Sara Baras estrenó ayer en el Teatro Maestranza su decimosexto espectáculo, ‘Alma’, un espectáculo de danza flamenca que apuesta por la renovación abrazando al bolero, un género musical que despierta con facilidad el placer del reconocimiento.
Sara Baras se propone la búsqueda de lo nuevo haciendo dialogar el flamenco con algunos boleros que forman parte ya de nuestro imaginario colectivo. De esa manera, juega a buscar lo nuevo en los antiguo, provocando en el espectador el placer del reconocimiento, que no solo se vuelca en la música, sino también en el estilo de baile flamenco que la caracteriza.
Excepto un par de boleros, como el que da titulo a la obra, todos los demás temas se acaban convirtiendo en un palo flamenco. Así, ‘Nostalgia’ se torna en seguiriya, ‘Señora’ en garrotin, ‘Algo contigo’ en bulerías, ‘Contigo aprendí’ en rumbas, ‘Te extraño’ en cañas, ‘Toda una vida’ en una solea por bulerías , ‘Remolino’ en soleá, ‘Adoro’ en jaleo y ‘Alma de bolero’ en unas bulerías que cierran el espectáculo con la coreógrafa y bailaora derrochando poderío y dominio.
En general, salvo en algunos pasajes musicales en los que destacan los vientos de Diego Villegas, no puede decirse que haya una verdadera fusión del flamenco con el bolero. Sobre todo en lo relativo a la danza, cuya coreografía abusa de la reiteración y no aporta nada nuevo. Aunque eso sí, registra todos los elementos con los que Sara, a lo largo de su carrera, ha sabido conformar un lenguaje propio, un estilo que además del zapateado poderoso y frenético, las vueltas quebradas y la colocación y el braceado perfectos, incorpora elementos como el vestuario, la iluminación y el movimiento de los músicos en escena, cuya imagen, en algunos momentos, aparece difusa tras una cortina.
En ese sentido cabe destacar la escenografía de Peroni y Gerriets que parece regirse por el principio de “menos es más”, reproduciendo el universo de los cabarets del pasado siglo solo con unas largas cortinas de hilos brillantes y unos cuantos micrófonos de pie. Las cortinas van cambiando de color en su alianza con la impecable iluminación de Antonio Serrano y Chiqui Ruíz, que por momentos envuelve el espacio escénico con un halo evocador que alcanza su culmen en la escena en la que las bailarinas se cambian de ropa en el escenario, bajo el fondo musical del bolero ‘Vete de mi’.
Otro elemento característico de las creaciones de Sara es la elegancia y vistosidad del vestuario, tanto el suyo como el del cuerpo de baile, con el que la bailaora gaditana alcanza una complicidad encomiable. Claro que, como ella misma se encargó de señalar micrófono en mano ya en el turno de los aplausos, se trata de un equipo excepcional que la engrandece. Lástima que las voces y los instrumentos de los artistas invitados, Juana la del Pipa, Israel Fernández y Rancapino Chico al cante, y Álex Romero al piano), José Manuel “Popo” al contrabajo, sonaran en off. Cosas de la pandemia, suponemos.
Obra: Alma
Lugar: Teatro Maestranza 17 de diciembre
Dirección, guion y coreografía: Sara Baras
Música: Keko Baldomero
Textos: Santana de Yepes
Bailarines: Sara Baras, Chula García, Charo Pedraja, Daniel Saltares, Cristina Aldón, Noelia Vilches, Marta de Troya
Músicos: Keko Baldomero (director musical), Keko Baldomero y Andrés Martínez (guitarra), Rubio de Pruna y David de Jacoba (cante), Antón Suárez y Manuel Muñoz «El Pájaro» (percusión), Diego Villegas (saxofón, armónica, flauta),
Colaboración especial: Juana La del Pipa, Israel Fernández y Rancapino Chico (cante). Álex Romero (piano), José Manuel “Popo” (contrabajo)
Calificación: 3 estrellas