Entrevista | Carlos Vives

"Siento que de alguna manera me ha consentido la industria"

El artista colombiano, recientemente elegido Persona del Año en los Latin Grammy, actuará este miércoles en el escenario de la Plaza de España del Icónica Santalucía Sevilla Fest, un concierto que servirá para "hermanar Sevilla con Santa Marta"

El artista colombiano Carlos Vives, reconocido como Persona del Año en los Latin Grammy

El artista colombiano Carlos Vives, reconocido como Persona del Año en los Latin Grammy / NATALIA GW

Carlos Doncel

Carlos Doncel

Desde el despacho de su casa en Bogotá, en camiseta de tirantes y con varios premios detrás, Carlos Vives (1961) habla de su tierra. Este artista colombiano, recientemente elegido Persona del Año en los Latin Grammy, tiene presente en cada momento de la conversación a Santa Marta, la ciudad donde nació. "En 2025 cumple 500 años, la primera en todo el continente sudamericano", cuenta con orgullo. Después de tres décadas de trabajo en estudios y escenarios ha alcanzado fama internacional, pero no ha olvidado su pueblo.

El próximo miércoles 10 de julio, este hijo del vallenato actuará en la Plaza de España, en el marco del festival de música Icónica Santalucía Sevilla Fest. Justo un lugar, Sevilla, en el que confiesa haber sentido "ese reconocimiento de las cosas nuestras". Este concierto será una oportunidad, incide, "para hermarla con Santa Marta, fundada por un notario de Triana". Porque ni en julio ni a miles de kilómetros de distancia, Carlos Vives deja de ondear la bandera del rincón costero donde creció.

PREGUNTA. Lo primero, darle la enhorabuena por el reconocimiento de Persona del Año en los Latin Grammys

RESPUESTA. Es un evento íntimo, muy íntimo. He participado muchas veces en homenajes a figuras importantes, y la verdad que es un honor estar ahora al otro lado.

P. Le van a acabar poniendo los Carlos Grammys. Al tiempo.

R.Tal vez por la naturaleza de lo que ha sido nuestro camino, nunca le apostábamos a premios. Terminamos en ellos, aunque no fue jamás una motivación. Siento que de alguna manera me ha consentido la industria. Y al final es la oportunidad de llamar la atención sobre cosas en las que creímos y valoramos para hacer este camino, que hoy la Academia nos valora.

Y sí, muy feliz. Y mi esposa está más feliz aún.

P. Qué bonito que todos esos reconocimientos hayan venido con su tierra a la espalda, haciendo gala y abanderando el estilo musical de su zona, el vallenato.

R. Creo que ese es el mensaje más valioso. Hemos sido atrevidos incluso con nuestra música tradicional, tratando de no ponerla en un cajón. Si uno quería ser moderno hace 32 años, copiaba o hacía algo parecido al que era joven y tenía éxito. Nuestro camino fue buscar mi modernidad de mi tradición.

"Hemos sido atrevidos incluso con nuestra música tradicional, tratando de no ponerla en un cajón"

Mientras uno entendía cómo se construyó todo eso, aplicamos patrones e instrumentos eléctricos, que fue lo que hicimos. Siento que lo que se llamaba rock and roll fue la industrialización de las tradiciones orales. Al final entendimos hace 30 años que ese era el camino, y fuimos sido atrevidos, muy atrevidos, en decir: “Este es el rock de mi pueblo”.

P. Siempre me he preguntado si Brian Johnson se ha hartado ya de cantar Highway to hell o David Bisbal del Ave María, ¿se cansa alguna vez Carlos Vives de cantar La Bicicleta o Robarte un beso?

R. No, no han cumplido aún el tiempo suficiente. Pero pregúntame por La gota fría [ríe]. Como somos una banda, y somos descarados, siempre a veces les cambio cosas. Procuramos buscar cómo no cansarnos nosotros para que la gente sienta algo nuevo. Es un ejercicio mental total.

Hay canciones que he tratado de quitar y no me dejan. Pienso que hay que ser patriota, porque en definitiva canto algo concreto porque trae un mensaje de la tradición que no se puede perder.

