Recuerdo cuando a principios de los noventa mi amiga Joana Raja, toda una especialista en musicales, aseguraba que allí en Barcelona existía tal aprecio y admiración por Stephen Sondheim que prácticamente todas sus obras se habían representado convenientemente adaptadas al catalán. Una de las más emblemáticas, Sweeney Todd, cumple este año un cuarto de siglo desde su estreno dirigido por Mario Gas y protagonizado por Vicky Peña y Constantino Romero, que dos años después pudo verse en el Teatro Albéniz de Madrid, coincidiendo con la eclosión de los musicales en la capital. Y en 2012 el tándem Gas y Peña volvió a aterrizar en Madrid, esta vez en el Teatro Español, con Follies, un musical que rescataba el esplendor de Ziegfeld en clave otoñal y como pretexto para analizar las dudas existenciales y sentimentales de sus protagonistas. Sondheim cumplió el pasado 22 de marzo noventa años y Broadway quiso celebrarlo anoche, como ya hizo en el Avery Fisher Hall de Nueva York hace diez años a propósito de su ochenta cumpleaños, esta vez haciendo coincidir la fecha con la del estreno hace cincuenta años de Company, el musical que dio carta de naturaleza a su particular forma de entender el género, y con el que revolucionó la escena neoyorquina y londinense. Barcelona, que además es el título de una de las canciones de este emblemático musical, se les ha adelantado y pudo estrenar el pasado mes de diciembre el cabaret Something’s Coming, con Joan Vázquez poniendo voz y música a las canciones de Sondheim en El Maldá de la capital catalana.

Sondheim se curtió en el musical a partir de su descubrimiento con solo diez años de Very Warm for May, un musical de Jerome Kern y Oscar Hammerstein II, los autores que en los veinte subieron a escena uno de los más grandes clásicos del género, Showboat, considerado junto a Porgy and Bess de Gershwin, la cumbre del teatro musical de Estados Unidos. Esto y su amistad con el hijo de Hammerstein, Jimmy, le llevó a relacionarse con este tótem de los letristas de Broadway, que le enseñó todo lo que necesitaba saber sobre el tema, motivó que escribiera un musical sobre Mary Poppins que nunca se entrenó por problemas de derechos de autor, y propició que conociera a Harold Prince, nombre fundamental en su carrera profesional, en el estreno de South Pacific, con música de Richard Rodgers y letra de Hammerstein, pareja artística en títulos imprescindibles como The Sound of Music, The King and I, Oklahoma! o Caroussel. Sus primeros cometidos fueron solo como letrista. Leonard Bernstein quedó impresionado por su primer musical, inédito hasta 1997, Saturday Night, al que tuvo acceso personal, y le confió la letra de West Side Story. Después vendría la de Gipsy, otro gran éxito con música de Jule Styne (Funny Girl) y aún en 1965 escribió para Richard Rodgers la de Do I Hear a Waltz?, un encargo que le llegó como consecuencia de la muerte de Hammerstein. Pero antes, en 1962, cosechó su primer gran éxito en solitario con A Funny Thing Happened on the Way to the Forum, cuya adaptación cinematográfica se conoce en España como Golfus de Roma, del que su número Comedy Tonight se ha convertido en un clásico de todos los tiempos. Anyone Can Whistle, su siguiente trabajo en solitario, fue un fracaso, hoy reconvertido en musical de culto.

