Cultura

De Murillo a Bacarisas: un paseo por las 10 obras imprescindibles del Museo de Bellas Artes de Sevilla

La pinacoteca sevillana acogerá desde diciembre de este año hasta marzo de 2025 una treintena de obras del Museo de Bellas Artes de Bilbao como consecuencia de su reforma por una ampliación

Las 10 obras imprescinbles del Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Rocío Soler Coll

Rocío Soler Coll

Rocío Soler Coll

Los intensos ojos del niño de la Virgen de la Servilleta, la forma en que aquella cigarrera sujeta a su hijo recién nacido o la mirada de Gustavo Adolfo Bécquer en el cuadro de su hermano Valeriano son detalles que hipnotizan y merecen ser contemplados en directo en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, la segunda pinacoteca mejor valorada de España, solo por detrás del Museo del Prado.

Escaleras principales del Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Escaleras principales del Museo de Bellas Artes de Sevilla. / El Correo

Este edificio, que da nombre a la Plaza del Museo y fue el antiguo Convento de la Merced Calzada, se inauguró en 1841 con las obras saqueadas en los conventos y monasterios durante la desamortización de Mendizábal. Ahora, constituido en 14 salas ordenadas cronológicamente, ofrece un recorrido por la historia artística de España y de Sevilla.

Murillo, Velázquez, Zurbarán o El Greco son algunos de los protagonistas más laureados detrás de cada uno de los cuadros. Además, en diciembre el museo sevillano recibirá una treintena de obras (algunas de los artistas mencionados) por la reforma de ampliación en el Museo de Bellas Artes de Bilbao que se podrán ver hasta mediados de marzo del año que viene en una exposición temporal.

De la mano de José Carrión, historiador del arte e intérprete de patrimonio y gestor cultural de Todo sobre Sevilla, recorremos la pinacoteca sevillana a través de su visita Música y Poesía para la Pintura. Como resultado, en este artículo se identifican las que podrían considerarse las 10 obras indispensables de este templo del arte aunque, sin duda, escoger 10 sea casi imposible.

1. San Jerónimo, de Pietro Torrigiano (1525)

Según los expertos, es la mejor obra del italiano Torrigiano. Una escultura maestra hecha en terracota, barro, un dato que "demuestra más la maestría del artista", según Carrión. La magistral obra sorprende por su solidez, patente en la tensión que se refleja en cada músculo y que trasmite su cabeza, resultado de un profundo conocimiento del cuerpo y las emociones humanas.

San Jerónimo, de Pietro Torrigiano.

San Jerónimo, de Pietro Torrigiano. / El Correo

2. 'Retrato de Jorge Manuel', de El Greco (1603)

Se trata de la única obra de El Greco que conserva el museo sevillano. La singularidad de este cuadro radica en que el protagonista fue el único hijo del pintor, Jorge Manuel Theothocopoulos.

'Retraso de Jorge Manuel', de El Greco.

'Retraso de Jorge Manuel', de El Greco. / El Correo

Sin embargo, es importante destacar la siguiente curiosidad: durante todo el siglo XIX fue considerado como un autorretrato de El Greco.

3. 'Retrato de Cristóbal Suárez de Ribera', de Diego Velázquez (1620)

Fue uno de los primeros retratos de Velázquez. Para aquel entonces, el joven pintor presentó en su obra a Cristóbal Suárez de Ribera, presbítero y fundador de la hermandad de San Hermenegildo.

Los expertos apuntan que este cuadro llamó la atención desde un primer momento por la extraordinaria volumetría del modelo.

4. 'San Hugo en el refectorio', de Francisco de Zurbarán (1655)

Nueve años antes de que Zurbarán falleciera pintó para la sacristía de la Cartuja de Sevilla tres obras que aluden a los principios espirituales de la orden, una de ellas es la mortificación por el ayuno, recogida en este óleo sobre lienzo. 