P. Pero también esto forma parte de haber creado himnos para la gente, ¿no?

R. Tengo algo de publicista [ríe]. Empezamos a cantar canciones de viejos compositores, los clásicos de la provincia que se habían grabado 40 años atrás. Y después nos tocó enfrentar el hacer canciones. Andrew Oldham, que fue manager de los Rolling y de varias bandas del rock bogotano que seguía, nos contó cómo encerró a Mick Jagger en un cuarto para que hiciera una canción.

Esto coincide con la época que se grabó una nueva forma de hacer esos viejos vallenatos con patrones modernos. Me acordaba de Andrew Oldham y decía: “Hasta que no salga una canción, no salimos”. Así nació La tierra del olvido o Pa Mayte, esos primeros himnos que la gente siente, canciones que no se pueden dejar de tocar.

P. El 10 de julio viene a Sevilla, ¿qué espera de ese concierto? He leído que se identifica mucho con Andalucía y Sevilla.

R. Sevilla fue de los lugares, como me pasó en Canarias, donde sentí ese reconocimiento de las cosas nuestras. Tengo una canción que dice: “Las tardes a las mañanas/ y Juancho Polo a Durán/ y Cartagena a San Juan, Santo Domingo y La Habana/ los llanos a la sabana/ y a Santa Marta, Sevilla”. Siempre tuve esa sensación. Santa Marta es una ciudad más humilde, no tiene una riqueza arquitectónica, pero es la temperatura, el lugar, la forma como hablamos.

"Sevilla fue de los lugares donde sentí ese reconocimiento de las cosas nuestras"

Mi viaje a Sevilla, además del concierto, lo estoy aprovechando porque el próximo año Santa Marta, la ciudad donde nací, cumple 500 años, la primera en el continente sudamericano. Fue fundada por un notario de Triana que llegó en el segundo viaje con Colón. Así que es una buena oportunidad de hermanarlas y celebrar lo que somos.

P. 10.000 millones de reproducciones en plataformas digitales, 18 premios Grammy Latino, uno de los artistas colombianos más reconocidos a nivel internacional, ¿siente la presión a estas alturas de la carrera?

R. No, todo lo contrario. Hoy sé más, entiendo más por qué hago lo que hago, y dónde tengo que poner mi esfuerzo para que estas cosas no se mueran. Creo que hoy es importante darles herramientas a las nuevas generaciones y un sentido de pertenencia que los haga sentirse orgullosos de nuestra identidad.

P. ¿Y cuál es la contraparte de este reconocimiento?, ¿qué sacrificios hace Carlos Alberto por ser Carlos Vives?

R. Especialmente con la familia. He ido adquiriendo un compromiso con la gente, y muchas veces engañé a mi trabajo para estar más con mis hijos, y otras quité les tiempo a ellos para estar más con el trabajo. Pero creo que al final el camino que uno escoge en la música es con la gente, con el público. Nos sacrificamos por cosas que valen la pena.

P. Desde luego debe compensar cuando le eligen Persona del Año, y se lo cuenta a su madre y la ve emocionarse.

R. Total, total. Mi papá, que no está y lo extraño mucho, fue el que me llevó de su mano por el mundo de estos juglares, de estos artistas que me inspiraron. Y mi mamá, que también es supermelómana, cumple ahorita 90 años y tiene una fuerza increíble.

P. ¿Se plantea una vida alejada de la música?

R. No, desde que estaba en el colegio, estaba en el grupo de teatro y en el coro. Después fui a la universidad porque traté de ser médico, y terminé en la escuela de arte dramático. Trabajé en más de 15 producciones de la televisión, miniseries, telenovelas… Siempre he estado armando una escenografía. Esa ha sido mi vida, no podría vivir sin grabar ni sin vestirme para cantar todas las noches. No me veo retirándome de nada, no podría, es lo que soy y lo que he hecho toda mi vida desde el colegio.

P. ¿Y se esperaba aquel niño de Santa Marta lo que hoy ha logrado Carlos Vives?

R. No, yo amaba cantar, nunca soñé con la fama. Escogí el camino de algo que no estaba inventado porque quería conectarme con Santa Marta, quería volver. No me importaba que no fuera el camino de la fama, sino la vía de ser original. Eso fue lo que me motivó a componer de un mundo que yo había perdido. Al principio, en vez de al público, miraba al viejo músico que estaba abajo del escenario, a ese viejito que no hacía música para vender discos. Y le decía a mis compañeros: "Manito, míralo, ese man está sonriendo".

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