- Dani de Morón. / Foto: José Ángel Vidal
Virtuosismo técnico y libertad creativa, dos cualidades que definen la música de Dani de Morón y Agustín Diassera y que ambos derrocharon ayer en el Teatro Central, dentro del marco del ciclo Andalucía-flamenco.
Dani de Morón salió a escena visiblemente emocionado, como más tarde él mismo reconocería, y se entregó junto a Agustín Diassera a un primer bloque de temas que se escapan de los cánones establecidos por la guitarra flamenca clásica, aunque no por ello deja de sonar a flamenco. Y es que, a lo largo de su trayectoria Dani de Morón ha ido incorporando a sus composiciones acordes y armonías de otros géneros, como el jazz o la música clásica, hasta encontrar un estilo que, sin salirse del flamenco, tiene una voz propia. Ayer dio buena cuenta de ello en el Teatro Central junto a Agustin Diassera, un compañero de lujo con quien Dani se tira a la piscina de crear sin filtros y dar rienda suelta a su inquietud artística, que desde luego no es poca, teniendo en cuenta la complejidad de sus composiciones, donde las notas se multiplican hasta formar una música abigarrada y apasionada, aunque por momentos puede resultar un tanto fría dada su exigencia técnica y el corte secuencial con el que comienza algunos temas. Pero enseguida se entrega a un ritmo desenfrenado que la vuelve cálida, impactante y envolvente.
A lo largo del concierto Dani de Morón nos deleitó con esa forma propia de abordar los diferentes palos del flamenco, que en su sonanta suenan diferentes. Para ello eligió ocho temas impactantes y únicos de los cuales solo dos, la seguiriya y la farruca, tocó solo. El resto los tocó junto a Agustín Diassera con quien alcanzó un elevado grado de complicidad, gracias a la delicadeza y la precisión del percusionista, que más que acompañar, completó los acordes y las armonías de las diferentes piezas musicales que recorrieron los tangos, las bulerías y la solea, un palo que, preñado de solemnidad, nos hizo temblar de emoción, cumpliendo así con el deseo que Dani dedicó en un momento del recital al respetable: “Que si tenéis que llorar sea de alegría y si tembláis sea de emoción y no de miedo”. Que así sea.
Obra: Dani de Morón-Dúo
Lugar: Teatro Central 23 de septiembre
Iluminación: Pedro Yagüe
Guitarra: Dani de Morón
Percusión: Agustín Diassera
Calificación: 4 estrellas