Cincuenta años de Company

El reconocimiento definitivo lo obtuvo de la mano de Company, un musical revolucionario y conceptual en el que el habitual argumento, concebido para que el público se evada de sus problemas, es sustituido por una serie de reflexiones para que el público afronte sus problemas. En este título experimenta además con complejas polifonías e intrincadas melodías así como un particular uso del coro, mezclando protagonistas y secundarios a modo de coro griego. A través de varios cumpleaños del protagonista se plantea la vida en pareja, la amistad y el matrimonio, todo un camino de aprendizaje para aceptarse a él mismo y llegar a sentirse vivo (Being Alive, un emocionante himno significativamente recuperado por Adam Driver en la película Historia de un matrimonio), acompañado por alguien especial o solo y en compañía de uno mismo. Bobby es el protagonista que celebra su cumpleaños con cinco parejas de amistades y tres candidatas a novia e interactúa con cada una de ellos, generalmente en escenas a tres (Threes fue el primer título escogido), según una idea del libretista George Furth concebida como obra de teatro para Kim Stanley, y que pretendía dirigir Anthony Perkins, muy amigo de Sondheim desde que protagonizara su trabajo para televisiónPrimrose Evening. Le pidió opinión a Sondheim, que a su vez se la pidió a Harold Prince, quien decidió convertirlo en musical sobra matrimonios neoyorquinos sometidos a examen del protagonista. En los noventa Sondheim y Furth adaptaron la obra, y en 2018 se estrenó en Londres la versión con protagonista femenina, cuyo estreno en Broadway ha quedado aplazado a causa del coronavirus, el mismo que ha obligado que esta vez su homenaje no sea en el Avery Fisher Hall ni en el Carnegie Hall, como en anteriores ocasiones, sino en streaming.

Dean Jones y Elaine Stritch estrenaron el montaje original en el Alvin Theatre el 26 de abril de 1970, tras debutar en Boston. Larry Kert sustituyó a Jones cuando éste se retiró por considerarla demasiado nihilista. George Chakiris, el inolvidable Bernardo de la versión cinematográfica de West Side Story, interpretó a Bobby en la primera gira por todo el país, mientras Raúl Esparza, maestro de ceremonias del homenaje de anoche en Broadway.com, se encargó de hacerlo en el reestreno de 2006. Patti LuPone se ha adueñado del papel de Joanne, la cínica y rica amiga de Bobby casada en tres ocasiones que interpreta el icónico The Ladies Who Luch, desde que lo interpretara en la sensacional versión de semiconcierto que dirigió Paul Gemignani, habitual director musical de Sondheim incluso en sus adaptaciones al cine (Sweeney Todd, Into the Woods) junto a la New York Philharmonic que se puede rescatar en youtube y que recomendamos sin ningún tipo de reserva. Ahí debutaron también en sus respectivos roles gente como Martha Plimpton, a quien recordamos por Los Goonies y Beautiful Girls, Anika Nani Rose (Tiana y el sapo, Dreamgirls), Christina Hendricks o Jon Cryer, y sobre todo Neil Patrick Harris, flamante presentador de los Oscar en 2015, que da vida a Bobby y desde entonces se ha convertido en otro incondicional del universo Sondheim.

Una carrera llena de reconocimientos

Tras estrenar con éxito Follies en 1971, Sondheim adaptó al musical la película de Ingmar Bergman Sonrisas de una noche de verano. El resultado fue A Little Night Music y una de las más hermosas y versionadas canciones extraídas de un musical, Send in the Clowns, que han hecho famosa gente como Barbra Streisand o Frank Sinatra, cuya versión suena de forma muy significativa en Joker. Su adaptación al cine en 1977 de la mano del mismo Harold Prince estuvo protagonizada por Elizabeth Taylor y se estrenó en España bajo el título Dulce Viena. Pacific Overtures seguía el esquema del teatro Kabuki japonés incluso en sus planteamientos musicales. En 1979 estrenó Sweeney Todd, uno de los pocos musicales que se han representado en escenarios operísticos de todo el mundo, siguiendo un libreto negrísimo y macabro de Hugh Wheeler según un clásico victoriano, que supuso la inmortalización de Angela Lansbury en Broadway y lanzó melodías estremecedoras como Joanna o Pretty Ladies. Tim Burton fue seguramente la elección más acertada para llevarla al cine en 2007, con Johnny Depp, Helena Bonham Carter y Alan Rickman como protagonistas.

