Música

O Sister!, un nuevo día (más pleno) en el Maestranza

La banda sevillana presenta este sábado 19 en el gran coliseo escénico de la ciudad su sexto y último disco, ‘Brand New Day’

La banda sevillana O Sister! / Juan Luis Morilla

Paco Camero

Artífice en gran medida –y no sería tan exagerado decir casi enteramente– de la vibrante escena en torno a la cultura swing que se ha desarrollado en nuestra ciudad en los últimos tres lustros, el sexteto sevillano O Sister! protagonizará este sábado 19 de octubre (a las 20:00) un nuevo hito en su trayectoria, cuando el Teatro de la Maestranza abrirá sus puertas para la presentación de Brand New Day, sexto y último álbum hasta la fecha del grupo que desde 2008 componen Paula Padilla, Helena Amado y Marcos Padilla (voces), Matías Comino (guitarras), Camilo Bosso (contrabajo) y Pablo Cabra (batería).

Será, en realidad, su segunda comparecencia en el teatro de mayor relumbrón de Sevilla, si bien las circunstancias tanto de la primera ocasión –inevitablemente empañadas por la terrible sacudida del Covid-19– como de ahora confieren al inminente concierto unos felices aires de redebut. “Estábamos entonces justo saliendo de la pandemia”, recuerda Marcos Padilla sobre aquel estreno en el Maestranza, a finales de enero de 2021; “el aforo tuvo que reducirse a la mitad, había aún cierres perimetrales… Para nosotros fue una experiencia bestial, en el sentido de que, en ese contexto, de repente poder reunirnos y hacer música fue muy emocionante, pero evidentemente no eran las mejores condiciones”.

“Por eso –continúa el vocalista y ahora también compositor de O Sister!– al concierto de este sábado llegamos con una ilusión máxima. Es nuestra tierra, y eso lo hace especial en lo personal, y encima en un teatro de tanto alcance… Además, supone una ocasión para juntarnos con toda la banda, nosotros seis con Carlos Santana, Juli Aymí y Julien Silvand [trombonista y pianista, clarinetista y saxofonista, y trompetista, respectivamente, de The Horn Department, la formación con la que habitualmente graba y actúa en directo el grupo para enriquecer su sonido]. Tenemos muchas ganas de que las canciones luzcan como en el disco, con todos los detalles y arreglos a los que damos tanta importancia, y de reencontrarnos con los momentos tan bonitos que vivimos en la grabación para hacer un concierto a la altura de aquellos días”.

Aquellos días transcurrieron hace alrededor de un año en Garate Studios, un caserío rodeado de luz y silencio en las faldas del monte Belkoain, en Guipúzcoa, con la producción como siempre a cargo de Jordi Gil (Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, Rocío Márquez, Bronquio, Arcángel…) y asistencia técnica de Javi Mora, técnico de sonido habitual de la banda, que radicalmente en contra de la tendencia artificiosa de estos días lo registró todo tocando estrictamente en vivo –una firme creencia osisteriana– e incluso sin auriculares. Fueron, dice Padilla sin vacilar, “muy intensos, mágicos”. Como si de algún modo en el ambiente flotase la promesa de un “renacer, no en el sentido de empezar de cero, sino de reencontrarnos y reconocernos”.

“No íbamos con una idea previa, no se trataba de proyectar una imagen determinada del grupo –explica el cantante–, sino de mostrarnos totalmente naturales, quizás porque hemos llegado a un punto de madurez en el que, más allá de tal o cual estilo musical, intentamos mostrarnos a nosotros mismos, dejarnos llevar y plasmar de qué manera sentimos la música, y desde luego es seguro que este disco es muy sentido”.

En tiempos de incertidumbre y desánimo, abonos propicios para el brote de la ira y el cinismo, la banda sevillana ofrece en cambio esperanza y alegría

Como en toda la obra de O Sister!, late en las doce canciones de Brand New Day, todas de cosecha propia, una vitalidad contagiosa. En tiempos de incertidumbre y desánimo, abonos propicios para el brote de la ira y el cinismo, la banda sevillana ofrece en cambio esperanza y alegría, entendidas en este trabajo prácticamente como un pronunciamiento político basado en la conciencia de tener los pies en la tierra, y de compartirla.

“Ahora, viéndolo con cierta perspectiva, me doy cuenta de que hay en el álbum muchos temas de cierta actualidad y de que el tono, en general, es más introspectivo, pero no ha sido una cuestión pensada, simplemente ha resultado ser así, refleja muchas de las cosas que nos han pasado por la cabeza en los últimos tiempos”, explica Marcos Padilla.

¿Están inquietudes plenamente vigentes como la ecoansiedad ante la emergencia climática –presente en I See a Sunshine When it Rains, que exorciza esa angustia por la vía de la ironía– o la insoportable hipoteca existencial que supone el disparatado mercado inmobiliario –abordada en el fantástico y revoltoso ragtime de Gentrification Blues– reñidas con un sonido jubiloso, divertido, que mueve al baile?

Cualquier persona que se haya acercado al swing sabe que no, claro. Pero no únicamente al de hoy, sino al de hace un siglo, todas esas canciones que lamentaban la depresión económica del 29, un desamor devastador o la segregación racial por medio de sonidos que contenían una alegría arrolladora. También en este sentido, O Sister! honra la más genuina tradición, “el sentido del juego” que desde sus orígenes tuvo esta música.

Su música, en directo, haciéndose en el roce con el público, ensancha el pecho y calienta los corazones

Y precisamente esa concepción lúdica y libre de su oficio ha llevado al sexteto a seguir experimentando sin miedo ni corsés. Si en trabajos anteriores el grupo se dejó mecer por brisas caribeñas e incluso a clavar algún tema muy cercano al pop, esta vez se atreven con el español –en el canto a la amistad teñido de desarraigo de Diciendo adiós y en la trepidante y cómica Carantoñas– y prosigue sus exploraciones sonoras, ahora potenciando los aires mestizos y afrolatinos en temas como The Gin ConventionPlease, Don’t Disturb o A Couple of Birds, un precioso bolero en cuyo vuelo asoman ráfagas de un cool jazz que no desentonaría en un film de la Nouvelle Vague.

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“Al arreglar las canciones nos tomamos la licencia de seguirlas hacia donde nos llevasen, y quizás nos llevaban a otros sitios, no tan jazzísticos o tan swing, sino a probar otras cosas, a dar rienda suelta a lo que sentíamos que pedían las canciones. La única intención, en realidad, era mostrarnos naturales en todo momento. Y al fin y al cabo, escuchas el disco y somos nosotros, pese a esa sensación de sacar un poco los pies del tiesto musicalmente, todo el mundo nos dice que suena a nosotros, que es superreconocible”. Damos fe. De ello, y de que además su música, en directo, haciéndose en el roce con el público, ensancha el pecho y calienta los corazones.

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