Teatro

Cristina Medina, la Lola Flores del teatro andaluz

Cristina Medina cierra el MITIN viajando a la luna con esta hilarante propuesta que ningún amante de la comedia se debería perder (***)

04 nov 2019 / 09:20 h - Actualizado: 04 nov 2019 / 09:22 h.
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  • Cristina Medina, la Lola Flores del teatro andaluz

De todos es conocido esa anécdota que cuenta que de Lola Flores se decía aquello de “no canta ni baila, pero no te la pierdas”. Es justo lo que se podría aplicar a Cristina Medina, una cómica desbordante de energía que consigue la complicidad del público desde el momento en que aparece en escena.

Pudimos comprobarlo con esta última propuesta, con la que se cerró la XXII Muestra Internacional de Teatro de Investigación, organizada por la sala de teatro sevillana TNT. Como su nombre indica, se trata de un festival que prima el teatro experimental. Tal vez por eso Cristina se ha llevado a su personaje a la luna y se ha decantado por una dramaturgia que mezcla la historia de ficción con una suerte de conferencia que se sucede sin ningún nexo de unión aparente. Así, junto al personaje de Lonli, la mujer desempleada que se va a la Luna porque básicamente es el único trabajo que le han ofrecido, Cristina interpreta también a una científica que se presenta al público con la intención de dar una conferencia sobre los mecanismos cerebrales que permiten que, en esta sociedad, las personas no dividamos en seres manipuladores y seres manipulados, a los que ella llama “manipuladitos”.

Se trata de un argumento sencillo teñido de absurdo. El objetivo no es más que el de hacernos reír de lo lindo, y de paso remover un poco nuestras conciencias despertando la reflexión sobre cómo en más de una ocasión nos preocupamos por problemas que no sólo no existen, sino que han sido creados por la sociedad de consumo, como por ejemplo los anuncios de “alarmas” que se basan en crearnos el miedo de un ataque a nuestra vivienda bastante improbable. Desde luego, no puede decirse que se trate de una denuncia original, de hecho la conferencia no es más que lo que Hitchcock denominaría como un MacGuffin, un elemento que hace que avance la trama pero que no tiene mayor relevancia en ella. En 'Lunátika' la conferencia no es más que la excusa que Cristina necesita para entablar una interacción directa con el público y dar rienda suelta a la payasa que lleva dentro. Una cómica con una energía envidiable que conecta fácilmente con el público con su humor, popular y por momentos chabacano, pero plenamente eficaz, a tenor de la facilidad con que sorprende al espectador y desbarata sus mecanismos de defensas desde el principio, cuando aparece como Lonly en una especie de base espacial luchando contra la gravedad. A partir de ahí Cristina cuenta con la complicidad del público y eso le permite saltar de un personaje a otro, referirse a Chomsky y acto seguido insultar al público o llevar a cabo un singular homenaje a Bambino cantando su particular versión de “La Pared” y “Payaso”.

De esa manera, aunque la puesta en escena es bastante sencilla, la dramaturgia no acaba de casar la historia de los dos personajes y al final no queda claro lo que de verdad quiere denunciar, Cristina Medina consigue instalar la carcajada en el patio de butacas y mantener en todo momento el ritmo del espectáculo arriba, gracias a un auténtico dominio del escenario y una soberbia interpretación, con derroche de vis cómica, que ningún amante de la comedia se debería perder.

La ficha

Obra: Lunátika
Lugar: TNT/ Mitin, 2 de noviembre
Creación, dramaturgia, guión e interpretación: Cristina Medina
Dirección: Remedios Crespo
Calificación: Tres estrellas