Festival de Cine de Sevilla
Agustín Gómez Arcos termina su exilio y vuelve por fin a España
Laura Hojman reivindica en el documental ‘Un hombre libre’, estrenado en el Festival de Sevilla, la figura de un autor que triunfó en Francia y que murió en el exilio siendo un desconocido en nuestro país
Marta García Miranda
"Cuando hablo —dice una voz en off— hago que las cosas existan. Me pregunto dónde van los nombres que no se pronuncian. Las historias que no se cuentan. Los muertos que no tienen tumba ni una lápida con su nombre. Si pienso en la muerte, la imagino como un enorme silencio. Pero esta es una historia de vida, de rebelarse contra la muerte. Esta es una historia de amor”. Quien habla es la cineasta Laura Hojman, sutil narradora de una historia que se rebela contra ese silencio que tanto espacio ocupa en nuestra memoria de país y que comienza en Almería, en un pueblo llamado Enix con casitas encaladas de blanco, hambre y miseria.
El lugar donde nace en 1933, en el seno de una familia republicana, un hombre cuyo nombre no se pronunciará durante décadas, cuya obra será censurada, un autor que se exiliará primero a Inglaterra y después a Francia, donde escribirá en libertad, donde triunfará y será reconocido, y donde será enterrado, en 1998, en el cementerio de Montmartre, en una tumba en cuya lápida se leerá: "Agustín Gómez Arcos. Un hombre libre".
Esa última frase es la que da título al nuevo proyecto de Laura Hojman, directora de los documentales A las mujeres de España. María Lejárraga y Antonio Machado. Los días azules. Una película que recupera la memoria del autor de El cordero carnívoro, Ana no, El niño pan o El hombre arrodillado y que “no solo fue un escritor de un talento desbordante, sino un hombre que utilizó su obra para desafiar los silencios impuestos por el franquismo, en cuyas obras dio voz a las víctimas, a los disidentes, a los homosexuales, a las mujeres, a aquellos que quedaban en los márgenes y no encajaban en la norma impuesta”.
Utilizó su obra para desafiar los silencios impuestos por el franquismo, en cuyas obras dio voz a las víctimas, a los disidentes, a los homosexuales, a las mujeres...
La película se ha estrenado este sábado 9 de noviembre en el Festival de Cine de Sevilla, en Sección Oficial fuera de concurso, y llegará a los cines en primavera tras un proceso que comenzó hace tres años, cuando la periodista María D. Valderrama, que firma el guion con Hojman, le habló de la obra de Gómez Arcos.
“Yo no lo conocía, no había leído nada, pero ella me despierta la curiosidad y me hago con los libros de Agustín. Lo primero que leo es El cordero carnívoro y me explota la cabeza porque me sorprende la modernidad tan bestia que tiene su obra, lo que cuenta y cómo lo cuenta, con ese estilo tan torrencial y al mismo tiempo tan bello. Me fascinó tanto el personaje y la reflexión que se podía plantear que dije: ¡vamos allá!”, explica Hojman a este diario.
Sorprende la modernidad tan bestia que tiene su obra, lo que cuenta y cómo lo cuenta, con ese estilo tan torrencial y al mismo tiempo tan bello
"España soy yo"
Rodada entre Almería, París, Madrid y Barcelona, Un hombre libre traza el relato vital y creativo de Agustín Gómez Arcos a través de imágenes de archivo, fotografías y entrevistas al autor en programas literarios de la radio y la televisión francesas, pero también a partir del relato coral que construyen los testimonios de su gran amigo, el actor y escritor Antonio Duque, que conocerá a Gómez Arcos en el Café Gijón y compartirá con él un piso de Miguel Narros en el Paseo del Rey de Madrid y después el exilio en Londres y París; de la actriz Marisa Paredes, que le recordará como uno de los grandes autores del teatro político y social; del escritor Bob Pop, que calificará la literatura de Gómez Arcos de “profundamente femenina porque no tiene esta cosa masculina de ir construyendo el canon entre todos e irse midiendo las pollas, yo hubiera flipado de haber leído a Gómez Arcos con 20 años”; o de Pedro Almodóvar, a quien deslumbró su escritura y que incluso pensó en adaptar al cine El cordero carnívoro, una novela que “incluso ahora mismo sigue siendo demasiado fuerte para llevarla al cine, pero es uno de los grandes hitos de la literatura española”.
La editorial Cabaret Voltaire recupera su obra
Además, en el documental participan el escritor Éric Vuillard, los periodistas Fernando Olmeda y Antonio Maestre o el editor de Cabaret Voltaire, Miguel Lázaro, que lleva años recuperando sus novelas y, recientemente, su teatro completo. También dos dramaturgos españoles que, como Gómez Arcos, fueron censurados: Paco Bezerra y Alberto Conejero.
“Recuerdo que estaba escribiendo el guion de este documental —explica Hojman— y en España se estaban censurando obras de teatro, la de Paco Bezerra (en los Teatros del Canal, que suprimió de su programación su obra Muero porque no muero sobre Teresa de Jesús) y la obra de Alberto Conejero, El maestro que prometió el mar (cancelada también en 2023 por el Ayuntamiento de Briviesca). Yo estaba escribiendo sobre algo que no es el pasado, es algo que estamos viviendo todavía y que, obviamente, viene de aquello, de un país en el que ha imperado el silencio y en el que no se puede hablar de ciertas cosas”.
Su infancia en Enix, su paso fugaz por Barcelona para estudiar una carrera de Derecho que abandonará por la escritura teatral; sus años en Madrid, donde sus obras serán censuradas por el régimen franquista; su exilio primero en Londres y después en París, donde ya solo escribirá novelas (en francés), descubrirá el éxito, los premios y el reconocimiento, y donde morirá, enfermo de sida, en 1998.
