La Gazapera

Arahal y su compromiso con Pastora Pavón

A ella van dedicadas cada año unas jornadas, siendo estos días una nueva edición: los días, 28,29 y 30 de marzo

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
22 mar 2019 / 08:00 h - Actualizado: 22 mar 2019 / 08:00 h.
"Flamenco","La Gazapera"
  • Los cantaores Tomás Pavón, Pastora Pavón ‘La Niña de los Peines’ y Pepe Pinto. / El Correo
    Los cantaores Tomás Pavón, Pastora Pavón ‘La Niña de los Peines’ y Pepe Pinto. / El Correo

Aunque Pastora Pavón Cruz, la popular Niña de los Peines (Sevilla, 1890-1969), no nació en Arahal sino en Sevilla, su madre, abuelos maternos y su hermano mayor, Arturo, sí eran naturales de este pueblo sevillano donde tanto gusta el cante jondo. Arturo, que en realidad se llamó José Ángel, vino al mundo en esta localidad en 1882, pero la familia se fue del pueblo y Pastora lo hizo ya en la calle Butrón de Sevilla, detrás de la Parroquia de San Román, el 10 de febrero de 1890. Nació concretamente en el número 19, en la casa de su tía materna Manuela Cruz Vargas. Tres años más tarde, en 1893, nació el otro genio del cante, Tomás, en la calle Leoncillos, en la Puerta Osario. Solo fueron tres hermanos, Arturo, Pastora y Tomás, y los tres fueron grandes intérpretes del cante.

De los tres, el único que no grabó discos fue Arturo, aunque sí unas placas que no se comercializaron y que si aparecieran tendrían un valor extraordinario, porque dicen que cantaba mejor que sus hermanos, algo que cuesta creer. Era un maestro del cante más puro, sobre todo un gran dominador de los estilos a palo seco, como las tonás y el martinete. Trabajó toda su vida en fraguas y esos cantes son típicos de las herrerías calés de Triana, el Puerto, Cádiz o Utrera.

En Arahal deberían documentar la vida y el cante de Arturo, porque nació en una calle de este pueblo, Juan Pérez. Precisamente se cumplen sesenta años de su muerte y hubiera sido una buena oportunidad para dedicarle este año unas jornadas coincidiendo con el festival. Porque además de que fue un grandísimo cantaor, Arturo fue maestro de Pastora y de Tomás. Tuvieron otros maestros y maestras, pero por ser el hermano mayor y cantar desde niño, se encargó de ponerles los cantes a los dos.

Era un hombre que sabía mucho de cante, según me contaron en su día cantaores como El Sevillano, Valderrama o Fregenal. O su propio hijo, el pianista flamenco Arturo Pavón. Como era herrero, convivió mucho desde adolescente con los cantaores de Triana y pudo escuchar a maestros como Manuel Cagancho y otros menos conocidos. Esa afición a los cantes de fragua se la transmitió a su hermano Tomás, un genio en esos estilos, y a su hermana no porque las mujeres de entonces no cantaban estos palos. Según Marchena, Arturo podía estar horas cantando martinetes, tonás y deblas sin repetir una letra. Él fue testigo de cómo midió su magisterio con el de Chacón, en Madrid, en un mano a mano solo con cantes sin guitarra.

Su mala voz y rareza para los escenarios evitaron que llegara más alto como cantaor, porque fue realmente un gran maestro, capaz de desautorizar a todo un Manuel Torres, al que le llamó la atención una noche en una fiesta porque le había dado mucha ojana a unos señoritos aficionados. Influyó también su unión a la artista sevillana Eloísa Albéniz, una mujer muy celosa que prácticamente lo quitó de los escenarios. A mí me llegó a decir un día en su casa que era el gitano más guapo de España y que lo quería solo para él.

Arahal se ha volcado más en la figura de Pastora, que tiene su monumento en el pueblo. A ella van dedicadas cada año unas jornadas, siendo estos días una nueva edición: los días, 28,29 y 30 de marzo. Será Alicia Gil quien cierre el evento.