Compañía Sevillana de Zarzuela, ¡enhorabuena! (****)

Asumimos la falta de atención que hemos depositado en esta compañía sevillana desde que diera a luz hace catorce años y entonamos el mea culpa por no haber decidido hasta ahora cubrir uno de los numerosos espectáculos que han puesto en escena durante este tiempo, tres solo esta temporada, cuatro la próxima, cuando celebren sus quince años de andadura. Su presidente y creador, Javier Sánchez-Rivas, personaliza el entusiasmo y la ilusión con que toda la compañía, voces, intérpretes, orquesta, utilería y administración, abordan cada nueva aventura, demostrando los buenos resultados que puede reportar el trabajo en equipo hecho con tanto cariño y dedicación. Lamentamos por lo tanto no haber sido testigos de la evolución de un conjunto que ha merecido recientemente la Medalla de la Ciudad de Sevilla de manos de un ayuntamiento que ha estado siempre atento y comprometido con la cultura, y que ahora lamentablemente ha sido injusta e ingratamente desplazado por la ciudadanía.

Esta evolución apuntada converge ahora en un acontecimiento vivo, alegre y desenfadado, para el que una vez más han echado mano de los decorados y el vestuario adquiridos del legado del mítico José Tamayo, granadino responsable de la recuperación y el mantenimiento de la zarzuela durante tantas décadas pasadas. El suyo es un ejemplo evidente de lo mucho que se puede conseguir con un presupuesto muy ajustado pero con mucho trabajo y esfuerzo. Los telones convenientemente restaurados, el colorista vestuario, los diversos elementos decorativos y el telón aterciopelado y habitualmente escondido del Turina, convirtieron esta sala de conciertos en todo un teatro decimonónico, casi recuperando el aspecto que lucía cuando era el Teatro Álvarez Quintero en una calle que paradójicamente sufrió en su día el mismo ensanche que protagoniza esta divertida revista satírica de Federico Chueca que atesora célebres y muy inspiradas melodías de forma continuada a lo largo de su atrevidamente conceptual argumento.

Así, el coro femenino entonó en perfecto estilo y con toda la frescura que destila la polca de introducción que Elena Martínez Delgado dirigió con mucho desenfado y muy buena sintonía, a lo que la orquesta respondió con idéntico nivel de exigencia. El barítono Alejandro Rull, responsable también de poner al día los punzantes diálogos que arremeten con respeto y elegancia contra la clase política, entonó el Vals del Caballero de Gracia con voz nítida y rotunda, gusto en el fraseo y generosa proyección, haciendo gala además de un precioso timbre. Las sopranos Marta García Morales, admirable también por su acertada dirección escénica, y Aurora Galán cantaron, cada una en su estilo y con timbre más agudo en la primera, más grueso en la segunda, el Tango de Menegilda y Doña Virtudes, siempre con la gracia y la frescura que la pieza demanda. Y Amando Martín, Juan Antonio Ortiz y Manuel Ceballos hicieron las delicias del público con su divertida recreación de la Jota de los Ratas, que tanto sorprendió a Nitzsche cuando la vio en Turín solo dos años después de su estreno en Madrid. Y todo esto con el logro mayúsculo de sin cambiar nada del concepto original, echando imaginación para disimular la escasez de presupuesto y recursos, y recreando el espíritu de la comedia tal como estaba concebida en su época, sin vanos artificios ni pretensiones de genialidad, resultar fresco y muy divertido, nada estridente y desde luego nada rancio. Aconsejamos a la compañía que publique una web que sirva de referencia, agenda e historial de todos los logros acuñados en este tiempo.

No podemos terminar sin destacar el buen trabajo de Rull, Sánchez-Rivas y la actriz Lorena Ávila como trío que recorre los barrios de Madrid con idéntica gracia y distinción como el resto del elenco aborda cada uno de sus cometidos, haciéndonos pasar a un público entusiasmado una tarde estupenda, que se repetirá hoy y mañana sábado. Una fiesta que se coronó con el pasodoble Por la calle de Alcalá de Las Leandras, con Francisco Guerrero Díaz tomando las riendas de la orquesta, el coro y el público, uniéndose así a la otra fiesta que se respiraba fuera en una ciudad invadida de celebraciones, desde el regreso de los gladiadores de la Eurocopa al de las carretas del Rocío, con una Hermandad de la Macarena pasando justo por delante del Turina, de la parecía haberse apeado Marta García, engalanada para la ocasión y luciendo gracia andaluza sin desmanes ni descontrol. Nos unimos a la ilusión y la celebración de toda una compañía que con su ejemplo y dedicación merece larga y próspera vida.

COMPAÑÍA SEVILLANA DE ZARZUELA ****
La Gran Vía, revista cómico-lírica-fantástico-callejera. Música de Federico Chueca y Joaquín Valverde, adaptada por Elena Martín Delgado. Texto de Felipe Pérez González, adaptado por Alejandro Rull. Elena Martínez Delgado, dirección musical. Marta García Morales, dirección escénica. Con Lorena Ávila, Javier Sánchez-Rivas, Alejandro Rull, Marta García Morales, Aurora Galán, Amando Martín, Juan Antonio Ortiz, Manuel Ceballos y resto de la Compañía Sevillana de Zarzuela (Javier Sánchez-Rivas García, presidente ejecutivo). Espacio Turina, jueves 1 de junio de 2023