Aunque nacida en el País Vasco su formación en el campo audiovisual la desarrolla en la conocida ECAM, Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid. Con este primer largometraje y los premios conseguidos en el último Festival de Málaga, Biznaga de Oro y Premio del Público de dicho certamen, se une a la larga lista de directores afamados de dicha escuela, Paco Plaza, Rodrigo Sorogoyen o Miguel Ángel Vivas.
Amaia, papel que interpreta Laia Costa, tiene treinta y cinco años y acaba de ser madre. Su pareja se llama Javi y tiene como profesión la de diseñador de sonido para teatro. Ambos acaban de ser madre y padre. Cada cual se toma esta responsabilidad de forma diferente. Ella la vive con estrés, la llegada del bebé la desborda, no sabe cómo enfrentarse a la maternidad y experimenta una nueva realidad que la supera. El responde al prototipo de padre ausente, más preocupado en evadir sus responsabilidades que en afrontarlas, por eso ante la disyuntiva de ayudar a cuidar a la bebé o irse a trabajar, elige la segunda. Educado y por lo tanto, intoxicado con y por sobredosis de machismo, es el tipo de padre varón que rehúye o no sabe de sus obligaciones.
Ante este panorama ella decide refugiarse en casa de su padre y de su madre que viven en un pequeño pueblo del País Vasco. Allí, ya nada será como cuando era una niña. Su padre y su madre han envejecido, ahora son otras personas. Ella, obligada por las circunstancias, se convertirá en el faro de la familia, en la guía y sobre todo en la cuidadora.
En manos de la realizadora, el nacimiento de la niña se convierte en un sufrimiento y lo que debería ser motivo de alegría y gozo se convierte en un dramón. En la primera parte de la película se nos hace muy difícil empatizar con ninguno de los cuatro protagonistas. A pesar del esfuerzo de Laia Costa, no convence su desborde, ni el comportamiento del evasivo padre, tampoco la impertinencia, ni la agresividad de la abuela, y mucho menos el del pamplinas del abuelo. Lo entendemos como cosas del guión. Tanto querer ensanchar la situación que la hace cíclica. Y el exceso llega a provocar fatiga.
Habrá que esperar a la estancia en el País Vasco para que las cuerdas vayan perdiendo tensión. Y será allí donde la película encuentre su sitio. Por fin la directora se suaviza y va desgranando con sutileza y elegancia lo que significa ser madre. Aparecen la ternura y la comprensión y una explosión de sentimientos. Allí nos irá desvelando las marcas de ellas, valor, fortaleza, determinación y serenidad, todas ellas significadas por el ciclo de la vida, y evidenciando lo que ya sabíamos de ellos, falta de compromiso, ausencia y pérdida.
Cinco lobitos ***
España 2022 104 min.
Dirección Alanda Ruíz de Azúa Intérpretes Laia Costa, Susi Sánchez, Ramón Barea, Mikel Bustamante, José Ramón Soroiz.
Drama