Icónica Santalucía Sevilla Fest
El 'hasta luego' de Vetusta Morla refuerza su idilio con el público de Sevilla
Lin Cortés y El Columpio Asesino acompañaron a la banda madrileña en la cuarta cita compartida del Icónica Santalucía Sevilla Fest
La cuarta cita conjunta incluida en el programa del Icónica Santalucía Sevilla Fest llegó a la Plaza de España con cierto sabor de despedida. La buena música estaba asegurada, pero también sobrevolaba la certeza de que era la última fecha de Vetusta Morla en Sevilla antes del hasta luego anunciado por la banda. Quizás por eso, el sexteto madrileño quiso demostrar en Sevilla, una vez más, por qué se ha convertido en un referente de pop-rock indie de este país.
Tras lanzar su último disco, Figurantes, la banda hará un parón de dos años y volverá, "si todo va bien", en 2026. Atrás queda aquel primer concierto en la Sala Malandar y las decenas de conciertos que llegaron después. Sevilla va a echar de menos las citas puntuales de la banda con su público, por eso no era de extrañar que la Plaza de España se llenara para ver su concierto de despedida.
Pero los de Tres Cantos no estuvieron solos. Icónica Fest tenía programada para la tarde de este miércoles una mezcla de géneros que, pese a parecer opuestos, se han complementado a la perfección. El primero en abrir la tarde fue Lin Cortés, un artista que demostró sobre el escenario por qué está considerado un mago de la fusión flamenca.
Con una plaza casi vacía, el de Andújar subía al escenario y rompía el hielo en una tarde aún soleada, pero fresca, gracias a la brisa que daba una tregua a las altas temperaturas de días anteriores. Fue sonar Ya ves y el público que aprovechaba para tomarse algo en las barras de alrededor empezaba a hacer piña frente al artista.
En Minotauro, la gente ya va metiéndose en el concierto, pero no fue hasta que se desencadenó el funky, acompañado de Andreas de O'Funkillo, cuando la gente empezó a animarse. Ya la plaza empezaba a tener más aforo con El reloj, tema con el que el artista desgarró su voz en un alarde de puro sentimiento, enaltecido con un solo de guitarra y batería.
La duda, al toque de palmas y una guitarra, fue un fiel reflejo de por qué Lin Cortés se ha convertido en referencia en lo suyo, en saber gestionar la pureza del flamenco con un sonido actual y fusionado con lo de siempre, todo ello envuelto en una voz característica que tiene sello propio.
"Tócate algo rumano", le pidió Cortés a Toni, el teclista, y empezó el jaleo cantando Novia moderna, uno de su éxitos más conocidos. Ritmos del este, que pueden confundirse con arabescos, acompañado de unos coros para ir despidiéndose de una plaza menos vacía.
Después de Ángel negro, la sorpresa la dio la aparición de Alba Molina con una estrofa a capela. "¡Viva Lole y Manué!", gritó el cantante, y lo que empezó a sonar fueron guitarras, una explosión de psicodelia, para ofrecer una digna despedida. A Lin Cortés lo único que le fue castigó la hora.
Cambio de tercio con El Columpio Asesino
Tras el flamenco de Lin Cortés, cambio radical de género. El Columpio Asesino presentó su rock punk algo excéntrico con Arde Babel. Mucha guitarra para dejar patente el cambio de tercio.
Pese a la energía de la banda navarra, “hace mucho tiempo que me aburro” te muestra esa mezcla entre desgana y sinceridad que desafía lo políticamente correcto y la dictadura de mostrarse siempre felices cuando lo que se quiere es mandar todo a la mierda. Si todo eso se puede agrupar en una canción, es ésta.
Con el cielo rosáceo y los pájaros sobrevolando la obra de Aníbal González, en el enlozado había cada vez más gente, mientras el grupo toca Ballenas ensangrentadas en San Sebastián. “Es uno de los lugares más bonitos en los que hemos tenido la oportunidad de tocar”, reconocía Cristina, la cantante, poco antes de tocar la enérgica Ye, ye, yee.
Después de tocar Sirenas con maraca en mano, se escuchó “ya es mediodía y ya me sobra medio día”, himno a la desgana por excelencia. Pero siendo sinceros, quién no se ha levantado un día -o más de uno- dispuesto a morir lentamente en el sofá y desfallecer hasta que el despertador suene al día siguiente.
“Hace años que flotábamos en un mar muerto y creo que todavía nos queda un rato". Con ese mensaje inconexo ya te haces a la idea de que si buscas una explicación a la música de El Columpio Asesino, mejor gasta tu tiempo en otra cosa y simplemente déjate llevar, flota en su mar muerto y punto.
