Dos chicas jóvenes nos hablan de un bloqueo emocional que cambió el devenir de su vida. Es el comienzo de esta obra, un drama con tintes de comedia con el que la compañía sevillana Ekléctika, se estrena en el formato largo.
Y es que esta joven compañía nació con el auge del “micro-teatro,” una fórmula teatral que adquirió una significativa presencia durante los años de la crisis, cuando los profesionales del teatro se vieron abocados a buscar nuevos ámbitos de actuación que les permitieran vivir del ejercicio teatral. En nuestra ciudad el micro-teatro ha ido decayendo, pero durante algún tiempo supuso una digna plataforma, tanto para los artistas que ya tenían una carrera asentada, como para los que, como los integrantes de Ekléctika, iniciaban su andadura profesional. Podemos comprobarlo con esta obra que destila juventud, frescura y un adecuado manejo de las claves escénicas, sobre todo por parte de las actrices, Alba Suárez y Nieve Castro, quienes dirigidas con maestría por Lola Botello colman de vitalidad y espontaneidad a sus personajes, que se resumen en uno.
Nieve Castro es también la autora del texto, que nos plantea la lucha que muchas jóvenes mantienen consigo mismas en esta sociedad, donde cada mujer se ve abocada a multiplicarse hasta asumir varios roles sin estar del todo preparada. Una sociedad que nos invade de estímulos hasta convertirnos en seres neuróticos, como la protagonista de esta historia, Aura, que desde que sufrió su primera crisis emocional, eso que ella define como el “crak”, no ha dejado de sentir la confrontación entre lo que Freud definió como el Eros y el Thanatos, la pulsión de la vida, donde se aloja el instinto de supervivencia, y la pulsión de la muerte, con la que todo ser vivo siente la atracción por volver al retorno.
Se trata, sin duda, de un tema sumamente interesante, pero tan complejo que al llevarlo a escena se corre el riesgo de quedarse en un plano superficial, que es justo lo que le ocurre a esta obra. Porque, en su empeño por mantener un ritmo vivo, la dramaturgia se decanta por un discurso fragmentario, en el que la continua ruptura de las coordenadas espacio-temporales no permite acabar de profundizar en toda la gama de emociones que propone, llegando incluso a banalizar un tema tan escabroso como el suicidio. Por no hablar del fantasma del amor frustrado, que parece estar metido con calzador.
Cabe destacar el manejo de la expresión corporal y el movimiento escénico con el que las actrices, bajo la batuta de Irene Barrera, imprimen a su personaje un carácter tan ficticio como verosímil, lo que no deja de ser una curiosa y hermosa paradoja.
Obra: Yo soy gente rara
Lugar: La Fundición Teatro, 4 de diciembre
Autora: Nieve Castro
Dirección: Ekléctika
Dirección de actrices: Lola Botello
Movimiento escénico: Irene Barrera
Diseño de espacio sonoro: Francisco Cuadrado
Intérpretes: Alba Suárez y Nieve Castro
Calificación: 3 estrellas