El Teatro de la Maestranza ante el hechizo de Turandot

En el centenario del fallecimiento de Giacomo Puccini, el Teatro de la Maestranza celebra al genial compositor de Lucca con su ópera póstuma, Turandot. Ambientada en un Pekín legendario, recrea la leyenda de una princesa china bella y cruel que somete a sus pretendientes a una prueba diabólica: si quieren desposarla deben resolver tres enigmas o morir en el intento. Turandot es el personaje femenino más ambivalente de Puccini, y su traza aparece ya en un antiguo romance persa pero Puccini opta para su libreto por la versión teatral del poeta y dramaturgo veneciano Carlo Gozzi, que le incorporó personajes del teatro de máscaras.

 El valiente príncipe Calaf es el pretendiente de Turandot, amado en secreto por la esclava Liù, el personaje más conmovedor y dulce del cuento. Los tres ministros Ping, Pang y Pong, así como el rey tártaro Timur, padre de Calaf, son los otros protagonistas de esta ópera en tres actos en la que Puccini concede al coro la máxima importancia dentro de su catálogo.

“Puccini siempre ha sido uno de los operistas preferidos por el público, con el que conecta de un modo especial”, valora el director general del Teatro de la Maestranza, Javier Menéndez. “Pero en Turandot, sin dejar de ser fiel a su esencia, el compositor quiere crear una obra maestra que conecte con la modernidad de ese momento en que Debussy ha estrenado ya Pelléas et Mélisande, Strauss tanto Elektra como Salomé, y la Escuela de Viena está en pleno auge. Abandona además la conexión con la realidad para lanzarse a la fábula y lo fantástico”, insiste.

El Maestranza, implicado en la celebración del centenario de Puccini, revisa también su legado al recuperar su producción propia a cargo de uno de los directores de escena icónicos de La Fenice, Jean-Pierre Ponnelle, que la estrenó en Venecia en 1987. Revisitada en 2010 por Sonja Frisell, ahora la remonta Emilio López incorporando algunos detalles audiovisuales pero respetando fielmente el ambicioso original. Los maestros Gianluca Marcianò y Jacopo Brusa se alternarán en la dirección musical al frente de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.

“Puccini arriesga aquí en la orquestación y la armonía, con una música que a veces remite a Stravinsky y otras a sonidos orientales, pero sin abandonar la fórmula de las arias características del canto italiano y las cautivadoras melodías que convirtió en su marca personal: es una mezcla de pasado y presente absolutamente sublime”, resalta Menéndez, que incide además en el carácter de Puccini como precursor del cine “por la agilidad de los argumentos y el modo tan directo de atacar la emoción”.

El compositor falleció el 29 de noviembre de 1924 sin concluir Turandot, labor que recayó en Franco Alfano. Por su tremenda exigencia vocal, pocos cantantes se aventuran en estos roles, y en esta ocasión el Maestranza opta por un doble elenco con las sopranos Oksana Dyka y Kristina Kolar como Turandot y los tenores Jorge de León y Héctor Sandoval en el papel de Calaf. Ellos dos serán los encargados de asumir casi al final de la ópera una de las arias más famosas, cumbre entre las piezas para la tesitura de tenor: Nessun dorma. Que nadie duerma.

Exuberancia tonal, ambición artística y una pasión que resquebraja el hielo son algunos atractivos que atraerán a más de 12.600 personas al Maestranza los días 7, 10, 12, 13, 14 y 16 de noviembre con otra función el 5 de noviembre (entradas agotadas) para menores de 30 años.

Además, este miércoles a las 20:00, el Teatro de la Maestranza propone una gala lírica en homenaje a Puccini con dos de los cantantes más destacados del momento: Sondra Radvanovsky y Piotr Beczala. En el programa, fragmentos de óperas del compositor: Turandot, por supuesto, pero también Manon, La bohème, Tosca o Madama Butterfly, entre otras.