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«El cuerpo al final se pierde, pero la esencia, que es el alma, siempre está»

Paloma Martínez presenta en La Estación de las Letras ‘Conversaciones con mi gato’, un relato de experiencias pasadas y futuras para el propio conocimiento y el apoyo en el dolor y la pérdida

27 abr 2022 / 10:03 h - Actualizado: 27 abr 2022 / 10:14 h.
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  • Paloma Martínez, autora de ‘Conversaciones con mi gato’ (Foto: Francisco J. Domínguez)
    Paloma Martínez, autora de ‘Conversaciones con mi gato’ (Foto: Francisco J. Domínguez)

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La relación de Paloma Martínez con su gato es especial. Incluso espiritual. Porque Lobito – que así se llama – es, más que una mascota, un maestro. El que la ha escuchado, la ha orientado y ha sido capaz de hacerla abrirse para contar lo que lleva dentro sin el miedo a ser juzgada. A mostrarse como es y como siente. Y todo aquello que el gato le preguntaba y por fin se atrevió a escribir compone ‘Conversaciones con mi gato’, un apoyo para situaciones difíciles, dolorosas o de difícil explicación a través de su propia vivencia y experiencia que se presentó, con naturalidad y sin complejos, este martes en La Estación de las Letras de La Rinconada.

Destacó la autora que los gatos tienen un don particular. “Siempre digo que los perros son nuestros ángeles en la vida física y que los gatos lo son en la espiritual”. Tal es así que conversar con su gato le ha servido para dejar de tener miedo, reconocerse y aceptarse tal y como es y mostrarse así al mundo.

«El cuerpo al final se pierde, pero la esencia, que es el alma, siempre está»
La autora habló sobre su libro acompañada por el también escritor Jairo Valencia (Foto: Francisco J. Domínguez)

Una sensibilidad especial para ver más allá

Porque Paloma Martínez es diferente. Algo que, tras esta obra – una catarsis además de su primer libro – reconoce sin temor a lo que de ella puedan pensar. Porque es capaz de percibir algo que podría definirse como paranormal: las vidas pasadas y futuras, las presencias, lo oculto y lo que no es visible a los ojos. Una sensibilidad especial que aseguró que no es exclusivo suyo. “No es que yo perciba más que nadie, es que yo hablo de lo que percibo”.

Sin embargo, fue Lobito el que la animó a dar el paso para hablar de todo eso. Inmersa en la escritura de este libro desde 2019, “me faltaba inspiración para avanzar”. Fue entonces cuando el gato apareció en su domicilio “sin saber por qué”. Pero desde el primer momento, y aun siendo un cachorro, se mostraba distinto. No jugaba, solo observaba a Paloma cuando escribía. “Ahí me di cuenta de que él era para mí un maestro y había venido a darme la inspiración que yo necesitaba”.

«El cuerpo al final se pierde, pero la esencia, que es el alma, siempre está»
La llegada del gato Lobito a la vida de Paloma Martínez la llevó a poder hablar de su sensibilidad especial sin temor a ser juzgada (Foto: Francisco J. Domínguez)

Una expresión de su mundo interior y sensitivo

Podría decirse que la escritora es una superviviente. Ha sufrido distintos tipos de violencia, incluso la de género, y ha sabido reinventarse, y aprovechar todo lo que tiene dentro de sí para salir adelante. Con meditación, reflexión y con Lobito consiguió aceptarse y mostrarse tal y como siempre ha sido, no como le han impuesto ser. Hasta entonces vivía coartada, sin ser quién realmente era para no ser maltratada por ello por falta de entendimiento de su exmarido. “Cállate, no cuentes lo que te está pasando para que no te pegue más”, se decía. “Yo cohibía los sentimientos, la única vez que lo he contado ha sido en este libro, donde me puedo abrir al 100 por 100”. Tras la llegada a su vida del gato, “yo notaba que él me entendía, que me preguntaba para que siguiera avanzando”.

Fruto de esas conversaciones, el volumen recoge un relato a la luz de su experiencia. De este modo, habla de los registros akáshicos – la memoria universal de la existencia, con “todas nuestras vidas pasadas y futuras” –. De los “seres de luz”, esas almas que perviven y conviven con nosotros a lo largo de la vida y de las sucesivas vidas, que siempre están, conectan y nos acompañan: “creo que nunca se muere. El cuerpo al final se pierde, pero la esencia, que es el alma, siempre está”. Expresa cómo se es juzgado por ser diferente, y cómo se nos impone ser “un escaparate” que muestre lo que se nos dicta y no cómo somos; de cómo nos juzgamos a nosotros mismos haciendo que “nuestra cabeza contamine lo que eres”. Del rechazo que tanto ha sufrido. Por eso precisamente la autora se ha animado a abrirse a través de su gato, porque “si se lo cuento a cualquiera me va a juzgar, pero él nunca va a hacerlo”.

«El cuerpo al final se pierde, pero la esencia, que es el alma, siempre está»
La escritora presentó su primer libro en La Estación de las Letras de La Rinconada (Foto: Francisco J. Domínguez)

Con todo ello, el libro es también un relato del dolor, de la pérdida, de la vida y de la muerte con la naturalidad que normalmente no se habla de algo que es natural. Desde esta visión, “creo que el libro puede ayudar a personas que hayan pasado por lo mismo que yo y no pueden contarlo por temor a que se les va a juzgar”, asegura.

Meditaciones propias como ayuda al lector

Entrevistada por el también escritor Jairo Valencia, la escritora habló en la presentación en el Centro Cívico Los Silos de otros aspectos que también han dado forma al libro, como la escritura automática o del compendio de meditaciones propias, que cree que nacen de sus vidas pasadas, en la línea de ayudar al lector.

Tanto mundo interior y tanta riqueza espiritual contrasta con la brevedad del libro. “El miedo a que no fuera aceptado me ha hecho hacerlo corto, primero quería ver la reacción de la gente, que ha sido positiva y que me han pedido por favor que el siguiente sea más gordo”. Una buena acogida fructífera en doble sentido, tanto para quien saca una enseñanza de lo escrito, como para su autoestima y autovaloración. “Una persona que ha pasado por la violencia de género, que se ha sentido como un papel tirado en el suelo, ahora se siente que vale”. Embarcada en un segundo libro, que es “el relato de otra vida mía en 1743”, no descarta retomar las conversaciones con Lobito “si él lo permite, siempre con permiso del maestro”.

Este acto, como los que se vienen celebrando desde el inicio de la primavera, son ejemplo del apoyo institucional del Ayuntamiento de La Rinconada a la cultura en general y a la literatura en particular. Y lo hace con esta feria del libro, con un formato pionero, que a lo largo de toda una estación acerca a los autores – ya sean noveles, como Paloma Martínez, o consagrados, como Juan Eslava Galán, Premio Factoría Creativa de las Letras de La Rinconada 2022 – al público para fomentar las letras en el municipio.