia identidad a través de la ambigüedad del movimiento corporal, las acrobacias, la interpretación y la complicidad. “Junto a un compañero tratamos de hacer referencia a la forma en la que nos definimos a nosotros mismos y cómo nos expresamos ante los demás”, explica.

La cara más social: apoyo a Palestina y denunciar la sequía

Un lugar seguro y acogedor; un arte que integra a colectivos en riesgo de exclusión social. “El circo es inclusivo, respeta las diferencias y cumple una gran labor social”, afirma Leal.  El valenciano se desplazó hasta Palestina para colaborar con una ONG. “Una de nuestras funciones era brindar apoyo a través de esta disciplina artística y hacerlos desconectar de la situación trágica del país aunque fuese por minutos”, relata. 

Va más allá del apoyo. A través de los espectáculos, algunos autores tratan de hacer denuncias sociales. Barreto con la obra Arròs hace una crítica a las sequías en arroceras de Valencia. “Hablamos de esta crisis ecosocial para promover la conciencia”. Una vez más, el circo demuestra que puede aplicarse a cualquier campo

El circo promueve la conciencia social y puede generar interesantes reflexiones / Circada

Una ley tardía que casi deja fuera al circo

Recientemente se ha aprobado la Ley 1/2024, de 7 de junio, por la que se regulan las enseñanzas artísticas superiores. “Casi nos quedamos fuera de esta ley. Hemos luchado mucho para estar dentro”, asegura Barreto. Los artistas de circo buscan ayudas para la realización de estudios superiores de circo. “Las instituciones públicas están dando pasos que benefician nuestro arte, pero aún queda mucho trabajo por hacer si nos comparamos con Francia, que es referente”, incide Leal. 

La disciplina artística requiere de una formación continua y previa al ejercicio. Luichi Leal estudió en la Escuela Internacional de Circo y Teatro CAU, en Granada: “Abrieron una escuela y no dudé en inscribirme. Tuve que pagarlo cogiendo aceitunas porque no había ayudas públicas para financiar estos estudios. Esperamos que con esta nueva ley se den subvenciones”, apunta. Leal tiene un amplio recorrido, se fue temporalmente a Japón a trabajar en el mundo del espectáculo.  

La misión de Circada: impulsar el circo

El público lleva ya días disfrutando de la XVII edición del festival Circada. Hasta el 23 de junio, Sevilla acoge un amplio catálogo de actuaciones en diversas localizaciones de la capital y su provincia. Gonzalo Andino, director del festival, vela por la pluralidad de propuestas artísticas. “Todo lleva un sentido, queremos apoyar al circo andaluz, pero también damos voz a iniciativas de artistas de otras comunidades autónomas”. 

Circada vuelve con una doble personalidad más consolidada. “Se busca promover y reforzar el circo en la capital hispalense. Pero también queremos hacer del festival un punto de encuentro entre profesionales”, remarca Andino. Este evento, incluido en la agenda cultural de Sevilla, busca dar voz a artistas para que sean conocidos por programadores y directores de espacios escénicos. 

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Promover acciones sociales es un proyecto que lleva a cabo Circada con su programa Circapolis. Para el director, se trata de “un proyecto de circo social centrado en talleres para grupos en riesgo de ser marginados”. Junto a la ONG Solidarios llevaron el pasado 19 de abril un espectáculo al Centro Penitenciario de Sevilla I, una experiencia que entronca con la cara más social del mundo del circo.

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