Después vendría su musical más convencional, Merrily We Roll Along en 1981, Sunday in the Park with George, según el universo puntillista de Seurat, en 1984, que le valió el Pulitzer en el apartado de drama, e Into the Woods, otra de sus piedras angulares, en 1987 y también llevada al cine, por Rob Marshall, en una lujosa adaptación de 2014 que recrea los mundos de fantasía en los que se desenvuelven los cuentos de Rapunzel, La cenicienta, Jack y las habichuelas mágicas o Caperucita que se mezclan en su ingeniosa trama. Con todos estos títulos cosechó numerosos Tonys, pero ninguno con la celeridad con la que logró el correspondiente a Passion, un musical de 1994 basado en la película de Ettore Scola Passione d’amore. Antes había estrenado Assassins, un controvertido musical en el que de nuevo pone en tela de juicio los valores morales de la sociedad burguesa en la que vivimos. Mientras tanto ha coqueteado también con el cine, componiendo el tema principal, Goodbye for Now, de la película Rojos para Warren Beatty, la canción I Never Do Anyhting Twice de Elemental, Dr. Freud, o las canciones que Madonna entona en Dick Tracy, por una de las cuales, Sooner or Later, consiguió el Oscar en 1990.

Sácame al Mundo

Take Me Out to the World es el título con el que de manera muy significativa se ha bautizado este particular e insólito homenaje a Stephen Sondheim, teniendo en cuenta la situación de responsable y sensato confinamiento en el que se encuentran todos los y las artistas participantes. El título está sacado de una de las cuatro canciones del compositor que aparecen en el telefilm de 1966 Primrose Evening. Antonio Banderas grabó una versión de esta canción junto a Barbra Streisand, que ella incluyó en su álbum Encore Movie Partners Sing Broadway. La emisión tuvo lugar anoche, más de una hora después de la hora prevista, las 2 de la madrugada, hora local en España, debido a problemas técnicos que obligaron finalmente a prescindir de la mayoría de las intervenciones del presentador Raúl Esparza, único participante en directo frente al resto que colaboraron con videos editados, eso sí en casa y con el solo acompañamiento, salvo alguna excepción, del piano de Mary-Mitchell Campbell. La labor de ensamblaje y coordinación corrió a cargo del especialista en Broadway Paul Wontorek. Stephen Schwartz, autor de Gospell o El príncipe de Egipto, se encargó del prólogo, seguido de una obertura a cargo de toda una big band convenientemente coordinada cada uno y una desde su casa.

Como el proyecto está destinado a promover una asociación que acerca el arte a los niños como terapia contra el empobrecimiento, Artists: Striving to End Poverty, fueron varios los que siguiendo el canon norteamericano ligeramente repelente, aparecieron en pantalla. Mientras tanto Neil Patrick Harris entonó The Witch’s Rap de Into the Woods, Judy Kuhn What Can You Loose? de Dick Tracy, Randy Rainbow un divertido, orquesta y efectos incluidos, By the Sea de Sweeney Todd, Mandy Patinkin cantó a capella y en exterior Lesson #8 de Sunday in the Park with George, Steven Spielberg agradeció la colaboración de Sondheim en su nueva versión de West Side Story, Lin-Mnauel Miranda se atrevió con Giants in the Sky de Into the Woods, Lea Salonga con Loving You de Passion, Josh Groban con un medley entre Children Will Listen de Into the Woods y Not While I’m Around de Sweeney Todd, Nathan Lane definió a Sondheim como el gran genio no suficientemente reconocido del teatro americano, Esparza entonó la canción titular de la velada, Donna Murphy Send in the Clowns, a las dos horas exactas Christine Baranski, Meryl Streep y Audra MacDonald se unieron en The Ladies Who Lunch de Company, mientras Jake Gyllenhaal y Annaleigh Ashford lo hicieron en Move On de Sunday in the Park with George, y para terminar Patti LuPone cantó Anyone Can Whistle y Bernadette Peters No One Is Alone de Into the Woods, una sentencia muy apropiada para estos días de confinamiento que refrendó una legión de aficionados debidamente sincronizados con I’m Still Here de Follies, después de que Raúl Esparza asegurara que todo cambia y todo continúa pero Broadway sigue ahí.

Juan José Roldán