Antonio Nodal desde el interior en el Antiquarium

Un solo hombre basta como testigo irrefutable de toda la nobleza humana, Luis Cernuda (1936)

26 abr 2021 / 09:37 h - Actualizado: 26 abr 2021 / 09:43 h.
"Pintura"
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Recorriendo la merecidísima Exposición que el ICAS le dedica al pintor ANTONIO NODAL -en su sede del ANTIQUARIUM hasta el 29 de abril- nos preguntamos muchas cosas: la primera es acerca de su biografía. La segunda, sobre su obra. La tercera, en que por qué no se le ha hecho hasta ahora este reconocimiento.

Intentaré responder a todo esto con la ayuda de lo que él mismo dijo en la presentación –que corrió a cargo también de los comisarios de la misma: GRACIA MONTERO, MANUEL PÉREZ BÁÑEZ, JOSÉ CARLOS ROLDÁN y el director de la sala JAVIER FITO- y que ha contado con la colaboración de ANTONIO ESPINOSA (para el Catálogo) y BALTASAR ORTEGA (para la producción audiovisual), así como los miembros de TEXTOS Y FORMAS (para su edición) y otra serie de personas que se mencionan en sus agradecimientos.

Con respecto a su ya larga biografía, pues él nació en 1932 y en la localidad sevillana de Carmona, hay que resaltar el protagonismo que ejerció en él la Guerra Civil desde el momento que fusilaron a su padre y a su abuelo paterno en 1936. Desde entonces, ANTONIO NODAL pasará a vivir con sus abuelos maternos y en internados católicos, dos de los factores fundamentales en su trayectoria como artista.

Con respecto a la segunda, la pregunta es si puede considerarse un autor sevillano o andaluz por su formación en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla, o si su obra puede considerarse dentro de las derivaciones del expresionismo alemán teniendo en cuenta que desde 1962 emigra a Bonn y es en ese país donde formará su familia, trabajará en oficios relacionados o no directamente con las artes y comenzará a exponer una década más tarde, en 1973. Esto sería un reduccionismo nativista de la misma clase que si nos preguntáramos si PICASSO es malagueño, catalán o francés, porque un autor y más en su caso son muchas cosas a la vez, al considerar lo que ha visto, estudiado, le quedó en el subconsciente, etc.

Desde Alemania hará viajes intermitentes a Sevilla, Carmona y a otros países como Noruega, Bolivia o Ecuador, pero es allí en el país tedesco, donde trabajará en bastantes oficios relacionados o no con las artes (cerámica, decoración), o contratado por la Universidad de Bonn para labores arqueológicas al tiempo que los simultanea con la pintura, haciendo mano, adquiriendo destreza en los trazos, narrando historias personales por medio de los elementos simbólicos que va introduciendo desde las primeras abstracciones cromáticas al onirismo –que puede relacionarse en sus obras con algo del surrealismo y del automatismo- teniendo en cuenta además, el modo de interpretación que se haga.

En Alemania permanecerá hasta 1997 aunque nunca se ha marchado del todo, lo mismo que tampoco lo hizo de Sevilla, ciudad en la que ha vivido como si fuese un ermitaño, sin exponer en ninguna galería ni sitio oficial hasta ahora.

En todo este tiempo que ha transcurrido ya, ANTONIO NODAL ha seguido pintando, buscando nuevas técnicas y formas, experimentando con las ceras y papeles, descubriendo sus gigantescos y monumentales frisos que denomina “rollos” y alcanzan hasta más de hasta 7 m. de desarrollo horizontal. Aquí, ha pasado por fases que han intensificado su vocabulario personal, añadiendo nuevos temas a esa cita que tiene con su interior.

La tercera cuestión, es por qué no se le ha dado el lugar que tiene en la historiografía artística aquí. Y pueden ser muchas las razones. Una de ellas porque evidentemente ha pasado 35 años -fundamentales en la plenitud de su vida y la madurez de su carrera artística- fuera, sin que tampoco se prodigase o él mismo se dejara conocer mucho por aquí.

Otra sin duda, porque su obra ¿política, social, antropológica....?, es de difícil clasificación dentro de los lenguajes artísticos del último tercio del siglo XX y primero ya del XXI. En este sentido ANTONIO NODAL sería un solitario que afronta el ejercicio de la pintura de manera por así decirlo marginal -aunque para nada lo sea- sino dicho en el sentido de que sigue su propia creación recurriendo a todo cuanto pudiera servirle para el mensaje que nos quiere transmitir: sea este de naturaleza artística partiendo de las fuentes donde ha podido acudir aunque de manera subliminal, como EL BOSCO, GOYA, el muralismo mexicano, o las artes indígenas con los que se pueden establecer paralelismos, o bien desde el punto de vista ideológico en las que a pesar que son claramente manifiestas, lo que sobresale es un pacifismo liberador.

ANTONIO NODAL –además de autorretratos y aspectos relacionados con su propia biografía- ha tocado en sus obras y con una valentía extraordinaria, asuntos que siguen siendo fuertes todavía como son la Guerra Civil, la crítica a cualquier sistema dictatorial -sobre todo al nazismo en un país donde cayó el Muro pero que aún tenía presente sus horrores- o en otro orden de cosas, la influencia de la religión en la mentalidad hispana.

Por todo esto, bien puede decirse que ANTONIO NODAL es –por biología- uno de los escasos testigos que nos van quedando para advertirnos de la barbarie, de las consecuencias de enfrentamientos ideológicos radicalizados. Para nada esto significa silencio u olvido, pero esos pájaros negros, esos cascos armados que él plasma o esas crucifixiones, están ahí para llamar la atención y que los nefastos acontecimientos no se repitan.

Sobresalen además de esos, los múltiples elementos que van con formando integradoramente los aspectos simbólicos de las figuras como las figuras en sí, una especie de magma que evoluciona sin tener en cuenta la escala o la perspectiva, sino el mensaje que va surgiendo y lo que quiere transmitir.

Cada quien que observe y analice la obra de ANTONIO NODAL –tanto su pintura como escritura- apreciará como en ella está gran parte de su pensamiento y de las grandes experiencias vitales que ha vivido. Una obra que es universal porque llama al interior de lo que fuimos y somos.

Al día de hoy, su obra se marchará a Alemania pues allí tiene ofertas solidísimas, mientras que aquí no se han producido todavía. Ojalá que su inmenso legado permaneciera entre nosotros, bien en Carmona o en alguna entidad, Centro o Museo que custodie sus obras en Sevilla. Es de esperar por tanto, que después de la Antológica (de la que esta retrospectiva es un anticipo), se sitúe a ANTONIO NODAL en el lugar que le corresponde en la Historiografía artística que como dije antes no es ni sevillana ni alemana, ni indigenista, etc. para ser de todos los que por unos momentos al menos la hagan suya.