¿Hay un futuro cinéfilo para la generación TikTok?

La proyección matinal de Bird dentro de la sección Jóvenes Cinéfilos comienza con media hora de retraso. Ha sido laboriosa la entrada escalonada de los chicos procedentes de los distintos centros educativos que acuden a la sesión, pero el aforo del Cartuja Center se ha llenado. 830 espectadores esperan impacientes en sus butacas mientras una representante del Festival de Sevilla les informa de que no se puede comer en la sala y de que, si quieren ir al baño, deben hacerlo en compañía de un profesor y en grupos pequeños. También les insta a dejar su voto al final de la proyección, de cara al Premio del Público.

Cuando se apagan las luces, suena un griterío, pero la película la siguen con atención y bastante silencio, salvo algunos comentarios ocasionales entre ellos. El filme, que forma parte también de la Selección EFA -propuesta por la Academia del Cine Europeo- y que ha sido premiada en la Quincena de Realizadores de Cannes, es el quinto largometraje de la británica Andrea Arnold, una de las cineastas más prestigiosas del continente.

Se trata de un filme durísimo, centrado en una chica de doce años forzada a sobrevivir en un ambiente de pobreza, familias desestructuradas con padres demasiado jóvenes, consumo cotidiano de drogas y un futuro que, como dice la letra deThe Universal, la canción de Blur que tiene una curiosa centralidad en el retrato, ha sido vendido. No haremos spoilers, pero, en la parte final, cuando la crudeza abre sus alas para que alce el vuelo un tono más cercano al realismo mágico, comienzan a sonar en el patio de butacas murmullos, gestos de sorpresa y, finalmente, vítores y aplausos.

“Esta experiencia les abre a otra forma de mirar el cine”

A la salida, los chicos -de entre 15 y 18 años- deben encaminarse rápidamente hacia los autobuses que les llevarán de vuelta, pero el redactor consigue abordar a un grupillo de 4º de ESO que se agolpa para dar sus opiniones. Entre las palabras que se atropellan, algunas conclusiones generales: les parece una película rara, pero les ha gustado; no se esperaban el giro de guión que pone en suspensión el realismo sucio. Les ha sorprendido la violencia extrema de algunas secuencias y les ha causado admiración el valor mostrado por la chica protagonista. También subrayan la ambientación en barrios marginales y se muestran muy críticos a la hora de juzgar los personajes de los padres y la desatención hacia sus hijos.

“Yo creo que las películas que giran sobre las relaciones, la amistad o la superación son las que más están interesando a este público. Creo que es un tema general de la juventud porque se puede identificar con lo que cuenta, le ayuda a entender lo que piensa o cómo se siente”, afirma Sofía Romera, adjunta a la dirección de Educación en el Ayuntamiento de Sevilla, y una de las responsables activas de la programación para jóvenes del festival de cine. “Están en una edad en la que las hormonas se disparan y, por ejemplo, les llamó mucho la atención la película One Dance, The Other Doesn’t, de Emilie Girardin, porque habla sobre un núcleo de amistad, de cuatro amigos. Les sucede algo durante una etapa de sus vidas y a todos les cambia de alguna forma”.

El estreno de ese filme se acompañó de un coloquio con la directora en los Cines Nervión, donde, apunta Romera, el público joven “intervino muchísimo. Muchísimo más de lo que esperábamos. Fue una maravilla, porque surgieron muchas preguntas sobre esas relaciones entre cada uno de ellos, sobre las decisiones que toman. Están en una época en la que todos se sienten un poco raros, y estas películas yo creo que les ayudan a entender que estas cosas le pasan a todo el mundo, y que estos problemas existenciales son normales”, afirma la adjunta a Educación, quien revela que ella se aficionó al cine gracias a haber acudido con su colegio a ver películas del Festival de Sevilla años atrás.

