Maluma enamora a una Plaza de España entregada

Si te dicen que Juan Luis Londoño Arias viene a Icónica Santalucía Sevilla Fest, quizás no te llame mucho la atención, pero si caes en la cuenta de que es el nombre real de Maluma, quizás la cosa cambie. Y vaya si cambia, porque este martes por la noche la Plaza de España estaba a rebosar para ver al colombiano.

Para quienes no lo sabían, este año Icónica Fest está dedicado a Colombia, así que Maluma no podía faltar en un cartel que completan desde el país cafetero sus paisanos Carlos Vives y Manuel Turizo.

Pero esta noche era de Maluma baby y a juzgar por el público ampliamente femenino de la plaza, este hombre sabía a lo que venía. Mucho reguetón, trap, baladas de estas de bailar pegaditos, salsa y toda la mezcla de géneros que durante más de diez años de trayectoria lleva acumulado a sus espaldas.

Los dj que ejercieron de teloneros se encargaron de ambientar al público hasta que cayó la noche. Nadie quiso perderse al colombiano en Sevilla. Muchas caras conocidas de la política, la cultura, la televisión, el deporte y la sociedad sevillana en general. En la pista, botas cowboy, lentejuelas y muchas ganas de dejarse llevar por los ritmos sensuales que Papi Juancho tenía reservados para Icónica Fest.

Puntual, a las 22:30 se escuchó Corazón. Melena mojada, gafas de sol y meneito de caderas: griterío modo on. Con HP, el colombiano preguntó por las mamasitas españolas, justo con esa canción que quieres que te canten cuando alguien no se ha portado bien contigo en el amor, pero que si te la canta Maluma, pues la pena pasa antes.

Vente pa ca, con Ricki Martin de fondo, era el preludio de que el Dirty Boy buscaba caldear a un público entregado. Comprobado el éxito de las colaboraciones, la siguiente invitada en modo virtual fue Shakira y su Chantaje, con momento perreo con el cuerpo de baile incluido.

Chaqueta fuera, moñito en el pelo -normal, cae la noche, pero no hace rasca para chaquetita- y Coco Loco para poner un toque de salsa. El público la reconoce y empieza a contonearse, brazos arriba y, por supuesto, los móviles registrando todo. Al grito de "comenzó la rumba", cañones de humo y ahora sí, todo el mundo a saltar.

Tras una pequeña pausa con música de piano como si la compañía telefónica te dejara en espera, el colombiano hizo un pequeño break para interactuar con el público. Para el artista no pasaron desapercibidas las banderas colombianas que ondeaban desde la pista y algunas pancartas que eran verdaderas declaraciones de amor.

Y claro, tanto amor del público fue correspondido. Maluma tuvo tiempo de bajar del escenario, tocar a su gente, abrazarse, tomarse fotos y hasta hacerse un selfie con un par de fans gemelas. "Los quiero mucho, los amo, ustedes son lo mejor. Muchas gracias, Sevilla"

Después del baño de masas, la "rumba" continúa con uno de sus éxitos universales, Hawai. Ni tuvo que cantar la primera parte. Según quién, le hizo sacar el sombrero vaquero, confesando que España para él siempre será su segunda casa, aprovechando además para enviar un saludo a su amigo "parcero" Sergio Ramos, que le devolvió el gesto desde el palco.

Ya en la senda de los temazos, llega esa oda a las ecuaciones matemáticas, Felices los 4, y claro, baile de caderas y el público totalmente prendido.

Ya animada la cosa y aunque estaba cantando Sobrio, Maluma dejó atrás el 0,0% alcohol y se metió entre pecho y espalda un "mezcalito", no sin antes brindar con el público. "Ya sé que es día de semana, pero si el jefe les dice algo mañana, le dicen que fue culpa de Maluma Baby".

Aparcando la fiesta, la cosa se puso un poco más intensa con 11 PM, en la que hay que hacer digna mención a la pantalla gigante de fondo, con un Maluma en blanco y negro atravesado por rayos y centellas, todo sentimiento para una de las canciones más especiales para el artista.

Pero ese momento de tranquilidad duró poco, pues regresó el ritmo con Borró cassete, uno de los temas que lo encumbraron a ser el artista internacional y multipremiado que es ahora. La cosa siguió con el trap latino y Mala mía fue un llamamiento -literal- a todas las solteras del lugar.

Entre la sonrisa tan perfecta y los movimientos sensuales de cadera, los gritos se sucedían desde todas las partes de la plaza. Da igual solteras o casadas, Maluma baby tenía a todos y a todas encandiladas, los brazos de un lado a otro lo demostraban, y es que no quedaba ni un alma sin moverse.

Y pese a que para entender algunas de las letras hace falta un C1 de colombiano, la conexión entre Maluma y el público se mantuvo durante todo momento, sin perder esa tensión y sin bajar el ritmo en ningún momento: sensualidad en estado puro.

Acercándese ya el final y con la melena de nuevo suelta, el de Medellín quiso buscar a sus 4 babys entre el público sevillano: pretendientas no le faltaron. Llamas en la pantalla y una letra que en su día fue muy polémica, pero que está claro que enloquece a su público.

Para su despedida, abrigado con la bandera de España, el colombiano dejó para el final uno de sus temas más animados, Carnaval, dejando un buen sabor de boca a todo el que bailó, saltó y se enamoró de Maluma en la Plaza de España.