CONCIERTO 30 ANIVERSARIO

SFDK en Sevilla: la "calidad como cualidad" se impone en el Estadio de La Cartuja

El dúo sevillano confirma su hegemonía en el rap patrio con un espectáculo musical y audiovisual sin precedentes y actuaciones estelares de sus invitados

SFDK hacen historia en el Estadio de la Cartuja de Sevilla en la celebración de sus 30 años de carrera musical. / Óscar Romero

Ana Carretero

Zatu no llegó esta vez en bici al Estadio de la Cartuja con Óscar 'Acción' Sánchez montado en el manillar. Como explicó en su primer interludio vocal, de los muchos que trufaron este emotivo concierto, antes ellos salían a girar, y ahora los más de 60.000 asistentes a este imponente show fueron los que hicieron la gira para verlos a ellos.

Con los autobuses colapsados, cientos de sus seguidores sí llegaron en bici, a pie o en patinete. Había ambiente de gran evento, como si de un partido de Copa o un concierto de una banda internacional se tratase. No era el caso, era el treinta aniversario de SDFK, los siempre fuertes, los inquebrantables, los que no tienen "miedo a vivir", los veteranos.

Un "buenas noches de Sevillaaaa" interminable, el grito de guerra de Zatu que despierta a los miles de asistentes a un concierto de tintes históricos para la dupla rapera hispalense, que la noche del sábado traspasaron por enésima vez las fronteras de la S-30, logrando que el hip hop, esa música ideada por los negros en EEUU sea cada día más universal en España. Hubo rap, hubo ska, hubo groove, su rollo "jarcore"; hubo hasta riffs de guitarras homenajeando al heavy metal.

"¿Sabéis dónde está Pino Montano?"

Y "mirando directamente a los ojos y sonando directamente desde el corazón" preguntaron varias veces: ¿Sabéis dónde está Pino Montano?". Porque lo universal sale del barrio, como las riadas de personas que avanzaban sin que el calor les detuviera por la Ronda de Capuchinos y el Puente de la Barqueta en los preludios. Era la conquista del "glamour del extrarradio", como otro de sus populares temas. Este sábado en La Cartuja más que nunca "Sevilla suena y se ensaña".

Graves atronadores, profundos y que retumban en el pecho y acompasan los latidos del corazón salen directos de los platos de Acción Sánchez, "Óscar domina", como su canción. Miles de palmas al compás del beat auguraban una noche inolvidable. Zatu actúa de maestro de ceremonias, como un MC a la antigua usanza que arenga a las masas a dejarse llevar y volar con sus letras afiladas. Ya lo avisó su promotora, Green Cow, el sonido es exquisito y la música adquiere un volumen perfecto como pocas veces ha vivido ese estadio.

Casi 30 artistas se han subido al escenario con SFDK por su 30 aniversario en Sevilla. / Óscar Romero

Muchas veces, a lo largo de estas inmensas cuatro horas, en las que el tiempo pasa lento, porque la nostalgia es un arma, pero a la vez pasa muy rápido, Saturnino demuestra que no ha perdido un ápice de ese talento primigenio, el de rapsoda urbano, que a capela, improvisa y derrapa en estricto sevillano, acortando palabras, arrastrando las eses y aspirando cuando toca, respirando cuando se puede. "Salud, familia: nunca dejaré de ser uno de ustedes", espeta a un público entregado. Diría que incluso hubo hasta beef sutil cuando en una de sus improvisaciones pensadas en las que se refirió a los injertos de pelo y teñirse la barba... El rap es el rap aunque el alcalde te entregue El Giraldillo.

"Salud, familia: nunca dejaré de ser uno de ustedes"

Zatu

— SFDK

Vieja y nueva escuela... El espectáculo está concebido para que estas cuatro horas de música urbana, frenética, épica, con puntos líricos, con emoción a raudales, te sepan a poco. Los invitados no paran de entrar y salir, entre palabras emotivas, aplausos enfervorecidos y mucho sudor, en una noche que refresca después de que el mercurio haya alcanzado los 37º en el Valle del Guadalquivir.

Y el rap se hizo universal

SFDK este sábado en La Cartuja dio una lección de rap en sentido amplio, rap para un público general en el mejor sentido, en el que las pantallas del estadio enfocaban a un público en el que había gente muy diversa, y mucho inmigrante, porque el Distrito Norte, Pino Montano hoy es un barrio en el que viven los nuevos sevillanos. Esos que vibraron con Del Barrio, junto a El Límite y Karvoh o S.E.V.I.L.L.A.

Antes hubo momentos para el recuerdo casi desde el arranque: Sin miedo a vivir, Lucifer, Cara B con Beret y un Pruébalo inconmensurable en el que Acción Sánchez sacó su "Plato de Lucía" o "platarra", ya mítico instrumento ideado por el productor y con el que llegó uno de los momentos más break beat de la noche. Volvió a sacarla en Yo estuve allí, sin lugar a dudas de los momentos culmen de la noche: "Acción Sánchez, ¿cómo estás?, ¿puedo subir a darte un beso?", decía Zatu en este punto.

Cuatro horas dominando el escenario para hacer historia: SFDK bate récords en La Cartuja. / Óscar Romero

"Una carrera de fondo acompañados de los mejores"

Otro momento para el recuerdo fue la interpretación de Defectos y Taras. El show alcanzaba la mitad del tiempo estipulado y las lágrimas asomaban en el primerísimo primer plano de Zatu. Ha sido un concierto de amor y de abrazos, de amor a la familia, a los vecinos, a los colegas..."Una carrera de fondo acompañados de los mejores", apostillan.

En la última parte, los trallazos se sucedían velozmente. El dúo siempre fuerte, siempre firme en el escenario. Arrancaba nada más y nada menos que Liricista, El niño Güey, hasta llegar a Los Pro con Nach y Chojin en el escenario. Líderes indiscutibles soltando leña en la era del autotune, para que nadie olvide lo que era rapear desde las entrañas.

Llegó el momento de Kaze, Natos y Waor y con el Ringui Dingui y Kaze.O, el público coreaba a la altura del estadio en el que estaban. "Un ejemplo de superación", dijo el maño al marcharse de las tablas. "Viva el rap", gritaba la pista hasta la extenuación.

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Yo contra todos y su "la calidad como cualidad", esa rima en repeat que se te mete dentro y hace que tu cabeza haga scratching, anunciaba el fin. La sintonía de Rocky, inolvidable para cualquier adolescente de los 90, el colofón final épico a una fiesta sin precedentes en la ciudad. Zatu y Óscar tenían razón, se hizo corto.

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