Entrevista | Laura García Lorca Presidenta de la Fundación Federico García Lorca

"Siempre aparece algún poema, alguna carta, una postal, ¡ojalá! Lorca hablaba mucho de su obra con sus amigos"

La sobrina del poeta de Fuente Vaqueros y presidenta de la Fundación que custodia el legado de un icono universal de la cultura española analiza la trascendencia del Centenario de la Generación del 27 y recuerda la memoria de un niña nacida en el seno de una saga de intelectuales en el exilio

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M. Quesada

Patricia Godino

Todavía hoy, cuando recuerda cómo se enteró de que su tío era Federico García Lorca, Laura García Lorca de los Ríos (Nueva York, 1953) no puede evitar emocionarse. Su memoria le lleva al momento en que una niña de apenas siete años escuchó por primera vez recitar uno de los versos más conocidos que el imaginario colectivo tiene de la obra del poeta de Fuente Vaqueros: Amor, amor que está herido / Herido de amor huido, herido, muerto de amor, de la pieza teatral Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, la obra escrita en 1929, censurada durante la dictadura de Primo de Rivera y estrenada en 1933 durante el gobierno de la República.

Nacida en el exilio en Nueva York, pertenece a una saga de intelectuales comprometida con el progreso de España: su padre, Francisco, cuatro años menor que Federico, poeta y diplomático, y su madre, Laura, profesora universitaria e hija de Fernando de los Ríos, humanista y ministro durante la República, y de Gloria Giner de los Ríos, destacada profesora de la Institución Libre de Enseñanza. Mujer de hablar pausado, Laura ha tenido muchas facetas a lo largo de su vida (actriz, empresaria, editora en la revista Vogue) pero hace años que vive volcada en la trascendencia del legado de su tío y ha fijado su residencia en Granada.

Como presidenta de la Fundación Federico García Lorca, institución que custodia estos documentos, celebra la reciente integración de la Fundación en el Consorcio del Centro Lorca (donde están representadas Ministerio, Junta, Diputación y Ayuntamiento), después de muchos años de retrasos y vicisitudes. Un camino largo en el que Laura quiere subrayar el empeño en conseguir el pacto entre las administraciones del fallecido Matías Cortés, figura destacada como abogado en la Transición.

Como legataria de la memoria de su tío, figura central en la Generación del 27, inmortalizada en la foto del Ateneo de Sevilla el 16 de diciembre de 1927 para un homenaje a Góngora en el tercer centenario de su muerte, asistió esta semana en la capital andaluza a la presentación del programa de actos que impulsa la Universidad cuando quedan 27 meses para el 27.

Con la coordinación de la catedrática Lola Pons, la Hispalense ha tomado el liderazgo en la conmemoración esta efemérides. La reproducción a escala de una postal que Lorca escribe a su amigo barcelonés Sebastià Gasch, crítico de arte, es uno de los últimos hallazgos para los investigadores y la imagen que estos días recibe al visitante en la Antigua Fábrica de Tabacos, sede del Rectorado.

Fue en este espacio donde se desarrolló este acto que contó con una amplia representación del mundo de la academia y las instituciones. Una unión de fuerzas que debe marcar la celebración de la generación más fructífera y reformadora de la poesía española

PREGUNTA. ¿Qué desea que sea el centenario de la Generación del 27?

RESPUESTA. Es importante recordar que un periodo tan corto como fue este del 27 o de la Edad de Plata, tan breve y tan luminoso en la historia literaria y artística de España, haya tenido una trascendencia tan grandísima en el mundo. Las efemérides sirven para revisar puntos de vista, recordar a figuras menos reconocidas, para eso está la investigación y también la interpretación de lectores y de creadores. Está claro que hay un diálogo vivo, desde luego lo hay con la figura de Federico García Lorca. Desde la Fundación y el Centro trabajamos en ese reconocer el espíritu vivo de este creador de tantas disciplinas.

El centenario debe servir para vincularlo con nuestro tiempo: cuáles son los nuevos lenguajes y las nuevas formas de creación para interpretar a esos autores

El centenario sirve para recordar también la trascendencia de muchas de las iniciativas sociales y políticas de estos autores y la colaboración no sólo entre escritores, sino con artistas plásticos y músicos, que fue muy único. Y también ser muy conscientes del eco fuera de España, de las relaciones con artistas latinoamericanos y la presencia en Estados Unidos. Lo supuso para los autores de ese grupo de la España republicana, que trabajaban en la idea de una España más libre, más moderna y que tuvieron la muerte, el exilio o el exilio interior, que también fue durísimo.

