Doce palos y tres o cuatro olés

Anoche parecía una inmejorable ocasión, pero Marina Heredia aún no ha dado el aldabonazo preciso en Sevilla

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
02 oct 2016 / 10:52 h - Actualizado: 02 oct 2016 / 10:58 h.
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  • Marina Heredia, en un momento de su actuación.
    Marina Heredia, en un momento de su actuación.

Cuarta Bienal consecutiva de la cantaora granadina Marina Heredia, una imprescindible, al parecer, en la cita sevillana. Dos veces en el Lope de Vega, una en el Real Alcázar y otra en el Maestranza. Anoche le volvió a tocar La Bombonera, cuyo escenario han pisado todas las grandes del cante, hasta la Niña de los Peines. Y los más grandes cantaores. Por tanto, se supone que la granadina se debatió anoche entre la satisfacción y la responsabilidad. Tiene tablas, de eso no hay duda, porque no era fácil llenar ese teatro de voz y, sobre todo, encerrarse sola con seis grandes guitarristas, desde el veterano moronero Paco del Gastor –alejado ya de los escenarios–, hasta el joven jerezano Manuel Valencia, que estos días promociona su primer disco, Ente mis manos.

Por estos datos, pudiera parecer que Marina es ya una figura consagrada, pero aún no ha dado el aldabonazo preciso en Sevilla, donde, eso sí, tiene sus seguidores, Curro Romero entre ellos, que estuvo en el patio de butacas. Anoche parecía una ocasión inmejorable para darlo, con la Bienal ya dando sus últimos compases y los aficionados llenos de flamenco. Para justificar de algún modo el hecho de que haya sido programada en las últimas cuatro ediciones del magno festival, que ya lo quisieran otras cantaoras. Pero era la noche de Marina Heredia y seis punteros de la guitarra, amén de la sorpresa de la velada, la protagonizada por Dorantes, al que la cantaora invitó a que subiera al escenario para que le acompañara a la guitarra las galeras de Juan el Lebrijano. Menos mal que los palmeros del cuadro se sabían el estribillo, porque hubiera sido un problema.

Al margen de lo expuesto y de la anécdota, lo cierto es que Marina se fajó con todos los palos y que en algunos arrancó olés, como en las bulerías que cantó junto al veterano y gran guitarrista Paco del Gastor, palo con el que comenzó su recital. Luego fue abordando distintos cantes, unas perfumadas alegrías de Cádiz junto a Dani Méndez, además de dos rancheras por bulerías; tarantos y tientos-tangos con Manolo Franco; seguiriyas y bamberas con Manuel Valencia; malagueñas y tangos con El Bola de Jerezlo más flojo de la noche– y, para acabar, de nuevo bulerías. O sea, pocas novedades.

La artista albayzinera no es cantaora de doce palos, así que era difícil que diera ese aldabonazo en la puerta de la gloria flamenca de Sevilla. Su entrega, lo más destacable de este concierto, quedó correspondida por un público que la arropó, aunque la premiara solo con no más de tres o cuatro olés de esos que salen del alma, de los que le han dado fama a Sevilla como tierra de chanelar de cante jondo. También es verdad que a estas alturas de la Bienal, borrachos ya de casi todo y no todo chachipén, los olés se ponen más caros. Así que arrancar tres o cuatro, poniendo el corazón y el alma, es un buen premio.

Contra las cuerdas: ***

XIX Bienal de Flamenco de Sevilla. Teatro Lope de Vega. 1 de octubre. Voz principal: Marina Heredia. Guitarra: Paco del Gastor, Manolo Franco, José Quevedo el Bola, Dani de Morón y Manuel Valencia.. Percusión: Paquito González. Palmas y coros: Víctor Carrasco, Anabel Rivera y Diego Montoya.