Dionisio González: «La metafotografía del ultrafotógrafo eutópico»
El COAS exhibe una impresionante exposición del fotógrafo internacional Dionisio González
Teresa Lafita Gordillo
Para quienes no conozcan la obra de Dionisio González, se sorprenderán viendo una serie de fotografías de edificios impresos en grandes formatos, captados con una nitidez que sorprenden por la magnificencia del asunto, su gran conocimiento de este arte y como vamos a ver de mucho más. Sobre todo del difícil de mirar que es el que le va a dar las pautas para saber dónde se tiene que enfocar y registrar las imágenes.
Para quienes le conozcan, no serán menos las sorpresas de esta muestra con la que el COAS (Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla, Pza. Cristo de Burgos, 35), inicia su XXI Semana de la Arquitectura, ese arte paralelo aquí, que se traza en dos dimensiones para que se realice en las tres del espacio.
Dionisio González
Pero tanto una como la otra se basan en la cuarta que es el tiempo. No sólo el que se tarda en hacer las fotos o construir los edificios, sino en transitarl@s, abarcarl@s con esa mirada atenta y con los pasos que damos dentro de las construcciones reales, también en este caso, los que damos alrededor de sus representaciones, sean estas de características pictóricas, escultóricas (maquetas o construcciones), vídeos hologramáticos, proyecciones fotográficas como las expuestas, que van a jugar con la realidad y la ficción, con la óptica y la percepción no sólo sensorial, sino mental, intelectual. También con la imaginación y lo imaginario.
La function oblique. Dionisio González
Entonces, para él, la fotografía es un arte que puede funcionar a partir de obras realizadas –en este caso edificios- y de otras no necesariamente hechas, esto es, ser dependientes o autónomas con respecto a lo que se pretende “retratar”. De ser esto último, supondría que nos encontramos ante una doble ficción: la de la fotografía como “imitación de la realidad” y como “creación” sin tener que considerar lo ya hecho –“imitatio” y “poiesis”- que en este contexto es lo que significan.
Dionisio González
Pero Dionisio González va más lejos. Llega a inventarse la narración completa de cada una de sus fotos y el conjunto de la exposición entera. Para ello ha debido estudiar a fondo las edificaciones “míticas” de arquitectos “emblemáticos” adscritos a las Segundas Vanguardias del XX –no por ello menos importantes que las primeras, sino por cronología y revoluciones técnicas- que hicieron posible la Bauhaus, el Movimiento Moderno, el Futurismo, el Cubismo, el Neoplasticismo, el Constructivismo, el Racionalismo, el Funcionalismo, el Surrealismo, el Expresionismo, el Organicismo, el Op, el Pop y el Minimalismo fundamentalmente. Unos estilos que en la arquitectura real, ficticia, imaginada o sobre el plano de Dionisio González, le van a dar cabida a la óptica, la utopía, la distopía, y como titula esta exposición, a la Eutopía casi imposible.
Dionisio González
Una fotografía que por todo eso se hace meta-arquitectónica o una arquitectura meta-fotográfica, en el sentido que abarca muchos más conceptos que ambas especialidades juntas o por separado. Una arquitectura sublime, difícil de ejecutar por las dificultades de todo tipo que tuvieron que solventar sus autores a partir de mediados de los 40 y comienzos de los 50 y que podían ir desde la carestía de los nuevos -o no tanto- materiales (hormigón armado, acero o grandes vidrios); los nuevos modos de proyectar en ángulos agudos u obtusos, triangulaciones romboidales, el vacío entendido como forma, las superficies oblicuas exteriores, las diferentes escalas y volúmenes interiores, la habitabilidad; la transibilidad, el diseño interior, dentro de una arquitectura que parece estar hecha de afirmaciones basadas en negaciones: el No Lugar, el No Espacio, La No geometría Euclidiana, incluso La No Arquitectura entendida como Mobiliario Urbano o un Urbanismo destinado a ser icónico y ni siquiera como reafirmación ultraísta de la misma, en el sentido de llevarla al máximo de su expresión proyectual y al límite de las posibilidades constructivas.
Dionisio González
Bastantes años de investigación que le llevó a visitar estudios, talleres, archivos, colecciones y Fundaciones donde se conserven vestigios de esos grandes autores europeos, japoneses, americanos e israelitas, que revolucionaron las dinámicas estéticas y funcionales de épocas anteriores (derivaciones del modernismo, nacionalismos excluyentes de hipotéticas identidades, arquitectura decorativa, reminicencias clasicistas,....), y volver con ello la mentalidad contemporánea hacia el reconstructivismo, después de los irracionalismos de las dos Guerras Mundiales, sobre todo de la Segunda, en cuya Posguerra centra su atención las construcciones físicas o ideales de Dionisio González en esta monográfica, dedicada a la exaltación de la arquitectura entendida como la belleza de los ámbitos, la pureza de las superficies, los tratamientos de los materiales y su enclave en los paisajes para las que fueron concebidas.
