El Maestranza cruza los dedos para que Carmen vuelva a casa

El retorno de la cigarrera sevillana más famosa a su ciudad natal, tras 30 años de ausencia, está pendiente tras detectarse positivos por COVID en la compañía

Julio Mármol julmarand /
20 may 2021 / 15:16 h - Actualizado: 21 may 2021 / 07:51 h.
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  • Ketevan Kemoklidze, la Carmen del Maestranza, y Anu Tali, directora de la ópera, cruzan los dedos ante las pruebas médicas del próximo lunes/ Julio Mármol.
    Ketevan Kemoklidze, la Carmen del Maestranza, y Anu Tali, directora de la ópera, cruzan los dedos ante las pruebas médicas del próximo lunes/ Julio Mármol.

En el escenario del Teatro de la Maestranza hay seis coches aparcados. Son automóviles antiguos, llenos de roces y abolladuras, a los que el tiempo no ha tratado bien. Estos coches no tienen nada que ver con Carmen, la obra de Mérimeé que Bizet adaptó para la ópera en el siglo XIX, y que, desde entonces, no sólo no ha perdido fuelle, sino que se ha convertido en una de las más representadas del mundo. Pero Sevilla, lugar donde se desarrolla la acción, ha sido hasta hace treinta años una plaza extranjera para Carmen.

Javier Menéndez, director del Teatro de la Maestranza, se encoge de hombros cuando se le pregunta el motivo. “Es inexplicable”, dice. “Es una ópera que se representa en todas las ciudades de España, pero que lleva treinta años sin hacerse en Sevilla”. El regreso de la cigarrera, sin embargo, puede aún postergarse, debido a que en la compañía se han detectado varios positivos por COVID. El ensayo general y el homenaje a los mayores se ha aplazado para el año que viene, aunque Carmen todavía no está descartada. Su representación, como los coches que abarrotan el escenario, se ha aparcado hasta el lunes, cuando el equipo se realizará nuevas pruebas. Entre tanto, sus miembros cruzan, literalmente, los dedos.

El Maestranza cruza los dedos para que Carmen vuelva a casa

Una Carmen para turistas

La imagen de una cigarrera envuelta en un traje de volantes, que pasea altiva ante los muros de la plaza de toros, no será la que el público sevillano vea, si el coronavirus lo permite, en las ocho funciones programadas en la Maestranza (24, 25, 27, 29 y 30 de mayo y 1, 3 y 5 de junio). Esa, como la define Anton Rechi, encargado de la puesta en escena, es una Carmen folclorista, producto de una Sevilla de fantasía que sólo existe para los que, como Bizet o Mérimeé, nunca la han pisado. Entre los cambios introducidos, destaca el de José, a quien se ha desposeído de su cariz romántico de hombre apasionado. En su lugar, el otrora héroe de la obra se ha transformado en el inexcusable villano. La ópera Carmen, que iba a ser dirigida, por primera vez en la historia de la Maestranza, por una mujer, la estonia Anu Tali, se ha quitado su traje de flamenca y se ha anudado un pañuelo violeta al cuello. La compañía, como repiten varios de sus miembros, no echará en falta los ensayos: “Estamos preparados para representarla si todo sale bien”. Carmen, entre tanto, espera a que llegue el lunes para saber si podrá o no volver a casa.