Pero en su documental, Hojman no solo transitará por la biografía de Gómez Arcos, también lo hará por sus silencios —en la película no participa ningún miembro de su familia y apenas se habla de su enfermedad, de su vida social o de su relación con otros escritores— y respetará esas zonas de sombra de un hombre que no se sentía un escritor maldito, sino “como alguien perfectamente atípico y eso de ser raro, eso de no estar dentro de la norma, sino siempre estar en un margen, todo eso es algo que, desgraciadamente, me perseguirá toda mi vida”.
Ese escritor outsider que nunca pidió la nacionalidad francesa morirá después de haber sido varias veces finalista del Premio Goncourt, con sus obras traducidas a catorce idiomas e incluidas en los programas educativos de los liceos franceses, pero como un perfecto desconocido en España: “Sería absurdo que yo dijera que España es ingrata conmigo —dirá en una entrevista de archivo con la que termina la película — porque sería considerar que España es los editores que no me publican o los políticos en cuyas manos está. Yo creo que España es otra cosa. España soy yo”.
Sus obras han sido traducidas a catorce idiomas e incluidas en los programas educativos de los liceos franceses, pero como un perfecto desconocido en España
"Cuando escribo hago la guerra"
Unos minutos antes de escuchar a Gómez Arcos hablar de España, un grupo de jóvenes hablará de sus novelas en un club de lectura, fascinados por la escritura disidente de un autor que, desde 2006, viene recuperando la editorial Cabaret Voltaire con traducción de Adoración Elvira.
Hasta la fecha, el sello madrileño fundado por Miguel Lázaro y José Miguel Pomares ha publicado ocho de sus novelas y acaba de reunir en un solo volumen su obra dramática completa compuesta por diecisiete obras, entre ellas Diálogos de la elegía, Elecciones generales, Los gatos, Prepapá o Queridos míos, es preciso contaros ciertas cosas. Miguel Lázaro explica en una conversación con este diario que “su etapa de dramaturgo fue brillante en su vida como creador y pensamos que era fundamental recuperarla. Además, en sus obras de teatro está el germen de todos los personajes que luego desarrolla en su narrativa, igual que están ya prefigurados muchos de sus argumentos e ideas”.
Gómez Arcos ganó dos veces el Premio Lope de Vega de teatro y las dos veces se lo retiraron para impedir que se representaran sus obras, de ahí que, cansado, decidiera irse de España. Miguel Lázaro cuenta que el dramaturgo siempre decía: “Yo, cuando escribo, hago la guerra”. y cree que usaba el teatro “como arma política porque sabía que su mensaje de justicia social o de defensa de las mujeres llegaba con mayor inmediatez a través del teatro, por eso la censura fue tanto a por él. Luego, cuando se traslada a París, hace unas declaraciones en las que dice que la estética se ha apoderado del género teatral y que eso a él le horroriza, y se pasa a la narrativa”.
Una obra que proyecta la España negra
En su obra Elecciones generales, Gómez Arcos contará la historia de un diputado que llega a un pueblo a comprar las almas de sus muertos. En Balada matrimonial, la del adulterio de un matrimonio burgués. En Diálogos de la herejía, la historia de un pueblo habitado solo por mujeres tras la partida de los hombres a las Indias.
En todo su teatro, explica su editor, Gómez Arcos proyecta “esa España negra de la religión, la represión y el poder de las fuerzas vivas, aunque luego también desarrolla temas más modernos o esperpénticos como en Interview de Mrs. Muerta Smith por sus fantasmas, en la que una mujer americana coge un cohete y se va a la Luna con dos amantes congelados y su perro que habla. Pero toda su obra tiene una gran carga política y el hecho de ser tan transgresor y usar un lenguaje tan moderno es lo que creo que ha hecho que conecte con un público tan joven, que es lo que también les ha pasado a las novelas de Annie Ernaux. Ambos son autores que no han envejecido, sino todo lo contrario”.
Desde su exilio en 1966, sus obras no volvieron a estrenarse en un escenario español hasta 1991, cuando Carme Portaceli, actual directora del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), llevó a escena Interview de Mrs. Muerta Smith por sus fantasmas en la Sala Olimpia. Después estrenaría otros dos textos suyos: Los gatos, en el Teatro María Guerrero (1992) y Queridos míos, es preciso contaros algunas cosas, en el mismo teatro dos años más tarde. Portaceli, que trabajó con Gómez Arcos en el proceso de adaptación de sus obras, le recuerda con respeto y cariño, y cuenta a este diario que “se enfadaba mucho cuando le quería cortar algo del texto, ‘que no, que no y que no’, decía, pero nunca desde arriba, sino con discusiones de verdad. Era un hombre inteligente y duro de primeras, un tío enfadado y ofendido, pero en cuanto te conocía era un tío con corazón, con sensibilidad, te cogía cariño y era fiel y leal, pero nunca perdió el cabreo que tenía con España por no haberlo querido de verdad, tenía mucho dolor por lo que le había pasado en este país”.
Su gran amigo Antonio Duque, que conservó la única copia existente de nueve de las diecisiete obras de teatro que recoge el volumen publicado por Cabaret Voltaire, cree que si Gómez Arcos no hubiera muerto tan joven tal vez hubiera vuelto a España: “Creo que hubiera vuelto porque él siempre ha llorado España y estoy seguro de que si Agustín no se nos hubiera ido tan pronto, estaría aquí escribiendo”.
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