Amigos para siempre

Con todas las entradas vendidas, la Compañía_Exlímite presenta en la Sala B del Teatro Central con Los Remediios, una hilarante comedia que va más allá de la critica al barrio.

27 nov 2021 / 13:06 h - Actualizado: 27 nov 2021 / 13:09 h.
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Dos amigos que crecieron en el mismo barrio, y estudiaron en el mismo colegio, deciden dejar atrás sus carreras universitarias para fundar una compañía de teatro profesional, lo que no deja de ser algo exótico que provoca cierto rechazo familiar. Es el punto de partida de esta obra, una divertidísima comedia que parte de las particularidades del barrio sevillano en el que se criaron los actores: Los Remedios.

Aunque alberga diferentes clases sociales, el barrio sevillano de Los Remedios siempre fue considerado como el lugar de residencia de la clase alta sevillana. No en vano sus primeras viviendas, situadas en la Avenida de la República Argentina, costaron en su día (década de los 50) un millón de pesetas. Nos lo dicen los personajes al principio de la obra, aunque tal vez sería más indicado decir los actores, porque el relato comienza con Pablo Chaves y Fernando Delgado-Hierro dirigiéndose al público, micrófono en mano, con una suerte de prólogo en el que nos hablan de sus familias y las características del barrio de Los Remedios cuyos vecinos, por lo general, son de derechas, como demuestran los porcentajes de los votos en las últimas elecciones (que ellos nos muestran en la pantalla que hay al fondo del escenario), van a misa los domingos y son garantes de los valores tradicionales. Unos valores que no casan con la condición homosexual de uno de ellos, y el carácter depresivo del otro, que desde niño se pregunta por el sentido de la vida y alberga tendencias suicidas.

No obstante llama la atención que, a pesar de ese arranque, en realidad la obra no se centra en la crítica de su clase social, ni en el rechazo que tuvieron que sufrir en su infancia, ni siquiera en la vida del barrio. El núcleo de la dramaturgia gira en torno la influencia que ha podido ejercer en ellos la genética y la educación. Se trata, en definitiva, de la búsqueda de la identidad. Y es que, dado que estudiaron sus carreras en Madrid, donde viven desde entonces, se trata de dos personajes desarraigados, que ni siquiera hablan con el acento propio de su tierra andaluza. No es un sentimiento nuevo, lo sufren todos los andaluces que emigraron en su día a otras regiones españolas. Pero los personajes de esta historia no se vieron obligados a emigrar para salir de la miseria a la que su clase social los había condenado. Ellos, muy al contrario, pertenecen a una clase privilegiada. Y sin embargo, sienten la misma pérdida identidad.

Esa es quizás la cuestión más interesante de esta obra, esto es, cómo el desarraigo y la falta de identidad integrada es un déficit del capitalismo que puede afectarnos a todos. Un déficit difícil de solventar. Aunque al final, los personajes encuentran una solución. Lástima que, a esas alturas de la obra, tal vez debido a un excesivo empeño por retratar el entorno familiar que dejaron atrás, dicho final resulte un tanto impostado.

No obstante, cabe destacar la frescura, la maestría y el derroche de vis cómica de Pablo Chaves y Fernando Delgado-Hierro, quienes abordan sus personajes con un tratamiento naturalista que choca con la continua ruptura de las barreras espacio-temporales que impone la dramaturgia. Cabe destacar que los dos actores perfilan varios personajes con una suerte de transformación inmediata, para la que, con encomiable versatilidad, solo necesitan algunos elementos de atrezo. Con ello delimitan un ritmo vertiginoso solo dañado por la duración, un tanto excesiva.

Obra: Los Remedios

Lugar: Teatro Central, 26 de noviembre

Compañía: La_Compañía Exlímite

Texto: Fernando Delgado-Hierro

Dirección: Juan Ceacero

Ayudante de dirección y audiovisuales: Majo Moreno

Intérpretes: Pablo Chaves y Fernando Delgado-Hierro

Calificación: ***