En la actualidad vivimos un resurgir de las autocracias y países como Hungría, Bielorrusia o Polonia disfrutan de gobiernos con partidos de ultraderecha. Resultado, ¿ya lo conocen, no? Vuelvo a repetirlo: autoritarismo, ultranacionalismo, antifeminismo, xenofobia, racismo, populismo y opresión de las minorías. ¿Quién piensa que todo esto aporta bienestar y progreso a nuestra civilización?
Francia, una nación de más de 67 millones de habitantes, es la séptima economía del mundo, el país más visitado, uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y una potencia nuclear. Es miembro fundador de la Unión Europea y un motor clave de su política. Justo hace una semana el liberal conservador Emmanuel Macron se enfrentaba a la líder de extrema derecha Marie Le Pen, en la segunda vuelta de las presidenciales. La presidencia es el cargo político más poderoso de un estado como el que tiene la república francesa. Su resultado era crucial para el país vecino y para el resto del mundo. Y lo era porque si ganaba la extrema derecha de la señora Le Pen significaba abrazar los ideales que sustentan este tipo de partidos: autoritarismo, ultranacionalismo, antifeminismo, xenofobia, racismo, populismo y opresión de las minorías. En España hablamos de la ideología del partido Vox.
El diario de Ana Frank es la crónica del dolor, sufrimiento desolación y muerte que produjo el nazismo, la ultraderecha nacida en el primer tercio del siglo pasado.
Es oportuno, más, diría que necesario, que se aproveche la vida y la figura de Ana Frank y el horror que vivió en su corta vida, para recordarnos lo que supuso el holocausto nazi, una etapa de la historia que no hay que olvidar y que hay que hacer lo posible para que no se repita.
Es lo que hace con sensibilidad y talento el realizador israelí Ari Folman. Nos trae a Kitty, la amiga imaginaria de Anne Frank hasta nuestros días. Y como si de un espejo se tratase nos descubre a la figura de Anne Frank como la vemos hoy, un icono de índole material que solo da nombres a calles, teatros o puentes. Para Folman, lamentablemente se han desvanecido los valores que representa, incluso se ha diluido su carga emocional e ideológica. De ahí el paralelismo con el drama de las personas refugiadas.
A nivel artístico la película es excelente, funcionan muy bien formas y colores. Además de sus mensajes, no olvidemos la historia, no excluyamos a nadie, destaca también por su ingenio visual. Eso la hace recomendable para todo tipo de público.
Dónde está Anne Frank ***
Bélgica 2022 99 min.
Dirección Ari Folman.
Animación