"Noche increíble", aludiendo también a sus compañeros de jornada. Huir prepara sudespedidaa de Sevilla, pero claro, no pueden irse si cantar su tema más conocido,Toro, esa canción que suena en el bar, la discoteca o el festival de turno y lo das todo, te abrazas a tu amiga y te echas hasta el cubata por lo alto. Fin de fiesta como dios manda.
No es un adiós, es un hasta luego
Luces rojas, gritos y Vetusta Morla hace su aparición en el Icónica Fest. Puentes, de su nuevo disco Figurantes, fue el primer tema elegido por la banda antes de las presentaciones. Al grito de "Sevilla, a bailar", Fiesta mayor despertó a un público que había llenado la plaza, ahora sí, para corear lo que para muchos son himnos, esas canciones que te trasladan a un momento o que te recuerdan a alguien con quien querer compartirlas.
Sentimentalismos aparte, llegó la hora de interactuar con el público y era imprescindible la alusión al entorno que cada edición alberga al Icónica Fest. "Muy felices y muy emocionados de estar en este lugar increíble, donde se han producido grandes momentos de la historia", apreciaba Pucho, el cantante, no sin antes recordar que la primera vez que puso un pie en esa plaza fue durante el viaje de fin de curso de octavo. Quién les iba a decir entonces todo lo que vendría después.
Figurantes, su nuevo trabajo, es un disco que habla de humanidad, pero sobre todo, que busca conectar con la amistad, el amor y la música, algo que se le da bastante bien a los madrileños. Y fue intercalando temas del nuevo repertorio con el de toda la vida, cuando Vestusta Morla hizo match con su público gracias a Virgen de la Humanidad, esa canción que es tan suya, que tiene todo para hacerla inconfundible: "Entiende lo que quieras, pero nunca le confieses a tu oído izquierdo lo que oíste con el derecho". Que cada uno entienda lo que quiera.
Hasta Finisterre se pudo oír corear a un público que cada vez se iba ambientando más pese a que la banda daba una de cal y otra de arena: tan pronto estaba Pucho reventando el escenario con sus bailes eclécticos, como que empezaba a susurrar canciones como La sábana de mis fantasmas.
Había que calmarse y guardar energías porque aún quedaba mucho concierto. Brazos al cielo contoneándose al ritmo de la melodía. Qué pena que ya no se lleve lo de los mecheros, porque hubiera sido el acompañamiento perfecto: la tecnología también nos ha robado eso.
Y de Ay, Madrid a Copenhage. Pantallas enfocando el escenario para captar esa canción que todos hemos hecho nuestra alguna vez: quién no quiere jugar al azar y nunca saber donde puedes terminar... o empezar.
Con un fondo de estrellas infinitas, una voz enlatada entona Consejo de sabios, acompañada del baile armónico de Pucho como si estuviera traduciendo la melodía al lenguaje de signo. Catedraless da una tregua al baile, hay que tomar aire, porque la traca final aguardaba esas canciones con las que sus fans esperaban dejarse la garganta dándolo todo.
Poco duró la calma. Mapas consigue, con guitarrero máximo, esa conexión que la banda madrileña siempre logra en sus conciertos con su público. Continuando en esa senda, Te lo digo a ti, sacó a David el Indio García de la batería en este tema que en su día reunió a Nacho Vegas, Nacho Vigalondo y Lolita en el mismo videoclip: fantasía máxima.
Con Sálvese quien pueda, la banda hizo su pequeña aportación culminado el tema con un "fascistas fuera", para continuar con el que durante muchos conciertos fue su tema de despedida, la Cuadratura del círculo, que además de ser un temazo, de eso no hay duda, es toda una clase de geografía que te puede salvar de un apuro.
Y cuando parecía que todo había acabado, llegó la hora de ponerse melancólicos, porque allá por el 2008, Vetusta Morla aún no llenaba plazas de España, wizinks o estadios como ahora, pero sí era bien recibido en salas como Malandar. Es ahí cuando empieza el idilio entre la banda madrileña y su público sevillano. "Sevilla, ha sido un placer, es un gustazo juntarnos todos los que estamos aquí".
Tras aplaudir con fuerza al equipo que hace capaz cada gira, empiza, esta vez sí, la despedida. "Nos tomamos un merecido descanso, sin juicios. Esta parada en Sevilla es para agradecer todo lo que nos habéis dado todos estos años.
Cuarteles de invierno acercaba esa despedida para rematar, esta vez sí, con Los días raros. Pero lo que va a ser raro a partir de ahora es un festival sin Vetusta Morla en el cartel o un verano si conciertos suyos. Esperemos que el descanso sea un hasta luego y no un adiós, y que les sirva para volver con más fuerza. Sevilla siempre le estará esperando.
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