Los tiempos, sin embargo, han cambiado a velocidad vertiginosa. En un entorno marcado por un aparente déficit de atención, una era marcada por el dominio de TikTok, el consumo audiovisual multipantalla, la inmediatez, la velocidad y el estruendo, ¿qué futuro puede tener la cinefilia y, en particular, ese tipo de cine más destinado a experimentar en calma, silencio y en versión original?

“Esta experiencia les abre a otra forma de mirar el cine”, explica Romera. “En realidad -informa Miriam Barranco, responsable principal del programa educativo del festival-, es el profesor quien decide la película, pero una vez que el alumno se sienta en la butaca y disfruta de la proyección, creo que ahí se le abre la mente, porque se encuentran con historias diferentes y súper diversas, procedentes de otras culturas, y que se apartan de los contenidos que suelen consumir”. Los objetivos, según el comunicado de prensa distribuido por el festival, consisten en “abrir entre las y los más jóvenes una ventana a la narrativa audiovisual, educar en valores y despertar futuras vocaciones y talentos cinematográficos”.

17 estrenos y 2 clásicos

Un total de 19 títulos forman parte de Cinéfilos del Futuro en esta edición, entre los que figuran dos de los clásicos incluidos en la sección Esenciales: Paris, Texas; de Wim Wenders (1984) y La misión, de Roland Joffé (1986) con Jeremy Irons como protagonista. La sección está orientada a alumnos de Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos, mientras las de Europa Junior (con 12 películas este año), se dirigen a niños de Infantil y Primaria.

Los filmes han sido seleccionados por el programador del festival, Antonio Navarro, mientras que las responsables de Educación se encargaron de gestionar el contacto con los centros y de ubicar cada película en las diferentes sedes en función de las peticiones de los profesores. En este sentido, indican que los intereses de los docentes iban en función de la temática abordada, pero, sobre todo, del idioma de las películas, ya que la versión original es una herramienta muy útil para el aprendizaje de otras lenguas. “Este año ha habido mucha petición con respecto al francés”, apunta Barranco.

Un 80% del público asistente al ciclo Cinéfilos del futuro proviene de la provincia de Sevilla, pero también han acudido centros de Cádiz, Huelva o incluso de Úbeda

Aparte de ello, sigue funcionando la sección Jóvenes Programadores-Moving Cinema, un proyecto en colaboración con el colectivo catalán A Bao A Qu, que se desarrolla previamente a las fechas del festival, con chicos de entre 16 y 23 años a los que se enseña la experiencia de programar un festival. También forma parte de estas iniciativas para los nuevos públicos Ventana Cinéfila, una programación online puesta a disposición de los docentes y acompañada de materiales educativos específicos, en colaboración con los festivales de Valladolid, Málaga, Huelva y Sitges y con la plataforma Filmin.

Un 80% del público asistente proviene de la provincia de Sevilla, pero también han acudido centros de Cádiz, Huelva o incluso de Úbeda. Y las sesiones se suelen llenar siempre, lo cual contrasta con la programación abierta al público general, que este año no está siendo tan concurrida.

En los 68 pases matinales programados en estos ciclos se espera, según cifras apuntadas por el gabinete de prensa del festival, alrededor de 20.000 estudiantes. “Nosotras estamos sorprendidas por la acogida”, concede la responsable del programa educativo del SEFF. “Hay mucha aceptación por parte del público y yo creo que puede ir a más. Muchos profesores nos dicen que son sus propios alumnos quienes les avisan, porque ya fueron otros años y están muy atentos”. “Yo suscribo las palabras de Miriam y creo que hay un futuro prometedor”, añade Romera. “Muchas veces se auguran tiempos como muy malos para esto, pero yo después de ver todo esto, e incluso que haya colegios que repiten, soy más optimista. Quizás, al principio, a los chicos les cuesta introducirse en lo que es la película, porque vienen todos muy revueltos por la entrada, pero una vez que están empezando y empiezan a meterse en la historia, ahí todo cambia. Yo los veo al salir y se nota que les ha encantado la experiencia”.