-
El Delegado de Cultura, Antonio Muñoz y la Directora de Valdelarte ante una obra de Fernando Amores. Foto: J. Fito.
Existen lugares idílicos y bucólicos en todo el mundo. Pocos han logrado esa fusión del Arte con la Naturaleza o de la Naturaleza con la creación. Uno de ellos es sin duda Valdelarte, un territorio que va convirtiéndose en mítico para los artistas, sobre todo para aquellos que han tenido la suerte de gozar de una visita –libre o guiada-, realizado algún taller, dejar constancia de su residencia con una obra, participar en esa experiencia participativa que se verifica en los encuentros de investigación, concienciación ambiental, trabajos individuales y en común, proyectos teóricos y prácticos tanto desde el punto de vista del arte como de la ecología, el ambientalismo, ... la fusión o integración de la persona con la Madre Tierra.
Aspecto de la Sala con obras de Marta Viguera, Torito Curtido, La Mora Textil y Luis Cruz Suero entre otros. Foto: T.L.
Por unos días, ese Paraíso ha venido a Sevilla y se ha instalado hasta el 30 de septiembre debajo de “Las Setas”, en el Antiquarium, ese otro lugar que se va también consolidando –si acaso no lo hubiera hecho ya- como uno de los espacios expositivos más democráticos que existen para los artistas, pues ahí expone todo el que se lo solicita a Javier Fito, su Director, que más bien es un médium entre nosotros y el Excmo. Ayuntamiento a través del I.C.A.S.
Obra de Charo Carrera. Foto: T.L.
Pero todo esto no hubiese sido posible si no fuera por la labor que lleva realizando su Directora, Verónica Álvarez, desde que lo creó en los alrededores de Valdelarco, una de las localidades de la Sierra de Aracena, en el año 2012.
Obras de Magdalena Bachiller. Foto: T.L.
Las obras que ahora podemos ver “ahí”, fueron hechas “allí”, por autores individualmente o en colectivos, que por orden alfabético cito dada la enorme acogida que una colectiva como esta ha tenido.
Obra de Veredas López. Foto: T.L.
Entre otras cosas, porque detrás de cada uno de los trabajos de -Jesús Algovi, Fernando Amores, Cristina Ataide, Rocío Asensi, Natalia Aufray, V. Anguiano & E. Cañadas, Magdalena Bachiller, Evaristo Bellotti, Fernando Bono, Karla S. Brunet, Charo Carrera, Gloria Ceballos, Charo Corrales, Luis Cruz Suero, Charo Feria, Luis M. Fernández, Francisco Javier Flores Castillero, Jaime Gil Arévalo, Carlo de Gredos, Laly Gómez, Juan Sebastián González, Rinat Izhak, Paco Lara-Barranco, José Mª Larrondo, Miki Leal & Javier Parrilla, Veredas López, Carmen López Sánchez, Rocío López Zarandieta, David López Panea, Manuel López Ojeda, Lucía Loren, Clara Lurueña, Ana Matey, B. Millón & Y. Benalva, Mento Muñoz, Ana Mª Muñoz, Chema Navares, Mª José Ollero, Ramona Ortega, Aline Part, Ruth Peche, Cristina Pérez de Villar, Sergi Quiñonero, J.M. Raya, Ana Ruesga, Coca Sanz, Javier Seco, Mona Sepúlveda, Fernando Serna & Santiago Ramos, Rosario Slatter, Torito Curtido, Iván Tovar, Enrique Tirador, Marta Viguera, Montse Vinagre & Eduardo Rodríguez, Tarha Erena, Dieter Zurnieden, La Maga Colectivo, Las Monas Enjauladas y Alumnos USAL- se encuentra parte de esa energía que han recibido de lo mineral y de lo vegetal, de lo químico que somos.
Obra de Charo Feria. Foto: T.L.
Cada uno ha dado sus respuestas a esa parte orgánica de la que somos parte, bien de una manera tradicional recurriendo a la pintura –óleo, acuarela o acrílico sobre lienzo- o a la escultura elaborada con elementos naturales –como hierro, bronce, barro o madera- o bien realizadas a partir de estos como la cerámica, las telas, las lanas y papeles que no pierden su esencia en estos casos, de origen vegetal.
Obra de Luis Cruz Suero. Foto: T.L.
También, de la reutilización de elementos desechables como el plástico, aunque una gran parte de los artistas han optado por utilizar esas materias primas tal cual son, encontradas al azar, buscadas por las sensaciones que querían comunicar, extraídas con mimo de sus hábitats, colocadas como altares de ofrendas y si acaso, sólo intervenidas mínimamente.
Obra de Chema Navares. Foto: T.L.
Troncos de árboles, cortezas, ramas, hojas, frutos, semillas, pétalos de flores o las flores mismas, plantas enteras con o sin sus macetas, raíces, piedras, restos óseos, conchas, caracoles, la tierra,... con los propios colores que sobre ellos pinta el tiempo, o coloreándolos, forrándolos, interviniéndolos de manera respetuosa.
Obras de Manuel Barba. Foto: T.L.
Por otra parte, vídeos de alguna acción, actuación, performances y fotografías de paisajes marinos o terrestres captados a través de detalles que resaltan la belleza fugaz de los instantes, la vida misma y el arte, al unísono con Gea, la Pachamama, la tierra que somos y a la que regresamos.
Obras de Mento Muñoz.
Una llamada de atención hacia el Planeta. Una Ética del Arte. Un Amor a la Naturaleza. Pues a cuidarla en la medida que podamos y hasta la siguiente edición de Valdelarte.