Una vez más el arte se confirma como testigo predilecto de la historia. Está pasando con Murillo, sin ir más lejos, cuyos cuadros le están contando ahora a Sevilla cómo fue el siglo XVII, qué aires se respiraban, qué coplas se cantaban y hasta qué guisos se comían; sucede con la Bienal, que coloca la narración de Sevilla, de Andalucía y del propio flamenco a una altura y en un contexto cultural que se le venían regateando por otros conductos. A menor escala, también el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla quiere sublimar la huella dejada en los 150 años de existencia que ahora celebra con una exposición de pintura que avala la labor cultural desarrollada durante todo este tiempo por la institución y convertirse, de este modo, en la narradora y en la evocadora de ese siglo y medio. Colección pictórica del Círculo Mercantil e Industrial. Obras singulares es el título de esta muestra que el público podrá visitar en la sede de la calle Sierpes hasta el día 20 de este mes.
La demostración de historia que hace el Mercantil a través del arte guarda cierto hermanamiento con otras instituciones locales junto a las que ha crecido, caso del Real Círculo de Labradores y del Ateneo. Lo que se exhibe es una parte de lo que se tiene; la labor de elegir qué y cómo ha estado en mano de cuatro comisarios: José Roda Peña, Antonio Garduño Lara, Rafael Jiménez Sampedro y Juan José Román Llorca. Su trabajo, además de la selección de obras, ha deparado también la sorpresa del hallazgo de firmas y dedicatorias de artistas de relevancia que no se sabía que estuvieran ahí. Y a todo ello se suman las tareas de restauración –a cargo de Carlos Peñuela Jordán–, catalogación e inventariado que han terminado de actualizar este patrimonio cultural.
La exposición comprende una treintena de cuadros que van cronológicamente desde el último cuarto del siglo XIX hasta el presente y está estructurada en dos salas. La primera muestra las obras que sintetizan el primer siglo de existencia del Mercantil, comenzando por el retrato de Simón Martínez, fundador y presidente que fue de la entidad, pintado por Francisco Tristán en 1874, hasta una panorámica de Sierpes hecha por Santiago Martínez en 1968. La segunda sala contiene las piezas representativas del último tramo de cincuenta años.
En su recorrido por ambas, el visitante podrá ver pinturas de distintos temas de José Arpa y Perez, Eduardo Acosta Palop, José Martínez del Cid, Eugenio Hermoso Martínez, Antonio Losa de León, Juan Rodríguez Jaldón, José Maria Labrador, Juan Miguel Sánchez, Francisco Maireles, Andrés Martínez de León, Fernando Chamorro, Eugenio Monís Mora, Tony Samelian, Juan Roldán, Armando Rabadán, José Carlos González y Miguel Ángel González Romero.