Dionisio González
Ha debido estudiar -no sólo cine, bellas artes, historia de la arquitectura o arquitectura misma- al punto que él mismo ha llegado a levantar los edificios desde el plano, construir maquetas a escala, representar “fotográficamente” algunas de esas edificaciones No Hechas o destruidas, dotar de corporeidad a las perspectivas que definen los proyectos de los otros.
Casa Losey (con Dirk Bogarde y Julie Christie en primer plano). Dionisio González
Ha debido iniciarse en la complejidad de los sistemas digitales, en las otras virtualidades que son las imágenes fijas y en movimiento, en sus traslaciones de partículas luminosas, incluso en la física cuántica, la fisiología de la visión, las matemáticas de las formas puras, la semiótica y poética que van a confluir en sus mucho más que fotografías. Ser ultraísta es ir más allá de la imagen y de la idea misma de la imagen, sin otra intención que no sea el de crear, hacer de la realidad una ficción y de la ficción, una realidad, arquitecturas que permanecieron en papel y ahora traspasan las fotografías y las pantallas. Obras que conectan con lo que intentaron hacer desde el punto de vista de la sociología, tanto desde el punto de vista de la élite con sus viviendas residenciales, como de las viviendas sociales. Unas obras a las que creo que aún no hemos llegado a pesar de los grandes autores coetáneos, y que permanecerán vivas en esta “Second Life” o “Primera Vida” que en el fondo es la que les ha dado Dionisio González.
Casas Madeleine y Celan. Dionisio González
Una exposición como esta nos va a plantear muchas cuestiones desde la filosofía, la psicología, el arte, la arquitectura, la misma fotografía, porque entonces ¿de quién son estos edificios?, ¿en qué medida existen o son nuevas “Máquinas de Invención” como las proyectadas por Piranesi?
Pero la cuestión no se acaba aquí, sino que si toda la exposición (y tal vez no debería revelarlo), es una “fake”, escalonada en capas que infieren en los “Discursos” del poeta Paul Celan, los arquitectos Walter Gropius, Mies Van der Rohe, Le Corbusier, Marcel Breuer, Alison & Peter Smith, ...,... y a los hologramas en 3D que giran poniendo a prueba nuestra capacidad de entender lo que estamos viendo, porque además, si no tuviéramos en cuenta que las narraciones son textos redactados también por Dionisio, no entenderíamos todas esas derivavaciones que parten de la imagen a-real y por tanto literalizable, de todos y cada uno de los caminos subliminales a través que nos conducen: las casas, las declaraciones de amor por ellas o por estas artes paralelas: arquitectura, cine digital, fotografía y literatura “fantástica” en la que convergen estas obras. La inexistencia como existencia, el reverso de la Lógica, otra vuelta de tuerca al pensamiento y los sentidos.
Madeleine & Celan Hauses. Dionisio González
Me pregunto viendo estas excepcionales fotos, maquetas y hologramas del Dionisio González arquitecto teórico y práctico, sus infografías de luz, collages digitales e invenciones textuales ¿qué hubiera pasado si se hubiesen construido todos estos edificios?, ¿acaso nuestra visión del mundo, de la sociedad globalizada y tecnológica en la que habitamos, hubiese ido por otros caminos más humanitarios? Una sociedad y unos hábitats que se ocupen de lo aúlico y de lo cotidiano, pues nos cuestiona en la complejidad de sus creaciones, no sólo la arquitectura (real, ficticia o imaginaria como dije), sino lo que pudimos ser y lo que somos. Por eso entiendo sus obras no dentro de la “Realidad Aumentada”, ni en la realidad misma si es que existe, y ni siquiera en las múltiples ficciones que reúne, sino en algo parecido al placer de investigar y crear, a dar un paso más, ser un punto de inflexión en el arte, en lo que viene después de estas imágenes, parte de las cuales han recorrido ya las paredes de grandes museos internacionales y ese Museo de Museos que es internet, las redes, las conexiones, megabaits, píxeles y resoluciones. Fotografía existencialista, ultra, mega, meta-artística de uno de los máximos exponentes donde el concepto azar no existe en absoluto.
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