La Tremendita en la Bienal: una 'Matancera' salvaje y visceral que se fija ahora en los cantes que unen Sevilla con Badajoz

"Es una experiencia salvaje que se aleja de lo políticamente correcto y busca la pureza de las emociones", así describen Rosario La Tremendita (Sevilla, 1984) y María de los Ángeles Salazar Saavedra, La Kaíta (Badajoz, 1960) su espectáculo Matancera, una de esas Noches únicas especialmente concebidas para la Bienal de Flamenco de Sevilla.

Esa "herida abierta que se abre como la sangre fluyendo a borbotones" podrá contemplarse este domingo en el Monasterio de La Cartuja. Estas dos cantaoras se entrelazarán en un diálogo en el que "el cante viaja a través de diversas texturas sonoras, removiendo emociones profundas como lo hacen las matanceras durante la matanza". Desde una chufliya de Triana basada en La Farruca a tangos y jaleos extremeños.

La Bienal: de escaparate mundial al cuartito de cabales

Un espectáculo en el que se apuesta la convivencia de dos generaciones, como musicalmente convivirán las notas del bajo eléctrico con el sonido ancestral de las percusiones, según recoge su texto de presentación. De esa "chispa", como lo han tildado ambas artistas, emerge Matancera, acompañadas del bajo de La Tremendita y la percusión de Daniel Suárez.

Más allá de una 'Noche única' concebida especialmente para La Bienal

Tal ha sido el hype de esta pieza, que sus dos pases llevan semanas con las entradas agotadas. Luis Ybarra, ya lo auguraba en una entrevista para El Periódico de España, diario de este mismo grupo editorial: "Lo interesante está siendo que algunos de estos espectáculos que se plantearon como Noches únicas están creciendo y al final van a girar, porque ya están despertando el interés de los programadores, como el que están preparando Rosario La Tremendita y La Kaíta".

En un ensayo abierto a la prensa esta semana, hablaron de su mixtura de talentos y sentires, que a bien seguro destilará "pasión, autenticidad, ironía y sentido del humor". No solo habrá diálogo entre dos tierras hermanas, o dos cantaoras de distintas quintas, también lo habrá entre el presente y el pasado a través de una figura prácticamente extinta, como fueron las matanceras, oficio clave para la memoria de los pueblos de la frontera de Sevilla, Huelva y Badajoz, unidos indisolublemente por su amor al flamenco. Etnografía, saberes populares y viajes en el tiempo que "promueven intenso diálogo entre el escenario y el público".

El 'backstage' de lo jondo, los flamencos invisibles de esta Bienal

De este montaje también destaca el amplio y multidisciplinar equipo hay detrás –a través del que se intuye, efectivamente, que habrá experimentación y vanguardia–, auspiciado por la idea original de La Tremendita y Carmen Almirante. Con la dirección escénica de Verónica Morales, actriz, directora, guionista y torrente creativo que también ha estado detrás del montaje inaugural de esta XXIII edición de la Bienal, y las siempre sugerentes e innovadoras visuales de Claudia Ihrek; responsable de muchos otros proyectos artísticos de la ciudad, y vinculada a la escena musical y artística más alternativa (Dalila, Califato 3/4, etc.).