El espíritu heroico de Conrado Moya y Robert Schumann

Un programa exaltado y épico ocupó los atriles de la ROSS en este nuevo concierto de abono en el que también destacó la batuta de un enérgico Sebastian Perlowski

Juan José Roldán

El cambio de fechas, miércoles y jueves en lugar de los jueves y viernes habituales, y una agenda apretada, propiciaron que nos acercáramos a este sexto concierto de temporada de la Sinfónica en su segunda cita. Tras constatar el entusiasmo del joven alicantino Conrado Moya en un emotivo video colgado en internet, en el que explica sus motivaciones para adaptar el Concierto para piano de Rodrigo a su instrumento, la exótica marimba, mostrando ese entusiasmo conmovedor que a veces contagia a los más jóvenes, nos rendimos a sus formas y su convicción a la hora de acercarnos a esa página refulgente del compositor valenciano. El espíritu enfático y épico de la partitura de Rodrigo se vio reforzado también en una segunda parte protagonizada por la primera de las cuatro sinfonías de Schumann, igualmente dinámica y vigorosa aunque dominada por una expresividad de muy distinto calado y resolución.

Tras el éxito de su Concierto de Aranjuez, que por cierto también fue motivo de adaptación, en esta ocasión al arpa, Rodrigo se embarcó de vez en cuando en la composición de conciertos con diversos instrumentos, desde el violín a la misma arpa, pasando por el violonchelo o la guitarra más recurrente. El Concierto para piano siguió al más famoso de su catálogo, aunque su origen se remonta a diez años antes de que Leopoldo Querol y Ernesto Halffter lo estrenasen, cuando el pianista se lo encargó al maestro de Sagunto. Precisamente a las ruinas de la ciudad en la que nació Rodrigo está dedicada la pieza, cuyo carácter eminentemente épico tanto nos hace recordar a numerosas partituras para el cine. Su exhaustiva orquestación puede poner en más de un aprieto al solista, que en todo caso debe destacar por encima de un conjunto que ha de servirle como estímulo, personificando a ese trepidante héroe que protagoniza la página. Tratándose de un instrumento tan potente como la marimba, con esa sonoridad tan rotunda, Moya tuvo menos dificultades que un pianista para cumplir su cometido, claro que también ayudó la pericia del director, un Sebastian Perlowski del que guardamos muy grato recuerdo de su concierto de año nuevo del 2022, que mantuvo en todo momento el equilibrio justo para no ensombrecer el trabajo del joven percusionista. Moya se adaptó como un guante a los distintos espíritus que informan los cuatro movimientos de la pieza, siempre bajo un manto vigoroso de trepidante ritmo y con solo el descanso del largo, un pasaje místico que reproduce el carácter religioso con el que antaño se identificaba toda gesta heroica. La precisión, el dominio y sobre todo, el entusiasmo de Moya lograron una interpretación lucida y extremadamente atractiva, a la que hubo que sumar el exotismo del instrumento y la brillantez e inspiración del autor, aun dentro de una estética muy conservadora y convencional. Una pieza para marimba solo, Romántica de Emnanuel Sejourne, sirvió para corroborar en la propina la maestría del joven intérprete de tan complejo instrumento.

Ese mismo espíritu heroico informa también la sinfonía más beethoveniana de Schumann, una pieza imaginativa e igualmente exuberante ya desde sus primeros acordes a los metales, una familia que logró brillar en la interpretación sumamente controlada que dirigió el también joven maestro polaco. También los timbales tuvieron ocasión de lucirse a lo largo de una pieza en la que destacó la pasión del allegro inicial, cargado de una exacerbada vivacidad y un marcado y acertado sentido del ritmo. Acaso faltó algo más de elegancia en el larghetto, no obstante el buen trabajo de los trombones y las trompas, pero no magia ni entusiasmo en el scherzo hasta desembocar en un allegro final tan contundente como distendido, revalidando así el buen sabor de boca que Perlowski nos dejó en enero del pasado año. Un concierto en fin memorable por la intervención de Moya, satisfactorio por la dirección de Perlowski, entretenido por todo lo demás.

ROSS ****

6º concierto del ciclo Gran Sinfónico de la temporada nº 33 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Conrado Moya, marimba. Sebastian Perlowski, dirección. Programa: Concierto heroico para marimba y orquesta, adaptación de Conrado Moya del Concierto para piano de Joaquín Rodrigo; Sinfonía nº 1 en Si bemol mayor Op. 38 “Primavera”, de Robert Schumann. Teatro de la Maestranza, jueves 23 de febrero 2023

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