Una divertida pieza de danza en la que un padre y su hijo adolescente en la vida real asumen el reto de confrentar sus dos universos creativos en el escenario. Es la última propuesta de la compañía gallega La Macana, que ha llegado a Sevilla de la mano de El Mes de Danza, un festival plenamente consolidado que justo este año cumple su primer cuarto de siglo.
La obra se divide en varios capítulos que delimitan un curioso camino hacia una confrontación que, como suele ocurrir en las relaciones entre los adolescentes y sus padres, retrata un enfrentamiento sin causa que parte más del amor que del odio. Así, al principio los personajes, padre e hijo, entablan un marco de competitividad en un entorno lúdico, corriendo de un lado a otro, representando objetos y situaciones con una cuerda, o bailando la música rockera que marcó la generación del padre. Poco a poco el juego va dando lugar a una contienda un poco más agresiva. Padre e hijo se entregan a un baile frenético y trepidante en sendos solos cargados de referencias, al ballet clásico en el caso del padre o a las danzas urbanas en el del hijo.
Tanto Alexis Fernández como su hijo Paulo demuestran una espléndida forma física y dominio del lenguaje del ballet y la danza contemporánea. Pero no es lo único que controlan. Y es que, además de bailar, durante toda la obra los bailarines hablan entre ellos manteniendo un diálogo cargado de irreverencia y frescura que se dirige al terreno de la comedia y la parodia. Lo más interesante es que con ello Alexis y Paulo implican al público, al que de forma implícita incitan a tomar partido. Aunque por supuesto sin dejar atrás el tratamiento lúdico que envuelve a la obra en todo momento, incluso cuando padre e hijo llegan a enfrentarse con una cierta agresividad.
Cabe destacar que el juego se potencia con la selección musical, la iluminación, y sobre todo con la escenografía, que se resuelve con unos cuantos objetos hinchables de diverso tamaño, aunque por lo general bastante grandes, con los que interactúan los bailarines hasta delimitar un espacio escénico que incide en el caos del enfrentamiento generacional y creativo.
Con todo ello Caterina Varela, Samir Akika y Alexis Fernández delimitan una puesta en escena sumamente divertida y un discurso cuajado de sorna y alusiones a las relaciones paterno-filiales con el que resulta fácil disfrutar e identificarse. De ahí la respuesta del público, que se rindió a los bailarines con una sentida ovación final.
Obra: Pink Unicorns
Lugar: Función Teatro
Dirección artística: Caterina Varela, Samir Akika y Alexis Fernández
Intérpretes: Alexis Fernández y Paulo Fernández
Calificación: ****