Y, sobre todo, vincularlos con nuestro tiempo: cuáles son los nuevos lenguajes y las nuevas formas de creación para interpretar a esos autores que, como se ha dicho tantas veces, tenían el conocimiento y los pies en la tradición y crearon obras de vanguardia.

P. La Universidad de Sevilla es la primera que ha anunciado un programa de actividades, ¿estarán el resto de instituciones a la altura?

R. Las instituciones tienen que estar ahí. Lo más importante es quiénes desarrollan los proyectos para esta celebración y estoy segura de que saldrán proyectos interesantes, tanto de investigación como de creación. Felicito a la Universidad de Sevilla por tomar la iniciativa de arrancar la conmemoración del Centenario del 27, resaltando la importancia del lugar que ocuparon Cernuda, Guillén y Salinas, figuras centrales del grupo.

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M. Quesada

P. ¿Qué papel va a tener la Fundación García Lorca en el centenario?

R. Todavía no hemos desarrollado un programa, estamos apenas aterrizando en nuestra nueva condición de miembros del Consorcio y, como tal, está empezando a consolidar también presupuestos.

P. Pero la voluntad es tener un papel muy activo, entiendo.

R. Sí, sí, desde el punto de vista de la custodia del legado y de seguir promoviendo la labor investigadora en torno a la obra del Lorca y del 27.

P. ¿Está contenta con que se haya arreglado, finalmente, el asunto de la Fundación y su integración al Centro Lorca?

R. Sí, creo que ha sido una buenísima decisión. Es mejor que la idea inicial de haber creado una fundación pública dependiente de la Junta de Andalucía. Es importante el papel de todas las instituciones principales, es decir, del Ministerio de Cultura, la Junta, el Ayuntamiento, la Diputación y, por supuesto, la Fundación que aporta ese archivo, que es uno de los más importantes de la historia de la literatura.

P. Casi 10 años después de su inauguración en la plaza de La Romanilla en Granada, ¿cree que este paso va a dar al Centro Lorca el impulso del que todavía adolece?

R. Como se sabe, ha sido un proceso larguísimo, excesivamente largo, incomprensiblemente largo, y creo que sí, que es la mejor de las soluciones posibles. Hay una muy buena relación entre todas las instituciones con una conciencia firme de que esto es un proyecto muy importante para España y que debe ser un foco internacional de cultura y un centro y laboratorio de investigación y de creación contemporánea.

El Centro Lorca debe ser un foco internacional de cultura y un centro y laboratorio de investigación y de creación contemporánea

P. ¿Queda mucho por investigar o descubrir en ese legado, como esa postal que acaba de salir a la luz?

R. Parece que cosas importantes no vayan a salir, pero sí, siempre aparece algún poema, alguna carta, una postal, ¡ojalá!. Lorca, además, hablaba mucho de lo que estaba haciendo con sus amigos y eso se refleja en la correspondencia. Pero parece que lo fundamental está.

P. ¿Cómo fue la relación de Lorca con las mujeres de la Generación del 27?

R. No hay que intentar suavizar una realidad que era tremenda, es decir, que las mujeres realmente no formaban parte, en igualdad de condiciones, en la vida intelectual y artística, y por supuesto, en ninguna de las otras. Hay que afrontar que, aunque, todas estas figuras eran personas muchísimo más abiertas y con un respeto o una primera aproximación a la idea de la igualdad real por todo lo que se había conseguido por la República, en el calado de la sociedad, hemos tardado muchísimo en dar pasos.

No hay que intentar suavizar una realidad que era tremenda: las mujeres realmente no formaban parte, en igualdad de condiciones, en la vida intelectual y artística y, por supuesto, en ninguna de las otras

Es interesante también hablar, no solo de las personas concretas, de figuras como Concha Méndez, Maruja Mallo o María Teresa León, sino afrontar que había ciertos temas, como la incorporación de las mujeres o la relación social con la homosexualidad, que es que realmente era un mundo muy cerrado. Cuando en Europa ya había otra situación. Este era el momento en que España hubiera podido dar muchísimos pasos, pero se truncó. En el resto del mundo estaban avanzando y nosotros nos quedamos parados esos 40 años que han sido demoledores. Aunque a veces nos gustaría que personas más progresistas hubieran sido más abiertos, hay que reconocer que no lo fuimos... lo suficiente.

