5 miniseries para pasar el fin de semana

A las puertas de junio, uno puede galopar a la playa más cercana como Jean-Pierre Léaud en los 400 golpes, soñar con fiestas frenéticas como las que se corrieron McConaughey y Jovovich en Movida del 76 o atiborrarse de televisión hasta desfallecer, como Edward Norton en el Club de la lucha. Si la última opción es la elegida, aquí te ofrecemos 5 miniseries que, en total, suman algo más de 30 horas de duración. Así que, en teoría, es posible verlas todas en tres días.

Una de piratas (de las ondas): Reyes de la noche, en Movistar

Para los más jóvenes, Rey de la noche sólo hay uno, y deambulaba por la periferia de los Siete Reinos. Pero hubo un tiempo no muy lejano en el que esta majestad tenía dos pretendientes, y sus furibundos duelos de esgrima (verbal) apasionaban a un país. Reyes de la noche recrea, a través de personajes ficticios, la delirante lucha por las ondas entre los locutores deportivos José María García y José Ramón de la Morena. Este fin de semana, la serie de Movistar emite sus dos últimos episodios, cada uno con una duración aproximada de 30 minutos y con un Javier Gutiérrez que, tras apabullar al público (y también ruborizarlo) en la magnífica Vergüenza, ha encontrado en Movistar su reino inexpugnable. Perfecta para introducirse en el mundo macho y/o ridículo de las radios de los ochenta, con minucioso análisis de su fauna, su flora y su tabaco negro y fuerte.

Una de detectives: Mare of Easttown, en HBO

Kate Winslet. ¿La de Titanic? Sí, aunque ha hecho alguna cosilla más. Un par de películas con Woody Allen y con Polanski, también le dieron un Óscar por... ¿Pero está haciendo una serie? Sí, y menuda serie. A Mare of Easttown no sólo le han puesto uno de los mejores títulos de la pequeña pantalla, sino que, además, alguien (Brad Ingelsby, su creador, escribió recientemente The way back, un drama deportivo más que reivindicable) se ha preocupado de desarrollar una historia que, igual que en los tiempos de Twin Peaks, ha generado un clima de adictiva intriga que sus espectadores intentan disipar. Quién mató a Laura Palmer se ha transformado en Quién mató a Erin McMenamin, y una abuela Kate Winslet (cuesta ver en estas lides a quien siempre ha sido joven, pero ella se las arregla para convencernos) se encarga del caso. Ahora sólo haría falta que alguien se hiciese cargo del suyo, porque la vida de esta detective, como la de todo investigador post-Raymond Chandler, es un barco a la deriva. Pero ya sabemos que si alguien puede sobrevivir en estas circunstancias, es Kate.

Una de vaqueras: Godless, en Netflix

No tiene el resplandor de la flamante novedad (se estrenó en 2017), pero sí irradia la resistencia de los clásicos. Este western es un Sin perdón sobre unas vaqueras que no necesitan a William Munny porque se las bastan solas. Con un elenco plagado de estrellas (pocos villanos tan odiables como Jeff Daniels en esta serie), Godless recorre el polvoriento pueblo de La Belle, donde la mayor parte de sus habitantes son mujeres viudas al frente de las cuales está un sheriff y su estrambótico y juvenil ayudante (pero Brodie-Sangster siempre es juvenil). Siete episodios que constituyen, uno tras otro, la prueba viva de que el western no ha muerto, y de que, como dijo Dorothy Malone en El último atardecer (que está Filmin y Amazon, por si uno se queda con ganas de más Wild West), las mujeres nacen para ser supervivientes profesionales.

Una sobre asesinos en serie: Parot, en Amazon Prime

La doctrina Parot, derogada en 2013, conllevó el acortamiento de sus condenas para múltiples presos. Violadores, terroristas y asesinos salieron a las calles antes de lo que se había acordado. En esta ficción, la inspectora de policía Isabel Mora (Adriana Ugarte) investiga una serie de tétricos asesinatos. Las víctimas: presos recién excarcelados tras la anulación de la doctrina Parot. Como acostumbra Amazon Prime, la serie estará disponible en su totalidad en la misma fecha de su estreno: este viernes. 10 episodios para un maratón de sangre, cine negro, justicia e injusticia.

Una sobre nosotros: Palomares: Días de playa y plutonio, en Movistar

Hubo una época en la que el posado veraniego del año no lo hizo una supermodelo francesa, sino un superministro franquista. La caída en Palomares de cuatro bombas atómicas llevó al punto de fisión nuclear a un país que, amén del vago desarrollismo escaparatista de los sesenta, seguía chapaleando en las aguas pardas de la dictadura. Palomares: Días de playa y plutonio, en sus cuatro episodios, nos lleva a pasear por las costas atónitas de una Almería en blanco y negro. La productora de esta docuserie tiene un nombre de amargo recuerdo: 93 metros. Pertenecía a David Beriain, el periodista español asesinado en Burkina Faso.