Diez discos que descubrir que ya están entre lo mejor de 2020

22 mar 2020 / 09:45 h - Actualizado: 22 mar 2020 / 09:49 h.
"Flamenco","Conciertos","Twitter"
  • Diez discos que descubrir que ya están entre lo mejor de 2020

"Me encanta que los músicos hagan conciertos por las redes, pero animo a escuchar discos". Con estas palabras, Iván Ferreiro daba esta semana en Twitter un frenazo a la repentina tendencia a los "shows" por internet para reivindicar también la importancia de los discos "hechos con mucho esfuerzo".

Siguiendo su recomendación y ante las horas de encierro que aún quedan por delante, esta es una lista de diez discos (algunos de los cuales quizás pasaron desapercibidos) que en estos apenas 80 días de 2020 han concitado ya la opinión más o menos unánime de la crítica de estar entre lo mejor del año.

"The Slow Rush", de Tame Impala.

Lo último del australiano Kevin Parker es vistoso desde la portada, un trabajo que a punto estuvo de ser pasto de las llamas del último incendio en California pero que, rescatado "in extremis" por su autor, se presenta al público como virtuoso acercamiento pop, rock y dance a su amado disco-funk blanco.

■ "YHLQMDLG", de Bad Bunny.

Acrónimo de "Yo Hago Lo Que Me Da La Gana", el puertorriqueño publicó el disco en sábado y no en viernes junto al resto de novedades. Aún sí, rompió "récords" mundiales con sus contagiosos ¡20! cortes para llevar el "urbano latino" a un lugar de prestigio con sus fusiones y su respeto por la mujer y el público LGTB.

"After Hours", de The Weeknd.

El canadiense Abel Tesfaye hace gala en su retorno al mercado de una espiritualidad más oscura y melancólica, con un puntito de Annie Lennox, en un disco de r&b que se viste de arreglos ochenteros y arreglos electrónicos que hacen de este un trabajo evocador que se irradia como una onda en el agua.

■ "Suddenly", de Caribou.

El retorno tras cinco años de ausencia a ese alter ego electrónico de Dan Snaith es un trabajo fundamentado sobre la fragilidad, tan personal que recoge una viejísima grabación de su madre cantándole una nana infantil. Es solo uno de los muchos recursos de un disco impredecible en sus giros, pero sujeto por grandes melodías.

■ "Heavy Light", de U.S. Girls.

Aplaudida ya con el previo "In a Poem Unlimited" (2018), la compositora Meg Remy convierte su memoria emocional en fuente de inspiración para llevar más allá aquella experimentación con el glam rock o el disco-funk a una paleta quizás más sobria, menos electrizante, pero no menos divertida ni espiritual.

"Manic", de Halsey.

Aspirante a diva pop de largo recorrido pero difícilmente encuadrable en la masa por su gusto por el rock, el hip hop y sus guiños a Alanis Morissette y Shania Twain como bases en un disco franco, en el que se muestra estoica frente al desengaño y en el que desde el título parece dispuesta a sacar algo bueno de su trastorno bipolar.

"Circles", de Mac Miller.

Dos estilos se engarzan como en un círculo en el disco póstumo de este artista de hip hop, cuyo fallecimiento accidental por sobredosis trascendió globalmente por su relación con Ariana Grande, pero brilla especialmente cuando afronta los tramos más honestos y frágiles, como en el corte que lo abre y que le da título.

■ "Sanación", de María José Llergo.

Comparada con Silvia Pérez-Cruz y Rosalía por su manera de aproximarse al flamenco y por su voz hipnótica, la granadina entrega un debut balsámico, como indica su título, en el que destacan joyas como "Nana del Mediterráneo".

■ "Origen", de Fuel Fandango.

El rompedor dúo formado por el influjo coplero y flamenco de Nita Manjón y el poso negro y electrónico de Ale Acosta sigue cogiendo cuerpo en un trabajo que pone un oído en África y le provee de un marcado carácter percusivo sin perder por ello sensibilidad, especialmente en las letras. Como ellos cantan, "que empiece la parranda".

■ "Triángulo de Amor Bizarro", de Triángulo de Amor Bizarro.

El quinto LP revuelve su proceso de composición en pos de un catálogo de emociones puras que hacen de él un disco enfocado y variado, entre el vómito de "Ruptura", la elegancia espacial de "Fukushima", el romanticismo medieval con "punch" actual de "Folía de las apariciones" y el guiño al pop de guitarras de The Cure en "Vigilantes del espejo".