Laura García Lorca, presidenta de la Fundación Federico García Lorca / M. Quesada

P. Su padre se exilió a Estados Unidos después del fusilamiento de su hermano y usted nace en Nueva York. ¿Cuándo es consciente de quién era su tío?, ¿de cuál era su familia?

R. Mis padres los dos eran profesores en la Universidad de Columbia, mi madre dirigía el Departamento de Español durante muchos años en Barnard, que era entonces la Universidad de Mujeres de Columbia, mi abuela Gloria [Giner de los Ríos] en el Teachers College, que era donde daba clases para futuros profesores de Lengua, Literatura e Historia de España, y tenían un grupo de teatro en la universidad. Yo había empezado a leer, aprendí deprisa y me apasionó desde el principio. Un día me llevaron a, supongo que no tenían con quien dejarme, tendría unos siete años o así, y me llevaron a un ensayo del Perlimplín. Un profesor y poeta, colega y amigo de mis padres, Eugenio Florit, cubano, excelente poeta, hacía el papel de Don Perlimplín. Mi padre dirigía la obra y yo estaba sola en el teatro, a oscuras, y oí a Eugenio decir unas palabras que me parecieron maravillosas: Amor, amor que está herido / Herido de amor huido, herido, muerto de amor. Al llegar a casa, le dije a mi padre, "Papi, eso que me ha gustado mucho, Eugenio ha dicho un poema muy bonito, me gustaría leerlo". Entonces, cogió las obras completas de Aguilar, las abrió por la página y me dijo: "Aquí lo tienes, lo escribió tu tío Federico".

P. ¡Qué emocionante!

R. Fue muy emocionante porque además era un poema que no podía leer un niño pero a la vez también los niños entienden, tienen esa sensibilidad...

P. ¿Se hablaba de él en casa?

R. Se hablaba muy poco. Mi padre era muy reservado y no quiso cargarnos demasiado con ese peso, con esa pena...

De mi tío Federico se hablaba muy poco. Mi padre era muy reservado y no quiso cargarnos demasiado con ese peso, con esa pena...

P. Que no estuviera presente en la conversación cotidiana, dice.

R. De pequeña recuerdo a mi padre que sí hablaba más, de los juegos con su hermano, de cosas de la vega, de las canciones, de la Huerta [de San Vicente], de sus gustos... A Federico le gustaba la fruta madura y a mi padre, la verde. Eran las cosas que me comentaba de niña. Mis hermanas también tienen ese recuerdo, pero cuando fuimos creciendo, nos fue hablando menos.

En nuestra casa de Nueva York, convivieron cuatro generaciones. Ahora cuando las cosas se estabilicen en el Centro Lorca y en la Fundación, me quiero ocupar también de esa tan interesante y rara situación de mis dos bisabuelas maternas: la madre de mi abuelo Fernando de los Ríos y la madre de mi abuela Gloria Giner. Mis dos hermanas nacieron viviendo todavía las bisabuelas en el mismo piso de Nueva York, cuando yo nací las bisabuelas ya habían muerto y mi abuelo Fernando también pero mi abuela Gloria vivió siempre con nosotros.

Y sí, la tristeza, la sensación de provisionalidad, de repente se instalaba en una casa donde había también mucha alegría gracias a como eran mi abuela Gloria y mi madre, tiraban para arriba de toda aquella situación y, por otro lado, tres niñas completamente adaptadas a la ciudad, al colegio y a la lengua. Por supuesto, fuimos bilingües desde el principio. Entonces era una mezcla. Una casa alegre donde había muchísima música, porque se ha cantado siempre. Mi hermana tocaba el piano, mi otra hermana la guitarra y se mantuvo esa tradición de la música popular.

Laura García Lorca, presidenta de la Fundación Federico García Lorca, durante la entrevista, realizada en el Rectorado de la Universidad de Sevilla. / M. Quesada

P. La tradición oral tan importante en su obra.

R. Sabemos canciones populares de toda España y las que se incorporaron de la música folk del mundo. La música popular se instaló en el mundo como en la modernidad, menos en España, porque se identificaba con la Sección Femenina, con Pilar Primo de Rivera.

En fin, había muchos elementos de una casa alegre y viva y a la vez también muchos de una enorme tristeza y silencios muy cargados que vivíamos con una pena enorme.

