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Diego Montalbán: mosaísta, pintor y...¡chipionero!

El destacado autor expondrá el mes próximo en la Peña “El Chusco”, para lo que avanzamos algo de sus creaciones

15 nov 2021 / 08:57 h - Actualizado: 15 nov 2021 / 09:06 h.
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  • Lienzo de Diego Montalbán. Foto: T.L.
    Lienzo de Diego Montalbán. Foto: T.L.

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No descubro nada nuevo si digo que nadie escoge el lugar de nacimiento, ni siquiera a los progenitores que nos van a dar la vida. Tampoco muchas veces la profesión, ni el lugar de residencia, etc. Pero esto no siempre es así, pues algunas personas como Diego Montalbán de ninguna manera podía haber nacido en otro sitio, ni identificarse mejor con su pueblo como lo hizo con él desde mucho antes que empezara a pintar, a decorar las calles, fachadas, esquinas, portadas, jambas, dinteles, rótulos de cualquier espacio exterior o interior donde poder incrustar las minuciosas piezas que forman sus creaciones. Unos puzzles gigantes, de mediano o pequeño formato que une con paciencia “franciscana” a cualquier superficie.

Sus “retablos” están formados a veces por centenares de pequeñas teselas, que primero dibuja y después corta como los antiguos egipcios o mesopotámicos, con alicates sobre el barro ya cocido y policromado.

A veces, estas piezas que ordena y clasifica por colores, formas o tamaños,...incluso las encarga a ceramistas profesionales que aplican sucesivas capas de color sobre ellas y vidrian las veces que sean necesarias sus superficies.

Diego Montalbán: mosaísta, pintor y...¡chipionero!
Bodegón de Diego Montalbán. Foto: T.L.

Se lo pone difícil DIEGO MONTALBÁN a los puristas ceramófilos y a todos los que nos preguntamos sobre el concepto de las artes, la inclasificación de algunas, la autoría, etc. pues hasta cierto punto él -al trabajar con cerámicas y no con cristales o piedras duras como suele hacerse en los opus sectille o tesellatum- es también un ceramista (aparte de escultor y pintor, decorador urbano,...) a su manera. También, porque son sus diseños los que después él mismo llevará a su realización.

Consideramos en el titular de este texto para EL CORREO DE ANDALUCÍA WEB –y por eso lo titulamos así- como mosaísta: el hacedor de mosaicos, pues gran parte de su producción se ha centrado en esta difícil, remota y paciente técnica que tanto él mismo ha contribuido a renovar y a difundir.

Diego Montalbán: mosaísta, pintor y...¡chipionero!
“La flor del Jarro”, óleo de Diego Montalbán con marco de mosaicos hechos por él. Foto: T.L.

Los lenguajes de la creación contemporánea, han inundado sus lienzos con versiones personalísimas del constructivismo, el cubismo, los diferentes realismos, la figuración y la abstracción. También los mosaicos que no se atienen a ningún movimiento o Escuela concreta y de serlo sería La Chipionera, ya que este modo de hacer se ha ido expandiendo allá a donde haya viajado alguien que los vió, que se lo encargó a él, o que con mayor o menor acierto encargó a otros locales, aunque la distancia con los del maestro pueda ser enorme y con esto de los mosaicos pasa como con el Moscatel, que no será igual el que se saborea en su lugar de origen, que a kilómetros de distancia.

Diego Montalbán: mosaísta, pintor y...¡chipionero!
Mosaico de Diego Montalbán. Foto: Manuel Quiles

A él se le debe pues la renovación formal de esta técnica milenaria que participa del dibujo, la cerámica, el relieve, la escultura exenta y la instalación incluso.

Diego Montalbán: mosaísta, pintor y...¡chipionero!
“Homenaje a Isadora Duncan” y “Relieve de una hoja”, de Diego Montalbán. Foto: T.L.

Y además, la evolución de un estilo personalísimo al que se han venido uniendo desde que empezó a unir fragmentos de estrellas con una impronta natural, fresca y espontánea y hasta algo naïf con la que él los plantea, traza y emplaza en los lugares más inverosímiles.

Porque a DIEGO MONTALBÁN lo que le interesa es la composición, aunque sea a costa de romper la perspectiva, descomponer la figura, objeto, edificio, flor, etc. dentro del conjunto armónico que crea, para que ninguna destaque sobre las otras.

Diego Montalbán –con “b”, como Motalbano, el célebre detective siciliano – con quien tantas concomitancias tiene por su incansable afición investigadora y además en ámbitos tan dispares como la Música clásica, el Jazz o el Flamenco, la Literatura, la Arqueología, la Historia del Arte y el largo etcétera de todo lo que se le ocurre para que Chipiona, sus personajes, tradiciones, monumentos, ...se recuerden en la misma medida que se le recordará a él por todas las cosas que ha hecho y sigue con fuerza telúrica haciendo.

Porque además DIEGO MONTALVÁN ha formado también con su mujer, Concha, una familia preciosa de seis hijos y ocho nietos a los que les dedica buena parte de su energía.

He conocido a pocas personas como él, capaces de estar siempre pensando, imaginando, intentando embellecer las esquinas, plazas y rincones de “nuestro” pueblo, con flores y jardines, otra de sus grandes pasiones junto a las anteriores, que compatibiliza con ellas, como el que ama cualquier cosa que la Naturaleza nos regala, para que a su vez la regalemos –y él en especial- que derrocha a raudales.

Diego Montalbán: mosaísta, pintor y...¡chipionero!
Otra muestra de la versatilidad de sus mosaicos integrando también pintura. Foto: T.L.

He tenido la suerte de que me invitara a conocer su mundo, que me hiciera partícipe de esa parte que suele ser secreta en la vida de los artistas, pero que Diego Montalbán comparte con una generosidad extraordinaria, de la misma manera y con la misma alegría que con todos los que le conocen.

El tiempo que viví esta experiencia inolvidable, me habló de sus maestros, de cómo le influyó Manuel Aparcero, el padre de “nuestro” actual alcalde, quien supo ver la habilidad que tenía para las artes; o Sebastián Santos Calero en la Escuela de Artes de Jerez de la Frontera; o los grandes pintores chipioneros como Antonio Contioso, Alejandro Montalbán, Millán, Juan Antonio Sardi, Antonio Cordero, o el tristemente desaparecido recientemente Julio Ceballos, muchos de sus compañeros de su generación e incluso su familia ascendente, quienes le impulsaron a esa libertad que sólo puede dar la creación en cualquiera de las formas en que se manifieste.

También, los pintores que desde su infancia observaba captando las espectaculares vistas del mar y del cielo de Chipiona, y después –o antes, o simultáneamente- los que conocía a través de los libros: Goya, Velázquez, Picasso, Sánchez Perrier, García Ramos, Gonzalo Bilbao, Jiménez Aranda y tantos otros que se acercaron para captar esta parte de una costa tan ancestral como Chipiona, o cualquiera donde la luz y el aire se conviertan en arte.