5. 'Santas Justa y Rufina', de Bartolomé Esteban Murillo (1666)

Justa y Rufina fueron dos jóvenes hermanas vendedoras de cerámica de la puerta de Triana. Les arrestaron y torturaron por el prefecto romano Diogeniano en el año 287 por negarse a realizar el donativo a la diosa Salambona y fueron encarceladas hasta su muerte. Ahora, son el símbolo de la creación de la Sevilla que hoy se conoce.

Santas Justa y Rufina, de Murillo.

Santas Justa y Rufina, de Murillo. / El Correo

La obra de Murillo es una representación, según expertos, de sus dotes como colorista.

6. 'La Virgen de la Servilleta', de Bartolomé Esteban Murillo (1668-1669)

Este óleo sobre lienzo ha sufrido diversos traslados desde su creación. Tras someterse a una restauración, se han recuperado sus valores cromáticos y se ha descubierto la composición original ideada por Murillo en la que la Virgen y el Niño Jesús aparecen asomados a una ventana dirigiendo sus miradas hacia el espectador. 

La Virgen de la Servilleta, de Murillo.

La Virgen de la Servilleta, de Murillo. / El Correo

7. 'Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer', de Valeriano Domínguez Bécquer (1862)

Valeriano Domínguez Bécquer, hermano reconocido poeta sevillano, fue un pintor de referencia de la pintura romántica española. Esta obra es la consecuencia de la nostalgia. Hacia 1862, Valeriano se traslada a Madrid por cuestiones personales.

'Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer', de Valeriano Domínguez Bécquer.

'Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer', de Valeriano Domínguez Bécquer. / El Correo

El anhelo de su hermano por la distancia, fue el principal detonante para la ejecución de esta efigie, donde el dibujo y el color se manifiestan por igual. 

8. 'La Muerte del Maestro', de José Villegas Cordero (1884)

Este "gran cuadro de historia" de enormes dimensiones, no solo le llevó 15 años a Villegas Cordero terminarlo, sino que está inspirado en una corrida de toros celebrada en honor de El Tato a la que el autor asistió en la plaza de toros de La Maestranza de Sevilla y en la que el matador Bocanegra resultó cogido de gravedad. En ese momento tomó algunos apuntes que luego trasladó al lienzo.

'La muerte del Maestro', de José Villegas Cordero.

'La muerte del Maestro', de José Villegas Cordero. / El Correo

9. Las Cigarreras, de Gonzalo Bilbao (1915)

Con esta obra Gonzalo Bilbao rinde homenaje a las cigarreras sevillanas. Las capta en una instantánea de su trabajo cotidiano donde, en primer término, aparece una madre amamantando a su hijo ante la mirada de sus compañeras, una escena que contrasta con la dureza del trabajo de estas obreras.

'Las Cigarreras', de Gonzalo Bilbao.

'Las Cigarreras', de Gonzalo Bilbao. / El Correo

Se trata del lienzo más conocido de Gonzalo Bilbao con una "gran crítica social". La historia cuenta que tras no ganar la medalla de honor en la Exposición Nacional de 1915 motivó a que las cigarreras que habían sido representadas en el cuadro le esperaran en la estación de tren a su llegada a Sevilla para rendirle homenaje por su trabajo.

10. 'Sevilla en fiestas', de Gustavo Bacarisas (1915)

Bacarisas, una de las figuras más relevantes de la pintura sevillana, presenta en esta obra, "la mejor versión moderna y la más universal" de la feria sevillana. Capta la atención el foco colorista del centro que destaca la majestuosidad de las tres mujeres con vaporosos trajes flamencos, mantillas y abanicos.

Conocer estas obras es adentrarse en diferentes épocas de la capital andaluza, conociendo sus costumbres y sus tradiciones con la mirada de cada momento de la historia. Y como no es lo mismo verlo que vivirlo, este museo tiene entrada libre para los ciudadanos europeos y está abierto de martes a sábado de 9 a 21 ininterrumpidamente.