Había muchos elementos de una casa alegre y viva y a la vez también muchos de una enorme tristeza y silencios muy cargados que vivíamos con una pena enorme

P. Me hablaba de esa sensación de provisionalidad, una característica que comparten todos los autores e intelectuales que tuvieron que marchar al exilio. ¿Es una parte de nuestra historia que no hemos terminado de conocer en profundidad?

R. Para eso va a ser importante el Centenario del 27. Creo que nunca es suficiente saber e investigar en las vidas, en qué pasó en el exilio y también quizás en qué pasó en las generaciones siguientes, en los hijos del exilio. Porque nosotras nos sentimos muy afortunadas por el carácter de los nuestros, pero muchos hijos del exilio lo pasaron muy mal, se sintieron incómodos con la lengua y con la diferencia. Muchos que se sintieron marcados más por el dolor que con la riqueza de tener dos mundos, que afortunadamente a nosotras sí nos transmitieron y nunca nos sentimos incómodas o raras o menos que nuestros amigos americanos.

Muchos hijos del exilio se sintieron marcados más por el dolor que con la riqueza de tener dos mundos

P. Se cumplen 25 años de la muerte de Rafael Alberti. ¿Sigue de cerca la vida de otras fundaciones de poetas del 27?

R. No, la verdad es que no, me he dedicado a poner en orden a lo nuestro, apenas he podido ni planificar...

P. Sería bonito que la conmemoración del 27 sirviera para que las distintas fundaciones colaboraran entre sí.

R. Sí, por supuesto.

P. Hay centenares, miles quizás, de adaptaciones de la obra de Lorca. ¿Cuál es su preferida?

R. El Romance Sonámbulo de Manzanita es buenísimo. Y lo que hizo Enrique Morente con Omega y con otras cosas ha sido extraordinario. El Omega fue una obra importantísima. Quizás la obra que más me ha impresionado fue una versión mexicana del Teatro Clandestino de Jalisco de Bodas de sangre que se hacía en el exterior. Lo llevaron a Madrid, a la Casa de Campo, que fue donde yo lo vi, pero sé que también se hizo en La Vega. Esa fue la primera obra de teatro que pensé, "esto era, esto era".

P. ¿Lo relee mucho?

R. Sí, sí. Lo releo mucho por gusto y por obligación. Siempre encuentro matices, eso es lo que hace a los autores y artistas grandes, que las lecturas no se agotan.

P. Su verso preferido.

R. ¡Ay!

P. ¿O el último que se le ha venido a la mente?

R. Ayer [por el pasado domingo] al pasar por Córdoba, se me vino a la memoria al mirar por la ventanilla. Córdoba lejana y sola. Cada día podría decirle uno diferente.

P. Se ha publicado que el Ministerio de Interior tenía unos documentos sobre los últimos días de tu tío.

R. No, ha sido como una noticia equivocada. Estaba hablando yo de la exposición que estamos preparando sobre el archivo. Los estudiosos son los tres extraordinarios Christopher Maurer, Andrew Anderson y Melissa Diverno. Tres comisarios de una gran exposición sobre la historia del archivo desde el verano del 36 hasta hoy. Es muy singular y muy emocionante ver cómo mi familia, mis abuelos, mi padre, mi tía Concha y mi tía Isabel, desde el momento en que fusilan a su hijo y su hermano, son conscientes de que su vida se transforma… Y su labor de vida desde entonces es conservar, cuidar y dar a conocer los papeles de su hermano.

P. Su familia tiene muy decidido, y así lo ha dicho en público, que no quiere buscar los restos de Federico, ¿pero entiende que otros sí lo quieran hacer?

R. Nunca hemos impedido frenar que los familiares de otras víctimas buscaran a los suyos. Es algo que entendemos perfectamente. Y creemos que es un deber facilitar la búsqueda de los familiares. Es un derecho. Lo que pasa es que, con la figura de nuestro tío, pensamos que simbólicamente es mucho más fuerte que esté mezclado con los restos de otras víctimas, que singularizarlo en ese lugar. Él está recordado todos los días en el mundo entero. El hecho de que esté mezclado con los restos de las otras víctimas ayudará a que recordemos a todas las víctimas.

P. Ahí son iguales.

R. Es más, creemos que su nombre en esa lista debe aparecer en orden alfabético. Protegerá a los demás que están ahí y hará que los recordemos.

P. ¿Ha regresado al Patronato de la Casa Natal de la Diputación tras su dimisión por la elección de Antonio Membrilla como presidente tras aquello de "memez histórica"?

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R. Pues todavía estoy pendiente de una reunión con el presidente de la Diputación.

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